No es una película de ciencia ficción, es pura realidad. Quienes históricamente analizaron los comportamientos sociales relacionados a los consumos problemáticos nunca hubieran imaginado encontrarse en un momento de la historia, frente a la nueva “droga digital”. Las nuevas tecnologías llegaron para dar soluciones impensadas en nuestras vidas, pero al mismo tiempo nos traen problemas desconocidos realmente preocupantes. La ludopatía en niños y adolescentes es un fenómeno realmente aterrador, y encontrar un principio de mitigación es, definitivamente, una prioridad, entendiendo que no solo es una causa común, sino también una causa de supervivencia de las nuevas generaciones.
La adicción al juego es una enfermedad silenciosa que está afectando a niños y adolescentes en todo el país. El 12.5% de los jóvenes entre 15 y 24 años ha participado en casinos online, una cifra alarmante, dada la frecuencia e intensidad de sus apuestas. Este aumento se debe a la expansión del mercado ilegal de juegos en línea y la publicidad agresiva en redes sociales y transmisiones deportivas, especialmente en el fútbol.
En 2020, las apuestas generaron 65,316 millones de dólares, y se proyecta que aumenten a cerca de 130 mil millones para 2027, lo que hace urgente mitigar las consecuencias de los juegos de azar. Cientos de influencers comparten diariamente enlaces que conectan a sus seguidores con plataformas caseras y clandestinas de juego online, facilitando el acceso y generando publicidad, asegurando resultados favorables en dichas casas de apuestas. Si figuras artísticas, modelos, conductores televisivos o deportistas de alta competencia promovieran el consumo de drogas, nos escandalizaríamos, pero nadie parece preocuparse cuando fomentan el uso de casinos online durante el prime time de la televisión argentina.
Esta “droga digital” se mete en nuestras casas, en las habitaciones de nuestros hijos, en la escuela, en los clubes y en todo ámbito privado que este al alcance. Como padres de niños y adolescentes, debemos exigir a las autoridades el tratamiento urgente de esta problemática, y así contrarrestar el impacto de la publicidad irresponsable con medidas concretas que desincentiven la adicción al juego juvenil.
En primer lugar, se debe eliminar la posibilidad de que menores de edad accedan a estas aplicaciones, con un sistema de reconocimiento facial y verificación del DNI de los potenciales usuarios. Además, es extremadamente necesario que las casas de apuestas online deban incluir advertencias sobre los efectos perjudiciales del juego en sus plataformas y publicidad, ocupando al menos el 20% del espacio con mensajes claros sobre los riesgos.
También es imprescindible la aplicación de un número de acciones coordinadas y complementarias, las cuales deben estar reglamentadas por ley nacional. A saber:
- Creación del Registro Nacional de Personas con Ludopatía (RNPL), administrado por el Ministerio de Salud de la Nación en coordinación con el Poder Judicial, estableciendo responsabilidad civil para aquellas plataformas que permitan que personas inscriptas en el RNPL participen en ellas, ya sea por dolo o negligencia.
- Implementar un Programa Nacional de Prevención contra la Ludopatía, que se materialice en las escuelas secundarias a través de convenios entre el Ministerio de Salud y los ministerios de educación de las provincias, ofreciendo capacitaciones semestrales sobre prevención de la adicción al juego, problemas relacionados y finanzas personales, dirigidas a toda la comunidad educativa.
- Intervención del ENACOM, Ente Nacional de las Comunicaciones, para poner un freno físico al ingreso de plataformas irregulares. Rastreo y bloqueo de líneas y plataformas como acción central para lograr buenos resultados.
Es paradójico que mientras el 28% de los equipos de Primera División del país exhiben publicidades de casas de apuestas en sus camisetas, nuestros jóvenes, atrapados por el juego a edades cada vez más tempranas, se endeudan y recurren a prestamistas clandestinos para financiar su adicción, existiendo reportes de intentos de suicidio relacionados con esta problemática.
El momento de prevenir es ahora. Si permitimos que este fenómeno mundial se arraigue tan fácilmente en los jóvenes, enfrentaremos las consecuencias de varias generaciones adictas al juego. Esto afectará su salud mental, la de sus familias y su estabilidad económica, mientras una ruleta electrónica diseñada para enriquecer a sus operadores los consume.