El gas natural en Argentina es utilizado por tres actores principales. El consumo total país ronda los 115 MMm3/día; de los cuales, el 90% de ese volumen se divide en tercios: los Hogares, la Industria y la Generación Térmica. Estos no se comportan siempre igual a lo largo del año, y es por ello por lo que, en determinados momentos o estaciones, escasea su disponibilidad.
Un ejemplo de ello es el invierno, cuando los hogares consumen mucho gas. Esto se debe a que las casas particulares en nuestro país utilizan el gas fundamentalmente para calefacción. Por ello, la curva de consumo residencial parece una “V” invertida: En promedio mensual, el consumo de invierno se acerca a 50 MMm3/día, cuadruplicando los 10 MMm3/día promedio de los meses cálidos.
Aún dentro de los meses invernales, hay fuertes variaciones de un año a otro. En los últimos 10 años, notamos diferencias muy relevantes de más de 18 MMm3/día para un mismo mes: cerca del 15% del consumo total promedio del país.
El recuadro siguiente resume el consumo promedio mes de los hogares argentinos en los últimos diez años. Cabe destacar que, entre el registro mínimo y máximo para un mismo mes, hay una gran dispersión, en especial entre abril y septiembre. Ello se debe fundamentalmente, a las variaciones en temperatura.
El mayor desafío de este consumo residencial se da cuando se acumulan muchos días de fríos intensos. Un modo de medir este fenómeno es el concepto de “días y grados de calefacción” o “Heating Degrees Days - HDD” calculado como la suma diaria de grados centígrados respecto a cierta temperatura (en nuestro caso 18,3º C).
En 2024, en la semana 20 (mediados de Mayo) y 28 (mitad de Julio), vimos temperaturas inusualmente bajas. Por tanto, una cantidad de HDD, grados centígrados por día a calefaccionar, muy por encima de la media registrada entre 2007 y 2023. En esos días específicos, el consumo de gas de hogares se disparó sensiblemente, llegando a extremos que estresaron al sistema energético.
Para abastecer esta demanda, Argentina recurre a tres vías: la producción local de gas natural argentino, la importación de gas vía gasoductos desde Bolivia y la importación de GNL mediante por barcos metaneros y terminales de regasificación. Como es sabido, el sector está en emergencia (DNU 55/2023), desinvertido y desfinanciado. Años de malas regulaciones y prácticas cortoplacistas, nos llevaron a un déficit energético, comercial y financiero, que desembocó en endeudamiento, emisión e inflación.
En este contexto, la Ley de Bases y Puntos de Partida, recientemente promulgada, propone un nuevo paradigma. Argentina es un país bendecido con abundantes recursos naturales, incluyendo una de las reservas de hidrocarburos (petróleo y gas natural) más importantes del mundo. Bajo el nuevo paradigma legislativo es de esperar un crecimiento significativo en la industria del gas natural. El país incorpora nuevas herramientas como la figura del almacenamiento, del GNL, la exportación y mercados competitivos y transparentes.
Las proyecciones son optimistas incluso para el año en curso, que arrojará cerca de US$ 4.000 Millones de superávit energético.
El nuevo marco jurídico nace del concepto y realidad de abundancia de recursos naturales con que Dios bendice nuestro país, que brinde un marco jurídico que promocione su explotación, industrialización y comercialización. La energía y el gas no son un problema, son una enorme oportunidad para generar riqueza, trabajo y valor agregado. Mediando una aplicación esforzada y sostenida de estas reglas, Argentina no tendrá dificultades para abastecer su demanda interna con energía y gas competitivos, y jugar además, un rol relevante en el mercado energético global.