La Orquesta Filarmónica de Buenos Aires brilló con la batuta de Chungki Min

Expusieron la función número 10 en el Teatro Colón con tres compositores contemporáneos a la Societé Nationale de Musique

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La Orquesta Filarmónica de Buenos Aires
La Orquesta Filarmónica de Buenos Aires

En el Teatro Colón de Buenos Aires, el pasado 19 de julio de 2024, la Filarmónica de Buenos Aires presentó el siguiente repertorio: en la Parte I, de Paul Dukas (1865/1935) Obertura Polyeude y de César Franck (1822/1890) Variaciones Sinfónicas para piano FWV 46, con la participación de la pianista Arta Arnicane. En la Parte II de Camille Saint.Saens (1835/1921) Sinfonía nro. 3 en do menor, Op 78 1 Adagio-Allegro moderato-Poco adagio, II Allegro moderato-Presto Maestoso-Allegro. En esta parte, a cargo del órgano estuvo Felipe Delsart.

Los tres compositores que reunió la propuesta fueron contemporáneos, integraron o fueron apoyados por la Societé Nationale de Musique fundada en 1871 (Paris), inspirada en la idea de apoyar a autores franceses, tras la derrota en la guerra franco prusiana. Existían diferencias en su seno fundamentalmente respecto a la aceptación de la influencia de la música alemana.

Paul Dukas. Nació el 1 de octubre de 1865 en París y falleció en la misma ciudad en 1935. Fue compositor de la escuela impresionista. Empezó a tocar el piano a los 5 años, pero no sintió verdaderamente su vocación hasta los 14. En 1881, ingresó en el Conservatorio de París en la clase de armonía de Théodore Dubois. En 1885 fue admitido como alumno de composición de Ernest Guiraud y en 1886 obtuvo el primer premio de contrapunto y fuga. Tras no serle otorgado un premio del que se consideraba acreedor abandonó el conservatorio y se dedicó seriamente a su trabajo. En lo que hace puntualmente a la música orquestal se destacan El aprendiz de brujo (1895) que inspiró a muchos niños a la música de la época y la Obertura Polyeude (1891).

Chungki Min dirige conciertos en Corea del Sur y Europa y se ha focalizado en compositores contemporáneos, en algunos casos con estrenos mundiales
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César-Auguste-Jean-Guillaume-Hubert Franck, o simplemente César Franck (Bélgica 10.12.1822 8.11. 1890, París) fue compositor y organista. A instancias de su padre César entró a de pequeño en el Conservatorio de Lieja. Merced a sus cualidades de memoria, fino oído y a sus dedos largos y precisos sus progresos fueron notables. Residiendo en París ingresó en el Conservatorio de París a los 14 años, donde fue varias veces premiado. En 1853, es contratado como organista en su iglesia de San Juan y San Francisco en el Marais, poniendo a su disposición un excelente órgano, uno de los primeros construidos por Aristide Cavaillé-Coll. Años más tarde se convierte en organista de la iglesia de Santa Clotilde, que contaba también con un magnífico Cavaillé-Coll. Con ese majestuoso instrumento presentó destacadas composiciones asta el fin de sus días. En él interpretaría en 1864 su compendio de Seis piezas para órgano, obra que constituyó el amanecer de la música organística en Francia. El nombre de César Franck comienza a ocupar un lugar de prestigio siendo convocado a las salas de concierto e iglesias en la inauguración de órganos, lo cual corona en 1872, cuando es nombrado profesor de órgano en el Conservatorio. Esto le asegura un salario digno. Así comienza el período en que ven la luz sus grandes obras. En las salas de la Société se estrenaría la mayor parte de las obras que Franck compuso en los años siguientes, entre ellas, las Variaciones sinfónicas (1885). En rigor de verdad las Variaciones no son propiamente una obra concertante, sino una novedad en el género, en la que dos temas antitéticos son desarrollados por el piano y la orquesta a lo largo de tres movimientos que se suceden sin interrupción. El primero de ellos, Poco allegro, sirve de presentación de ambos temas; un breve desarrollo conduce al Allegretto quasi andante, integrado por seis variaciones de muy variado carácter sobre el segundo tema. El Allegro non troppo final, sembrado de equívocos tonales, cierra brillantemente la obra. Esta excelente composición contribuyó a cimentar la fama de su autor.

Charles Camille Saint-Saëns (París, 9 de octubre de 1835-Argelia francesa, 16 de diciembre de 1921) fue compositor, director de orquesta, organista, pianista y militar francés, aunque merced a su curiosidad incursionó en muchas otras disciplinas. Dotado de oído absoluto, de pequeño fue un prodigio al piano. A los dos años y medio se sentó por vez primera frente a un pequeño piano y empezó a practicar con su tía abuela que, aunque no era profesora, tenía una sólida formación musical. Le consiguieron piezas fáciles de Franz Joseph Haydn y de Wolfgang Amadeus Mozart. Su primera composición fue a los 4 años y pocos meses, que se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia. Debutó en público en la Salle Pleyel, el 6 de mayo de 1846, Interpretó Beethoven y el Concierto de piano nº 15, KV 450 de Mozart, con una cadencia final de su propia invención, entre otras piezas y para el encore se ofreció a interpretar, de memoria cualquiera de las treinta y dos Sonatas para piano de Beethoven. En casi toda Europa y EEUU fue saludado como un nuevo Mozart. En 1848, ingresó en el Conservatorio de París. Obtuvo el primer premio en el concurso organizado por la Sociedad Santa Cecilia de Burdeos el mismo 1852 y en 1853, a los 18 años, compuso su primera Sinfonía en mi bemol mayor (obra que remitió anónimamente a la misma Sociedad Santa Cecilia como de un compositor alemán, ya que así lograría que lo tomaran en serio y no lo rechazasen por su edad). La obra fue admitida y, una vez conocida su autoría fue estrenada el 11 de diciembre de 1853 con gran éxito. Provocó el asombro de varios críticos y compositores asistentes, como Gounod, Schumann, Rossini y Berlioz . Sus improvisaciones recibían el elogio del público parisino y lograron también el de Liszt, que acudió a escucharle y que en 1866 dijo que Saint-Saëns era el más grande organista del mundo. En 1861 conoció a Wagner cuando actuaba como pianista en la Ópera de París en una presentación de Tannhäuser . El gran músico quedó maravillado con aquel joven pianista que tocaba a primera vista con tanta facilidad y comprensión su complicada obra.

1886 fue uno de sus mejores años de composición. Finalizó la Sinfonía nº 3 para orquesta y órgano, a pedido de la Royal Philharmocic Society. La obra se estrenó en Londres, dirigida por el propio compositor. Meses más tarde, la obra fue dedicada a la memoria de Franz Liszt, que había terminado sus días en Bayreuth el 31 de julio de 1886. Se fue de vacaciones a un pequeño pueblecito de Austria, donde en poco días compuso El carnaval de los animales, una obra que él consideró siempre un divertimento y que tan solo fue publicada enteramente a su muerte. Ambas composiciones junto con Le Cygne, para violonchelo y piano se convirtieron tal vez en las más frecuentadas.

Orquesta filarmónica de Buenos Aires
Orquesta filarmónica de Buenos Aires

Director de Orquesta chungki Min, nacido en Corea del Sur comenzó a estudiar piano a los cuatro años y a los doce ganó el Primer Gran Premio del Ministerio de Educación de Corea. Debutó como director en 1996 en Seúl con la Sinfonía nro. 2 de Malher y en 2011 con la ópera La Flauta Mágica (Mozart). Es profesor de la Universidad Mozarteum de Salzburgo desde hace trece años. Cungki Min demostró ya su solvencia en el podio frente a la misma orquesta en este primer coliseo con obras de Shubert, Ralph Williams y Richard Strauss que se presentaron en julio mismo. En la velada que hoy anotamos condujo con brío y minuciosidad. Sus movimientos indicaban con detalle, ritmo y tempo la intervención de los instrumentos. Su mano izquierda se abría hacia al órgano indicando el instante del inicio de su participación cuando era su turno.

La Filarmónica brilló en las dos partes del concierto, demostrando su sólida formación musical, estudio profundo de las obras y práctica. Verdadero compromiso con la labor. Xavier Inchausti como concertino lideró con acierto desde la afinación hasta el último acorde.

Arta Arnicane, nacida en Letonia en el seno de una familia muy musical, comenzó a tocar el piano a los cuatro años. En 2004 se graduó cum laude en el Real en Conservatorio de Escocia, la Academia Letona de Música en 2008 y en la Universidad de las Artes de Zúrich entre 2010 y 2012. Recibió varios galardones Actuó en importantes salas de Praga y Zúrich. En las Variaciones Sinfónicas para Piano de Franck, como responsable del piano, Arta mostró calidad técnica y estilística. Logró más que dialogo de su instrumento con la orquesta, una perfecta simbiosis con aquella, sin por ello perder el protagonismo que le toca al solista. También exteriorizó profundo conocimiento de la labor de Franck, tanto como del espíritu del compositor. Demostró aplomo y precisión en las partes más complejas. Es elocuente su talento, trayectoria y futuro.

A cargo del órgano estuvo Felipe Delsart, profesor egresado del Conservatorio Musical Clement (Entre Ríos) y licenciado en dirección orquestal por la UCA. Estudió órgano con Enrique Rimoldi y Luis Caparra. Fue invitado en 2013 al 47 Festival Internacional de Organo de Morelia (2013) y al 4to Festival de Organo, de Zamora. Es autor de innumerables arreglos vocales e instrumentales que integran el repertorio de la Catedral Primada de Buenos Aires y del Grupo de Música Litúrgica de Buenos Aires. Compuso la Misa en honor a Santa Teresa de Jesús estrenada en la Catedral porteña y en la Catedral San Patricio (Nueva York). Se desempeña como músico copista corrector del Teatro Colon de Buenos Aires.

El maestro Delsart es un encumbrado organista. El instrumento, a su turno inspirador del bandoneón, tiene un sonido que impone esa cuota de solemnidad que sobresale en las manos del solista. La habilidad y formación académica del nombrado quedó demostrada en el desarrollo de la composición de Saint Saens, que ocupó la segunda parte del espectáculo en trato. El compositor, a quien nos hemos referido ya, además de virtuoso, contaba con un conocimiento profundo del instrumento y en la Sinfonía nro 3 lo puso de manifiesto reclamando un hábil organista como solista, cosa que se concretó con Felipe Desart. En suma, repertorio con el sello de la época y muy buenos intérpretes.

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