Recientemente he visitado Viena, Austria, sede de la OIEA (Organización Internacional de Energía Atómica) para participar como expositor en el evento denominado “Sharing Experience of Communities Hosting Nuclear Facilities” en el marco de la 68° Conferencia General de ese prestigioso organismo.
Fui en representación del Partido de Zárate, donde soy intendente, ya que allí se encuentran emplazadas las centrales Atucha I y Atucha II que generan una constante de energía eléctrica que alimenta a nuestro país y que son parte fundamental en la vida cotidiana de las ciudades de Lima y Zárate. Demás está decir, que todos los gastos han sido realizados por dicho organismo.
La construcción y la puesta en funcionamiento de las centrales, ha tenido un impacto muy fuerte sobre todo en la ciudad de Lima, que ha crecido en torno a la dinámica laboral y económica de las centrales, siendo para el limeño, un orgullo ser la casa de estas centrales. Tal es la identificación que tenemos con la cuestión nuclear que su símbolo está en un lugar central en el escudo de nuestro Partido y en el de la ciudad de Lima.
Sin embargo, este crecimiento no fue acompañado durante muchos años por quienes debían hacerlo y hoy nos encontramos con una falta de infraestructura y servicios que estamos tratando de revertir. La sinergia que hoy tiene el Municipio con la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica) y NASA (Nucleoeléctrica S.A) nos posibilita haber podido avanzar en proyectos de obra pública muy importantes y fruto de este último evento, la presentación formal de la donación por parte de la OIEA de un tomógrafo y un equipo de radioterapia para equipar el centro de salud de Lima, que prontamente lo haremos hospital.
Es la primera vez que estamos integrados en un proceso mundial, donde coincidimos con todos los actores en que uno de los puntos centrales de la agenda nuclear es el desarrollo de las comunidades que albergan centrales nucleares, deben ser ciudades modelo, saludables para vivir y con una alta formación educativa de nuestros jóvenes. Por eso vamos a seguir invirtiendo coordinadamente con las agencias nacionales e internacionales en Lima, una ciudad que abraza desde hace años la política nuclear argentina, que para nuestro Municipio debe ser innegociable, somos un país con potencia nuclear y Lima debe ser la capital de la producción de esta forma de energía.
Para complementar este crecimiento hemos tenido en cuenta a una pata fundamental que es la inversión privada, a fin de satisfacer las demandas de esta ciudad en crecimiento, por eso decidimos que: quien construya no pague derechos de construcción ni habilitación, quien haga un loteo para barrio lo haga con servicios, cloacas, asfalto y los residentes tendrán 5 años de eximición del ABL, entre otras, para que el empresario también gane de la economía que se genera alrededor del sistema nuclear.