La ofensiva del Gobierno contra la AFA es un grave avasallamiento a la propiedad privada

Esta nota no pretende ser una pieza jurídica para que la comprendan solo quienes tengan esta formación ni tampoco entrar en una discusión simplista entre SAD o Asociaciones Civiles sin fines de lucro. Estas líneas tienen como fin analizar objetivamente la disputa actual dada en el marco del Decreto Presidencial

Javier Milei y Federico Sturzenegger (REUTERS)

La Asociación del Fútbol Argentino se rige bajo las normas del Derecho Privado. Su Estatuto puede asimilarse al Reglamento de Propiedad Horizontal de un edificio. Este regula las relaciones de los copropietarios, es decir, establece sus derechos y obligaciones sin ningún tipo de injerencia gubernamental. El Estado no puede entrometerse en los convenios privados entre particulares. Por ejemplo: ¿suena lógico que el dueño de un departamento deshabitado sea obligado por un Gobierno a que esté ocupado? Eso definitivamente es inconstitucional.

Desde su creación, la AFA, así como sus clubes, directa o indirectamente afiliados a la misma, han elegido la figura de las Asociaciones Civiles sin fines de lucro. Se debe agregar que nuestra Federación es integrante, a su vez, de la CONMEBOL (Confederación Sudamericana de Fútbol), que se encarga de regir el fútbol en Sudamérica, y de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación), máximo ente regulador del fútbol mundial que unifica sus normas. La FIFA reúne a 211 países del mundo con sus diferentes culturas, diplomacias, religiones, economías, etc., y es por ello que sus Estatutos permiten que cada Federación afiliada establezca sus propias reglamentaciones, pero siguiendo tres lineamientos universales: no injerencia gubernamental, política o religiosa.

En este último tiempo, el gobierno argentino realizó una serie de planteos frente a nuestra Asociación de Fútbol, como, por ejemplo, que su Estatuto se encuentra legalmente “por debajo” de la Constitución Nacional, algo fuera de toda discusión; sin embargo, un Decreto Presidencial también lo está. En este caso particular fue declarado inconstitucional en la Justicia de Mercedes y con ello me surge la siguiente pregunta: ¿cuál es la necesidad y urgencia que requiere el fútbol hoy en día, teniendo en cuenta la situación socioeconómica de nuestro país?

Otra cuestión que está en boga en estos días es la preferencia porque una SAD traiga “buenos jugadores y le gane 5 a 0 a su clásico rival que sigue siendo Asociación Civil”. Nada más alejado de la realidad. Si así fuese, ¿cómo se explica que el Real Madrid, club unánimemente declarado como la mejor institución futbolística de la historia, la cual ha ganado más títulos, no sea una Sociedad Anónima Deportiva? En España, esta línea la siguen el FC Barcelona, otro club históricamente reconocido, el Athletic de Bilbao y Osasuna, quienes mantienen su viejo estatus y siguen perteneciendo a sus socios.

Claudio Tapia (EFE)

En contrapunto, se mencionan como ejemplos y clubes “modelos” al Manchester City y al Paris Saint Germain, siendo importante destacar que ambos han roto todas las normas del Fair Play Financiero, gastando mil millones de euros al año en estudios jurídicos tratando de quebrantar las Normas FIFA. Ser una Sociedad Anónima Deportiva y recibir aportes extranjeros no asegura triunfos y progreso. El City gastó miles de millones de euros en contrataciones, sueldos, etc., durante diez años debido a su obsesión por obtener la Champions League y en todo este tiempo solo ha logrado ganar una. Por su parte, el PSG tuvo entre sus plantillas a figuras de la talla de Lionel Messi, Neymar y Kylian Mbappé, pero nunca pudo lograr este trofeo, su máximo objetivo. Ambas instituciones están en serios problemas financieros y siendo investigadas por la justicia en este momento. Además, los tres equipos que descendieron en la Premier League Inglesa son SAD. Solo por citar otros ejemplos al azar, nos encontramos con el club Troyes, francés, el cual descendió de la Ligue 1 máxima categoría de Francia al Championnat National (tercera división de ese país), y casualmente es administrado por el famoso City Group, mismo grupo que financia al Manchester City y Girona, entre otros. Esto demuestra que no hay dinero que asegure la felicidad, si hasta el mítico Glasgow Rangers de Escocia, fundado en 1872, dejó de existir en 2012 por sus problemas económicos, sin poder competir en su liga y teniendo que refundarse como The Rangers Football Club.

Son llamativos los ejemplos citados precedentemente del Manchester City y PSG, ya que precisamente los dueños del primero no son capitales privados. El City Group está a cargo de uno de los miembros de la familia gobernante de Abu Dhabi, Mansour bin Zayed Al Nahayan, y del PSG el propietario es el Fondo Soberano de Inversión de Catar, conocido como QIA (Qatar Investment Authority).

Otro ejemplo en el fútbol inglés, también investigado en estos tiempos, es la compra del Newcastle United en 2021, adquirido por el príncipe heredero de Arabia Saudita a través del Fondo Soberano Saudí (Public Investment Fund). A su vez, es el dueño de los cuatro principales equipos de la Superliga Árabe (Al-Ahli, Al-Ittihad, Al-Hilal y Al-Nassr).

Esta problemática no corresponde solo al continente europeo; otro ejemplo mencionado en estos días es el fútbol brasileño. Casualmente, desde que desembarcaron las SAD en Brasil, su seleccionado, que era considerado históricamente como el mejor del mundo y cuyas disciplinas futbolísticas (fútbol de mayores, sub-20, futsal, fútbol femenino, etc.) fueron las únicas que participaron en todos los mundiales, ahora se han quedado fuera de algunas máximas citas. Por el contrario, nuestro país en ese mismo lapso disputó dos finales del mundo y cuatro finales de Copa América.

Debemos recordar que nuestro gobierno actual, que se define como liberal, se identifica como “un topo” para destruir el Estado y que para este “los impuestos son un robo”, se contradice al amenazar a los clubes de fútbol con quitarles exenciones impositivas si no se convierten en Sociedades Anónimas.

El estadio del Manchester City (REUTERS)

Para desechar cualquier señalamiento ideológico de esta nota, les comento y recuerdo a los lectores que el primero en establecer el Fair Play Financiero en el deporte fue el presidente estadounidense Bill Clinton, imponiéndolo en la NBA (¿será comunista?) cuando ya eran grotescos los premios y salarios que se pagaban y atentaban contra la equidad deportiva.

Llegado a este punto, es muy importante reiterar por milésima vez la razón por la cual la FIFA prohíbe recurrir a los tribunales ordinarios. No es una simple cuestión de autoritarismo; de hecho, si se violan los Estatutos o se comete algún delito (amaño de partidos, apuestas ilegales, doping, etc.), automáticamente los tribunales independientes de las Federaciones tenemos la obligación de elevarlo a la justicia ordinaria.

Lo que establece la FIFA de no asistir a los tribunales ordinarios es para evitar que los resultados futbolísticos se discutan allí. Por ejemplo: si por un penal mal cobrado un equipo resultara perjudicado, debería recurrir a los tribunales comerciales por “daños y perjuicios”; si en otro caso un jugador es sancionado por expulsión y este quisiera realizar un reclamo, debería acudir a los juzgados laborales pretendiendo que se lo indemnice. Es decir, lo que busca la Federación Internacional es que no se diriman cuestiones estrictamente deportivas en los tribunales, no así disputas ilegales, adhiriendo a esto todas las Federaciones del mundo.

Cuando un Presidente de la AFA (sea quien fuere) menciona que el Estado no puede intervenir sobre esta y en este caso sus estatutos, no es una mera amenaza del dirigente; por el contrario, no es ni más ni menos que lo que se encuentra establecido por el reglamento FIFA. Por el contrario de lo que se ha deslizado en este último tiempo, cabe aclarar que muchos otros países que se abrieron a las SAD reformaron sus Estatutos por voluntad de los clubes y no por exigencia de los gobiernos de turno.

En referencia a esto, tanto la CONMEBOL como la FIFA emitieron sendos comunicados a favor de lo expresado por la Asociación del Fútbol Argentino. Monserrat Jiménez, Secretaria General Adjunta de la CONMEBOL, señala: “establecer la obligación de incluir a los clubes que se transforman en SAD como miembros de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) constituye una flagrante intromisión y una injerencia arbitraria por parte del Estado, ya que despoja a una asociación civil privada de la facultad de decidir con autonomía acerca de su régimen de gobernanza, su gestión y sus intereses”.

Asimismo, a comienzos de este mes, el Director Legal y de Cumplimiento de la FIFA, Dr. Emilio García Silvero, ha emitido su dictamen manifestando entre sus puntos más relevantes que: “En atención a lo considerado en los apartados cuarto y quinto, entendemos que las federaciones miembros de la FIFA – y en este caso la AFA – deben gozar de la autonomía suficiente para determinar de manera libre y democrática la naturaleza jurídica de los clubes que participen en sus competiciones nacionales. La AFA y solo la AFA resulta, a la vista del marco jurídico de la FIFA, la única entidad competente para decidir, a través de sus órganos legítimos de gobierno asociativo, los aspectos relativos a la naturaleza jurídica de los clubes afiliados a la misma. Corresponde a la AFA, sin intervención estatal alguna, decidir democráticamente si sus clubes afiliados deben de retener la naturaleza jurídica de asociaciones civiles de manera obligatoria -como es el caso actual, cf. artículo 10 Estatutos de la AFA-, transformarse en Sociedades Anónimas Deportivas u optar por un modelo diferente. Cualquier otra decisión al respecto que no proceda de los órganos de gobierno de la AFA en uso de su autonomía entraría en conflicto con el artículo 19 de los Estatutos de la FIFA, suponiendo igualmente un incumplimiento de lo dispuesto en el artículo 14 del mismo texto estatutario”.

Gianni Infantino, presidente de la FIFA (EFE)

Estos fragmentos de los comunicados nos envían al punto de partida de este texto: el propósito de esta nota no es discutir “SAD o Asociaciones Civiles”, que por otra parte, y en respuesta a clichés preestablecidos, estas últimas no prohíben los montos millonarios provenientes de capitales privados que aportan los patrocinadores, derechos televisivos, venta de abonos, venta de jugadores, cuotas sociales (de diversas disciplinas); por el contrario, alienta estos ingresos.

Por último, siendo un poco autorreferencial, recuerdo que desde la renuncia como Presidente de la FIFA de Joseph Blatter en junio de 2015 hasta la elección del 26 de febrero de 2016, que consagrara a Gianni Infantino como nuevo mandatario, integré una terna electoral en la cual sufrimos presiones diarias por parte de países política y económicamente poderosos para extender esa “acefalía” y, en ese entonces, fuimos amparados por el Departamento Legal de la Federación Internacional a cargo del Dr. Ángel María Villar. Hoy, el turno de resistir los embates es de la Asociación del Fútbol Argentino, mañana, teniendo en cuenta la riqueza del fútbol en nuestro continente, podría ser el de la Confederación Sudamericana, muy bien presidida hoy por Alejandro Domínguez, pero lo importante será brindar el apoyo de todos los entes, así como fuimos respaldados nosotros. Agregar también que tanto AFA, CONMEBOL y FIFA tienen sus Tribunales Disciplinarios independientes, a los cuales nunca nos tembló (ni temblará) el pulso para dar por perdidos partidos a aquellos clubes que no cumplan con las normas estatutarias.

Esta ofensiva que estamos viviendo me retrotrae a algunos de los años más dolorosos de nuestro país, donde no existía la libertad de elegir. Solamente por mencionar unos pocos de estos momentos, llegan a mi memoria las intervenciones militares; el fracasado plan de López Rega del año 1974, que pretendía que la AFA fuera un Organismo Público dependiente de la Secretaría de Deportes, amenazando a los dirigentes de dicha entidad con “ir a la AFA con un móvil policial y llevarse preso a todos ellos”; o el vergonzoso Almirante Carlos A. Lacoste, quien estuvo a cargo del “Ente Autárquico Mundial 78” al frente de la organización del torneo.

Llegó el momento que los dirigentes se unan y soliciten en forma urgente una ley que declare al FÚTBOL PATRIMONIO CULTURAL DE LOS ARGENTINOS, ya que evitaría que cualquier advenedizo con una cuota efímera de poder pretenda devastar lo que al pueblo argentino le costó construir por más de 100 años: un glorioso deporte que es marca registrada en el mundo.

A quien corresponda: en la Argentina hay algo que no está a la venta y no tiene precio: LA PASIÓN.

*El autor es Presidente del Tribunal de Disciplina de la AFA y ex Vicepresidente del Comité de Apelaciones de la FIFA

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