Hace 85 años, en el marco de una conferencia, José Ortega y Gasset enunció una frase de plena vigencia, que luego se publicaría en su Meditación del Pueblo Joven: “Argentinos a las cosas, a las cosas“.
Y señalo que tiene plena vigencia, desde la perspectiva de concentrarnos en programas, proyectos y soluciones concretas. Demasiado tiempo se pierde en debates ampulosos, puro relato, que pretenden avivar la grieta y que terminan en la esterilidad y la impotencia.
Si somos capaces de salir de esta trampa, hay una ventana de oportunidades para realizar una serie de reformas y cambios que hagan de nuestro país un lugar más previsible, desarrollado, transparente y moderno. Por ese motivo insisto desde el primer anuncio que el Pacto de Mayo -ahora reconvertido a Julio- debía contener un mecanismo de concertación y que era necesario incorporar la educación, la cuestión social y la seguridad ciudadana al mismo.
Es en ese contexto que quiero avanzar con un tema muy concreto, en una reforma tan necesaria como pendiente. Hago referencia a un cambio significativo de nuestro sistema electoral: la incorporación de la Boleta Única de Papel como instrumento de votación ciudadana.
Ahora bien, ¿qué buscamos con esta iniciativa que ya fue aprobada en la Cámara de Diputados? ¿Cuáles son las mejoras en relación con el actual sistema de boletas múltiples partidarias?
En términos generales, es un avance institucional. Y muchas veces se soslaya que, en el desarrollo de los países, además del modelo económico, es de fundamental importancia contar con reglas de juego estables e instituciones fuertes.
Y más concretamente, dejar atrás las boletas partidarias y avanzar en la implementación de la boleta única de papel mejoraría significativamente nuestro proceso electoral en varias dimensiones. Es un modelo más transparente, equitativo, sencillo, austero, económico y ambientalmente sustentable.
- Más transparente porque se eliminan y desalientan prácticas fraudulentas como la adulteración, destrucción, robo de boletas o el “voto cadena”.
- Más equitativo en la competencia entre las fuerzas políticas porque garantiza la universalidad de la oferta electoral con la presencia asegurada de todos los partidos/candidatos en la boleta y ya no depende de la capacidad económica de cada espacio político para la impresión de sus propias boletas.
- Más sencillo para ejercer el voto, si tenemos en cuenta que el 80% de las democracias del mundo votan con este instrumento de votación. Y contamos también con las exitosas experiencias de tres provincias argentinas (Córdoba, Santa Fe y Mendoza).
- Más austero y económico porque implica un ahorro sustancial de recursos financieros en la impresión de boletas.
- Y es ambientalmente sustentable porque reduce de manera significativa el uso de papel y de tinta.
En resumen, la implementación de la Boleta Única Papel sería un avance positivo en términos institucionales, con igualdad de oportunidades para las fuerzas políticas en el acto electoral, una votación más sencilla para la ciudadanía y una reducción significativa del uso de recursos financieros y ambientales.
Las experiencias de implementación de la Boleta Única de Papel en las provincias de Santa Fe, Córdoba y Mendoza son aleccionadoras y se diferencian de los tediosos y desiguales sistemas de votación de varias provincias, incluida la Provincia de Buenos Aires.
Tenemos el desafío y la oportunidad concreta de lograr una mejora institucional que fortalezca la cultura democrática y el sistema representativo.