Blanqueo de capitales: escuchar a los que saben

¿Tienen activos a nombre personal para regularizar? Perfecto, háganlo (o no) y luego veamos cómo estructurar eficientemente ese patrimonio

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El Gobierno planteo un blanqueo
El Gobierno planteo un blanqueo amplio para activos no declarados

El tema del blanqueo de capitales en Argentina está dando qué hablar. Hace algunas semanas que el tema está en agenda y, como siempre, eso impactó directamente en las consultas que recibimos. Las dudas están a la orden del día y, como siempre les digo, en estos tiempos lo importante es estar bien informados y asesorados para tomar decisiones.

De a poco, están empezando a llegarnos correos electrónicos de clientes –la mayoría de las veces mal asesorados– diciendo que sus contadores les recomendaron disolver las estructuras a través de las que tenían los bienes que habían decidido regularizar.

Los argumentos, bastante débiles por cierto, son los siguientes:

  1. Que no tiene sentido mantener una estructura offshore para activos declarados, y
  2. Que el blanqueo actual no permite levantar el velo societario y declarar a nombre propio bienes que están registrados a nombre de una sociedad o fideicomiso.

Ante estos argumentos, quiero hacer dos reflexiones:

  1. Solo tendría sentido seguir lo que estos profesionales plantean si la estructura en cuestión se hubiera establecido exclusivamente para ocultar activos. En caso de que la estructura fiduciaria en cuestión también haya sido creada para evitar impuestos de herencia en Estados Unidos, para resolver cuestiones sucesorias o para proteger el activo de terceros, entre otras cosas, sería absurdo que se disuelva simplemente porque los bienes ahora serán declarados.
  2. Por supuesto que el actual blanqueo permite revelar estructuras patrimoniales, pero incluso si no lo hiciera, liquidar la estructura no sería la solución, ya que en ningún caso se podría hacer con efecto retroactivo al 31 de diciembre de 2023.

A través de estas dos simples, pero claras reflexiones, espero que puedan “bajar la espuma” y evitar así que tomen decisiones apresuradas e influenciadas por personas que los asesoran desde su propia comunidad –y tal vez ignorancia– y no con sus verdaderos objetivos de planificación en mente.

De hecho, a grandes rasgos, el consejo debería ir por el lado contrario: ¿Tienen activos a nombre personal para regularizar? Perfecto, háganlo (o no) y luego veamos cómo estructurar eficientemente ese patrimonio.

Como les digo siempre, asesorarse es la clave para dar los pasos adecuados. Entiendo las dudas, pero para atenderlas, lo mejor es apelar al trabajo de profesionales. Y, ya saben: planificar el patrimonio puede ser caro, pero no hacerlo, lo es mucho más. De eso, no hay dudas.

De hecho, el consejo debería ser todo lo contrario: ¿Tienen activos a nombre personal para regularizar? Perfecto, háganlo (o no) y luego veamos cómo estructurar eficientemente ese patrimonio.

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