Sentado en el asiento de un avión rumbo a Milán, embargado por una gran emoción y también cansancio, después de un vuelo demorado y una conexión perdida, después de más horas de las que imaginé, voy a Monza para saludar a nuestro Franco Colapinto.
Porque a partir de su ascenso a la F1 pasa a ser nuestro. El Colapinto de todos los argentinos, quien con trabajo, dedicación, coraje, pasión, humildad, corazón y una gran habilidad al volante alcanza la categoría número uno del deporte motor mundial.
Volviendo a colocar en lo más alto a nuestra Argentina después de 23 años. Siguiendo los pasos de Froilán, Fangio y Reutemann, entre otros. Y si Dios lo permite nuevamente nos hará escuchar el himno al finalizar una carrera.
¡Bien Franco! Quise acompañarte en este momento para brindarte todo el apoyo del Automóvil Club Argentino (ACA), así como mi abuelo siendo presidente de esta amada institución haciéndose eco del pedido de los socios apoyó a Reutemann, valía la pena el esfuerzo de llegar a Monza en este bautismo en la F1 para decirte que estamos con vos.
Me imagino el sinnúmero de emociones que deben surcar dentro tuyo y quise una vez más como lo ha hecho siempre este querido Automóvil Club estar cuando realmente importa.
Porque con nuestros queridos pilotos estuvimos siempre desde antes que llegaran a lo más alto, apoyando institucionalmente, ayudando de las más diversas formas y gestionando con la FIA las licencias internacionales que colaboraron a tu logística en la Fórmula 2.
No tengas dudas de que siempre seremos tu respaldo institucional y soporte logístico, aportando lo que sea necesario para que tu equipo profesional te acompañe desde hoy y hasta el final del campeonato”.
No solo represento el ACA como Club de socios que obtienen prestaciones diversas por su cuota social. Represento el ACA que es soberanía con sus estaciones lejanas, donde hay días que solo nos visita el viento. El ACA que es educación vial en todo el país, con sus parques infantiles y camión itinerante. El ACA que es turismo nacional. El ACA que es pasión automovilística. El ACA que está arraigado en el ADN de todos los Argentinos, el ACA que es el único Automóvil Club del Mundo donde no hay que darle instrucciones a un taxista para llegar.
Una institución profundamente Argentina, que sigue haciendo patria. Por eso me hago portavoz de todos los argentinos para decirte el orgullo profundo que significa para todos que hayas llegado a este lugar.
Con esfuerzo, sudor, privaciones y sin grandes apoyos económicos. Por eso el mérito enorme de este logro. Sabemos lo difícil que es hoy para un sudamericano alcanzar la F1 y lo hiciste, sos chico pero ya sos un grande.
Representás lo que busca la CDA (Comisión Deportiva Automovilística), un automovilismo profesional y exitoso con trascendencia internacional, donde nuestros pilotos por sus habilidades y capacidades conductivas puedan acceder a las primeras categorías del automovilismo mundial.
Ejemplos de vida como el tuyo forjarán una nueva conciencia argentina, que priorice el trabajo, la responsabilidad, el compromiso y la dedicación para lograr el progreso, el desarrollo y la contención para todos sus ciudadanos, y que vuelva a ocupar el lugar que nunca debió haber perdido en el ranking de naciones de la Tierra. La Argentina que siempre soñaron los fundadores del Automóvil Club Argentino.
Sabés que millones de aficionados te están acompañando, disfrutá de este momento sin presiones. Sos parte de las nuevas generaciones que valorarán tu esfuerzo y coraje.
Gracias Franco. Muchas Gracias.
* El autor es presidente del Automóvil Club Argentino