El Poder Judicial frente al mayor desafío: servirle a la sociedad

Reflexiones sobre el día de la magistratura y función judicial

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Día de la Magistratura (Getty
Día de la Magistratura (Getty Images)

El 15 de septiembre es el Día del Magistrado Judicial y la Función Judicial, por la creación de la Federación Argentina de la Magistratura (FAM) y la Función Judicial. Este día resulta un momento oportuno para reflexionar sobre el rol fundamental que se desempeña en la construcción y mantenimiento de un sistema de justicia justo, ágil, transparente y accesible. Más allá de las complejidades y desafíos que enfrentan, su función representa uno de los pilares esenciales de cualquier democracia: el acceso a la justicia.

En este día es oportuno también recordar y reconocer a figuras históricas del Poder Judicial, como los Ministros Carlos Fayt, Enrique Petracchi, y la Ministra Carmen Argibay, y tantos otros magistrados de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y de los Tribunales de nuestro país que trabajaron incansablemente en sus funciones. Estas figuras emblemáticas representan el compromiso y la entrega total a una tarea que va mucho más allá de lo puramente laboral: ser juez, fiscal o defensor es una vocación de servicio integral, que requiere dedicación plena, tanto física como mental.

El trabajo de un juez no es un empleo convencional. El derecho y la justicia son tareas que exigen una entrega completa. Los jueces y fiscales deben estar en permanente disposición para resolver los casos que les llegan, sin importar el día ni la hora. La dedicación de un magistrado implica no solo cumplir con plazos judiciales y audiencias, sino estar siempre disponibles para analizar las situaciones presentadas por las partes, ya sean los fiscales, defensores, víctimas o demandantes.

Los jueces y demás funcionarios judiciales integran uno de los tres poderes del Estado, probablemente el más criticado. Esto coloca a los jueces en una situación delicada: deben mantener su independencia y resolver con justicia, a menudo en contra de la corriente de la opinión pública. En esta profesión, es frecuente que no se les vea con simpatía, pero su tarea no es ser populares, sino garantizar el imperio de la ley y la equidad en cada fallo.

La sociedad deposita en el sistema judicial expectativas muy altas. Se espera que la justicia no solo sea accesible, sino también rápida, imparcial, y que responda a las necesidades y urgencias del momento. Los ciudadanos desean que los jueces resuelvan los conflictos con premura, que se comuniquen de manera sencilla, y que las decisiones judiciales sean claras, de modo que cualquiera pueda comprenderlas.

De allí la importancia de la transparencia en la función judicial. Cada vez más, se exige transparencia en diversos aspectos de la función pública, desde el patrimonio de los jueces hasta que sus decisiones sean explicadas de manera comprensible para todos. Este proceso de apertura no solo busca controlar la integridad de los magistrados, sino también fomentar la confianza pública en el sistema judicial. La transparencia debe ser un valor que guíe cada aspecto del desempeño de la justicia, desde las decisiones más complejas hasta las interacciones cotidianas con el sistema. Ello constituye un pilar fundamental del sistema democrático de gobierno.

Uno de los mayores desafíos que enfrenta el Poder Judicial es la necesidad de eficiencia en la gestión. La justicia, para ser justa, debe ser rápida, y la demora en la resolución de los casos erosiona la confianza de la ciudadanía en el sistema judicial. Esto requiere no solo el esfuerzo individual de los jueces y fiscales, sino también un sistema de trabajo organizado, con protocolos y herramientas que permitan la gestión eficiente de los casos.

El 15 de septiembre es
El 15 de septiembre es el Día del Magistrado Judicial y la Función Judicial, por la creación de la Federación Argentina de la Magistratura (FAM) y la Función Judicial

En este sentido, el proyecto de reforma del Código Penal y el Código Procesal Penal Federal son fundamentales, ya que buscan agilizar los procesos y actualizar las normas para adecuarlas a las necesidades actuales de la sociedad. La implementación de estas reformas procura mejorar la eficiencia del sistema judicial, y contribuir en garantizar el debido proceso y una mayor celeridad en la administración de justicia, fortaleciendo la confianza de la ciudadanía en las instituciones judiciales.

El juez no trabaja solo; detrás de cada fallo hay un equipo de personas que contribuyen a la preparación y resolución de los casos. Fiscales, defensores, secretarios judiciales y empleados de diversas áreas del tribunal participan en este proceso, y la correcta coordinación de estos equipos es esencial para que el sistema funcione. Los magistrados deben ser no solo expertos en derecho, sino también líderes que sepan gestionar recursos humanos y tecnológicos.

Es fundamental que se cuente con una metodología de trabajo clara y eficiente, que permita estandarizar los procesos judiciales y generar previsibilidad jurídica. Esto implica, por ejemplo, el uso adecuado de la tecnología para agilizar los procesos, así como la capacitación continua de los funcionarios judiciales en las nuevas herramientas y metodologías disponibles. Solo a través de una administración eficiente y moderna, la justicia podrá cumplir con su misión de manera equitativa.

Una de las características más importantes de los magistrados es su independencia. Los jueces deben ser imparciales y no dejarse influir por factores externos, ya sean políticos, económicos o sociales. Este principio es vital para garantizar que las decisiones judiciales se tomen únicamente en función de la ley y los hechos del caso, sin interferencias externas.

Es importante destacar que la independencia judicial no significa aislamiento. Los jueces deben estar conectados con la realidad social, conocer las problemáticas que afectan a la comunidad y adaptar sus decisiones para que sean comprensibles y accesibles. Sin embargo, su tarea es delicada: deben evitar actuar bajo la presión de la opinión pública y mantener siempre la equidad en sus resoluciones.

En este Día del Funcionario y Magistrado Judicial, es importante rendir homenaje a quienes, día a día, dedican sus vidas a garantizar la justicia en nuestra sociedad. Su trabajo es mucho más que resolver casos: es un servicio público fundamental que sostiene el equilibrio de la democracia. Los desafíos que enfrentan son enormes, pero su compromiso, transparencia e independencia son las herramientas que les permiten llevar adelante esta noble tarea.

El acceso a la justicia, la eficiencia en la gestión de los casos y la imparcialidad en cada decisión son los principios que guían el trabajo de los magistrados y funcionarios judiciales. A medida que avanzamos hacia una sociedad más justa y equitativa, su labor seguirá siendo indispensable. Este día es una oportunidad para reconocer y valorar el papel crucial que desempeñan en la construcción de un país más justo para todos.

* Mariano Hernán Borinsky, Presidente y juez de la Cámara Federal de Casación Penal, doctor y pos doctor en Derecho Penal, vice Presidente de la Comisión de Reforma del Código Penal.

** Juan Manuel Garay es Prosecretario de Cámara de la CFCP. Magíster en Derecho Penal - Asesor del proyecto de reforma del Código Penal.

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