Al cumplirse este año el 75 Aniversario del inicio de las relaciones diplomáticas entre la Argentina y la India, el vínculo bilateral adquiere cada día una creciente relevancia. Es en ese auspicioso marco en que hace sólo dos meses llegué a Nueva Delhi e inicié mis tareas como embajador en este fascinante país.
Un periodo muy corto que sin embargo me permitió conocer y ser testigo de las grandes transformaciones en un país que con 1.400 millones de habitantes se ha convertido en el más poblado del globo. El que asoma como próxima gran potencia en un mundo siempre cambiante.
Habiéndose convertido en la quinta economía global, India se erige como la democracia de mayor crecimiento de Asia y probablemente del mundo entero.
Pese a la inmensa distancia geográfica, la pertenencia a distintas culturas y las diferencias experiencias históricas, la Argentina y la India comparten valores y principios comunes. Me refiero al abrazo por los ideales de la libertad, la democracia y el respeto de la dignidad humana.
Es un honor poder servir en este tiempo deslumbrante. En el que como nunca antes en su historia, India ha alcanzado logros impactantes. Y cuando parece ser un hecho incontestable el que el centro de gravedad de los asuntos globales parecen estar rotando hacia el Indo-Pacífico.
Argentina y la India han trabajado constructivamente en el G20, acaso la plataforma más representativa del poder global en las presentes circunstancias históricas. En tanto expresa a las naciones desarrolladas junto a las de las potencias emergentes. La que constituye un mecanismo desde el cual abordar aquello que en su día el ex secretario general de la ONU Kofi Annan describió como “problemas sin pasaportes”.
Los que requieren aproximaciones globales. Y que se expresan en los flagelos derivados del terrorismo, el extremismo, el ciber-crimen, la proliferación de armas de destrucción masiva y la persistencia de la pobreza derivada de políticas económicas equivocadas.
Asimismo, no podemos dejar de reconocer y agradecer a la India por su histórico respaldo a la Argentina en la Cuestión de las Islas Malvinas en las Naciones Unidas.
En materia comercial podemos destacar el importante intercambio bilateral entre nuestros países, mostrando una balanza positiva para la Argentina en el marco de una relación de mutuo beneficio.
Con un total de volumen comercial que el último año alcanzó los 4.6 billones de dólares, la Argentina se ha consolidado como el primer proveedor de aceite de soja al mercado indio y como el tercero en materia de aceite de girasol, contribuyendo de manera significativa a la seguridad alimentaria de los consumidores indios.
Asimismo, se encuentran en pleno desarrollo inversiones en el sector minero. En provincias como Catamarca, por caso, firmas indias están explorando litio y han mostrado interés en expandirse en cobre y oro.
Estas inversiones resultan particularmente importantes toda vez que India avanza en su desarrollo de vehículos eléctricos los que requieren una cadena segura y diversificada de suministro de minerales críticos esenciales para esa industria.
Esperamos puedan concretarse nuevas inversiones en nuestro país y es en ese sentido que vemos con satisfacción la política llevada adelante para promover la inversión extranjera aprobada recientemente con gran apoyo en ambas cámaras del Congreso de la Nación.
En el campo nuclear, la Argentina ha construido a través de INVAP una planta de producción de radioisótopos en Mumbai, en el marco de un esquema de cooperación la autoridad de Energía Atómica india. A la vez que con respecto a la cooperación en la exploración con fines pacíficos del espacio extraterrestre es de celebrar la colaboración entre las agencias espaciales de ambos países.
Las relaciones bilaterales entre la Argentina y la India se expanden más allá de las esferas de lo político y lo comercial. Así, el compromiso del sector privado es evidente con ejemplos como los de Techint o Globant (basada en Pune) y del grupo UPL, con instalaciones en nuestro país.
En materia cultural, nos unen sólidos basamentos que incluso son preexistentes al propio establecimiento de las relaciones diplomáticas.
De hecho, hace cien años, en 1924, Rabindranath Tagore visitó la Argentina y permaneció dos meses como huésped de la renombrada escritora Victoria Ocampo, iniciando una amistad legendaria entre ambos. La película Thinking About Him -resultado de una coproducción argentina-india- trata sobre aquel encuentro y fue elegida para el cierre del International Film Festival of Goa en 2017 a la vez que se incluirá en el próximo Kolkata Film Festival, a celebrarse a fines de este año.
El tango y el polo también enlazan a ambos países. Los indios aman el tango y hay milongas y festivales en todo el país. Mientras que la India tiene una larga trayectoria en polo y la Argentina es el lugar de nacimiento de los mejores jugadores y caballos. Al mismo tiempo, los argentinos son grandes practicantes de yoga. En nuestro país, el International Yoga Day es celebrado masivamente tanto en la capital como en muchas ciudades del interior.
Es en el campo estratégico de la Defensa donde las relaciones entre ambos países se han venido fortaleciendo a través del intercambio de experiencias, capacitaciones, y apoyos mutuos. En el marco de una relación entre las respectivas Fuerzas Armadas que conforman un modelo de cooperación militar internacional basado en la confianza, el respeto y una visión compartida sobre la aspiración de un mundo pacífico y seguro.
Naturalmente, como el lector comprenderá, enumerar todas las facetas de esta relación excede las posibilidades contenidas en una columna. Pero son las presentadas acaso las más relevantes notas de un vínculo fundamental para el futuro de la Argentina. En tanto India asoma como un actor cada vez más importante en el escenario del mundo.
Son ellas algunas de las razones -entre otras tantas- que nos obligan a redoblar el esfuerzo para continuar acrecentando los mutuos beneficios derivados de la amistad argentino-india.
* El autor es el actual embajador argentino en la India. Ex embajador en Israel y Costa Rica.