Venezuela ya lo había vivido en 1958, cuando el dictador Perez Gimenez, despues de 10 años de sangriento gobierno, se autoproclamo “ganador” de unas elecciones fraudulentas. Tras 39 dias de resistencia popular, huyó del país y los principales partidos pudieron suscribir el “Pacto de Tiro Fijo” que rigió hasta la asunción al poder de Hugo Chávez en 1999.
Hoy Venezuela se bate en una masiva resistencia, pacífica pero decidida y masiva, en las calles de todas las ciudades y pueblos venezolanos.
Su dirigencia política, encabezada por Maria Corina Machado y el presidente electo Edmundo Gonzalez Urrutia, se han plantado firmes en defensa de un triunfo electoral que tienen documentado y a disposición del periodismo en el 73% de las actas electorales que rescataron los fiscales electorales.
Ya hay muertos en las calles y se verifica una indignación imparable y creciente de la ciudadania.
Queda abierta la posibilidad, Dios no lo quiera, que la Dictadura pueda ahogar en sangre la heroica resistencia popular.
Pero también está abierto el camino para que se “rompa la cadena de mando” y , tanto los funcionarios de la Justicia electoral, como los efectivos de las Fuerzas Armadas y policiales, desobedezcan a sus ya ilegitimas autoridades y no se presten a participar del “Baño de Sangre” que el dictador Maduro habia prometido antes del acto eleccionario.
La oposición ganó en todos los departamentos y esta es una realidad incontrarrestable.
Hasta los 3 gobiernos que venían acompañando al regimen -México, Colombia y Brasil- han exigido que se acredite el resultado con las actas electorales -tanto las electrónicas como las manuales- que el propio Diosdado Cabello se jacta de poseer.
Estamos viviendo una jornada heróica, la más importante del presente latinoamericano, y tenemos que estar a la altura de semejante acontecimiento.
Los argentinos, en particular, tenemos que saber reflexionar sobre lo que somos y lo que tenemos en nuestra Patria.
Hemos vivido un proceso electoral modélico el año pasado, cuando un candidato sin partido ni cobertura territorial alguna pudo triunfar por el 56% de los votos, imponiéndose una voluntad popular que no tenia correlato institucional alguno para consagrarse.
Esto habla de una democracia pujante, que debe encontrar todavía el camino de la Unidad Nacional, la integración regional y la plena Apertura al Mundo, para consolidarse plenamente.
Hoy, gobierno y pueblo argentino, estamos respaldando a nuestros hermanos venezolanos desde la primera fila de la solidaridad activa. Ahí está nuestra embajada en Caracas que, con el escudo humano de sus vecinos pudo repeler un intento de invasión de encapuchados que pretendian secuestrar a los 6 dirigentes que recurrieron al asilo diplomatico en nuestra sede.
Sepamos honrar lo conquistado en nuestra tierra, consolidar el nuevo rumbo emprendido y ejercer en forma practica la solidaridad plena con el pueblo venezolano.
La historia nos esta mirando.