Gustavo Petro llegó al poder prometiendo un cambio, pero lo que recibimos fue caos y ruina. Las esperanzas de millones de colombianos fueron brutalmente traicionadas. Petro prometió progreso, pero entregó corrupción, ineptitud y violencia. Prometió transformar el país, pero solo trajo desilusión. Las reformas brillan por su ausencia, mientras los escándalos de corrupción se multiplican.
Armando Benedetti y la corrupción
Armando Benedetti, aliado cercano de Petro, sigue en el poder a pesar de sus escándalos. Benedetti, envuelto en un caso de violencia intrafamiliar, evitó ser arrestado gracias a su inmunidad diplomática. Los audios entre Benedetti y Laura Sarabia revelan que Benedetti podría estar extorsionando al presidente, amenazando con revelar información que podría “hacer caer a todos como las Torres Gemelas”, posiblemente relacionada con los famosos 15,000 millones de pesos que habrían entrado a la campaña de Gustavo Petro. Además, tras acusar a Petro de tener presuntas adicciones con bebidas alcohólicas o, como sugirió la periodista de izquierda María Jimena Duzán, con cocaína, Benedetti sigue en el círculo más cercano del presidente, demostrando el nivel de corrupción y encubrimiento dentro del Gobierno.
Laura Sarabia: la autoridad en la sombra
Laura Sarabia, implicada en interceptaciones ilegales contra su exniñera Marelbys Meza, ha visto a su hermano pasar de ser un humilde ciudadano a multimillonario de la noche a la mañana. Sarabia, quien actúa como la verdadera autoridad, dicta órdenes a los ministros y genera divisiones internas en el Gobierno de Petro. Muchos están en desacuerdo con su imprudente liderazgo. Su única experiencia laboral fue con Benedetti, lo que evidencia su falta de preparación en un entorno corrupto. Además, el caso de las chuzadas ilegales culminó con el suicidio del coronel Óscar Dávila.
Premios a la ineptitud
Irene Vélez, después de mentir sobre las reservas de petróleo y gas y protagonizar múltiples escándalos y abusos de poder, recibe un consulado en Europa. Su esposo también se ha enriquecido gracias a contratos con el Estado. Francia Márquez y su Ministerio de la Igualdad son un símbolo de ineficacia. Sin logros que mostrar, solo han probado la incapacidad del Gobierno.
Petro prefiere colocar a activistas en lugar de profesionales capacitados. Ejemplos de esto son el ministro de Educación, conocido por sus vulgaridades y maltrato hacia las mujeres en redes sociales, y los embajadores sin experiencia que coloca en México y otros países, como el embajador Sebastián Guanumen, quien manejaba las “bodegas” del presidente y fue premiado como embajador en Chile. Los cambios constantes de ministros y viceministros evidencian su incapacidad para mantener un equipo estable. Petro reemplaza a los ministros preparados por aquellos que le siguen la cuerda, sin importar su incompetencia.
La trampa de la Paz Total
La tan cacareada Paz Total ha sido una trampa mortal. Grupos armados con más de 20,000 hombres —una sumatoria del ELN, las Farc, el Clan del Golfo y nuevos grupos paramilitares—, financiados por el narcotráfico, se fortalecen mientras la fuerza pública está atada. Cada día trae nuevos ataques terroristas, asesinatos de líderes y reclutamiento de menores. La violencia está desatada, las extorsiones y homicidios se han multiplicado, y el Gobierno se muestra incapaz de controlarlo. La desmoralización de las Fuerzas Militares es evidente. Petro ha destrozado la moral y la estructura de las Fuerzas Armadas, sacando por la puerta de atrás a generales íntegros que no comparten su visión. Ha desmantelado la inteligencia, los ojos del Estado, y no permite que las Fuerzas Militares y la Policía cumplan con su deber constitucional.
El mayor escándalo de corrupción
El mayor escándalo de corrupción en un siglo involucra a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd). Ministros de Petro salpicados, miles de millones de pesos robados, utilizados para comprar congresistas y aprobar reformas. Un billón de pesos en corrupción, y el presidente sigue impune. El dinero robado, destinado a los niños de La Guajira, fue usado para sobornar a congresistas como Iván Name y Andrés Calle. Escándalos tan grandes como los famosos carrotanques de La Guajira con sobrecostos millonarios, y la creación de contratos inventando catástrofes naturales inexistentes, solo para desembolsar dinero para las campañas políticas de los amigos de Petro.
Manipulación de la justicia
Petro manipula la justicia a su antojo. Colocó una fiscal de bolsillo, Luz Adriana Camargo, quien le está ayudando en este juego. Casos acelerados contra sus enemigos, como Álvaro Uribe, cuyo juicio se activó y aceleró de un momento a otro, y frenados contra sus aliados, como su hijo Nicolás Petro, quien confesó en videos la entrada de dinero ilegal a la campaña presidencial.
Petro es un maestro del populismo y la mentira. Con una popularidad del 25%, una de las más bajas en la historia de cualquier presidente colombiano, intenta perpetuarse en el poder a través de engaños y falsas promesas. Sus mentiras quedan expuestas en redes sociales, pero eso no lo detiene. Fomenta el odio y la división en lugar de unir al país. Su retórica agresiva profundiza las fracturas sociales. Los egos de la derecha han impedido una oposición eficaz, dejando el camino libre para Petro y su chequera estatal.
Complicidad con criminales
Petro ha demostrado ser cómplice de criminales. Las Farc y el ELN actúan con impunidad, mientras las extorsiones y asesinatos se disparan. Grupos como el Tren de Aragua se fortalecen día a día. Petro apoya a dictadores como Nicolás Maduro, negándose a condenar sus atrocidades en Venezuela. Este apoyo ha dañado la imagen de Colombia y nos ha aislado internacionalmente.
Petro, con sus múltiples visitas al país bolivariano y sus agendas privadas, parece estar negociando en secreto cosas que no benefician a Colombia, como la compra de gasolina y gas de Venezuela, destruyendo la industria de hidrocarburos colombiana bajo el pretexto del cambio climático, pero realmente enriqueciendo a Maduro. Se ha robado las elecciones, persigue a líderes políticos como Edmundo González Urrutia, y silencia a la oposición.
Escándalos personales
Los escándalos personales de Petro, incluyendo su supuesta infidelidad, dañan la credibilidad del Gobierno. Sus constantes peleas en Twitter muestran una falta de seriedad y dedicación. Recordemos su pasado guerrillero y cómo siempre ha mentido.
Petro, conocido como “el señor de las bolsas” por los videos donde recibía fajos de dinero, repite la historia con nuevas bolsas y maletines llenos de corrupción y trampa, involucrando incluso a su mano derecha, Laura Sarabia. Parece que las personas cercanas a él saben demasiados secretos y lo estarían extorsionando, lo que explica por qué terminan en altos cargos. Además, ha colocado amigos suyos y de su esposa en altos cargos, despilfarrando dinero público en masajes con marihuana y otros lujos innecesarios.
Para colmo, Petro se ha desaparecido en momentos cruciales, justificándolo con “agenda privada”. Su supuesta infidelidad, que ni ha negado ni confirmado, genera muchas dudas. Parece que sus “agendas privadas” son cada vez más frecuentes, y no es un secreto que empieza a trabajar tarde en la mañana, ya que madrugar no es una de sus características. Los videos donde camina de la mano con otra persona en Panamá durante la posesión del presidente de ese país, mientras estaba en una visita oficial, y el despilfarro en la Casa Colombia en París durante la inauguración de los Juegos Olímpicos, son solo algunos ejemplos de su comportamiento cuestionable y su manejo irresponsable de los recursos públicos.
Conclusión
Gustavo Petro no solo ha sido un desastre como presidente; ha sido una calamidad para Colombia. Su administración se ha destacado por la corrupción desbordante, el manejo inepto de las políticas y la descomposición social. Ha sumido al país en una crisis moral, económica y de seguridad sin precedentes. Su legado será recordado como un periodo oscuro en nuestra historia. Colombia necesita un cambio real, no la ilusión rota y corrupta que Petro ha ofrecido. Intenté hacer esta columna con datos y números, pero eran tantos los escándalos y desilusiones que resultaba confuso. Por eso, preferí presentar los hechos de manera abierta y directa para reflejar la realidad devastadora de estos dos años de gobierno.