Apuestas y niños, ¡no!

El Jefe de Gobierno porteño afirma en esta columna de su autoría que, en temas como la ludopatía infantil, “no hay ni puede haber grises”. Advierte que “las apuestas dirigidas a menores de edad, son ilegales” y explica las medidas que ha puesto en práctica para combatir esta problemática

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Jorge Macri, Jefe de Gobierno
Jorge Macri, Jefe de Gobierno de la Ciudad

El tema del juego y las apuestas online es recurrente en los chats de padres y en la preocupación casi diaria. La ludopatía infantil es un fenómeno que va creciendo. Poner luz sobre esta realidad puede resultar incómodo, pero creo que es urgente plantear, si no todas, al menos algunas soluciones. No podemos mirar para otro lado, como si nada estuviera ocurriendo. Al menos esa no es mi forma de enfrentar y resolver los problemas.

En algo todos estamos de acuerdo: no está bien que los chicos apuesten. ¿Por qué? Porque no están maduros, porque están en pleno proceso de crecimiento y son muy influenciables. En lugar de más libertad, les va generando una dependencia que, lejos de aportarles bienestar emocional, más bien los desequilibra, pudiéndoles ocasionar baja autoestima, déficit de atención y de sueño, mal rendimiento escolar o deportivo.

Como sucedió en otro momento con el alcohol o el tabaco, dos consumos claramente perjudiciales para la salud, es fundamental entender que la ludopatía infantil es un emergente de un consumo no menos dañino: el digital. Aunque no sea una sustancia que ingresa al cuerpo, va debilitando silenciosamente la personalidad. El drama de esta potencial adicción es que “no se ve, no se huele”. Como muchos padres o madres que tienen hijos, yo esperaba la vuelta de los míos a casa y veía cómo llegaban o los iba a buscar, y uno “mira y huele”. Eso me daba la referencia de cómo estaban. Lo digital, en cambio, es intangible, disponible las 24hs, los 7 días de la semana y la realidad es, sin exagerar, que los chicos hoy tienen acceso a un “casino en el bolsillo”.

Por otro lado, hay que tener en cuenta dos factores más: uno, la adicción que genera la exposición prolongada a la pantalla (lo que expertos llaman, tecnoadicción) y, dos, la publicidad que, engañosamente, suele recurrir a un eufemismo para confundir solapadamente juego con apuestas. Que un niño juegue, nada tiene de malo; lo que está mal, insisto, es que apueste.

Hace tiempo que venimos trabajando con referentes de ONGs y especialistas en la prevención y tratamiento de la ludopatía. En esa mesa interdisciplinar coincidimos en la necesidad de avanzar en algunas acciones concretas, poniendo foco sobre tres ejes: la educación, concientización y prevención de esta problemática, la limitación del juego legal y el control del juego ilegal.

Antes de referirme a las medidas de control y limitación que empezamos a implementar, quisiera poner énfasis primero en la prevención. Es una tarea que comienza fundamentalmente en casa, con el compromiso de cada familia. Puede ser un tema difícil de abordar, pero tenemos que hablar sobre los peligros que se esconden detrás de algo que no es simplemente un juego. Este mensaje lo reforzamos, luego, con los Talleres de prevención en todas las Escuelas y la Red de Prevención en Clubes donde, a través del deporte, los entrenadores y profes pueden detectar a tiempo y orientar a los chicos en la ayuda que puedan necesitar. En este sentido, y para que el abordaje sea integral, vamos a abrir en el Hospital Alvarez un dispositivo grupal especializado, para atender a menores con posible diagnóstico de ludopatía, y otro para atender a las familias.

Crece la preocupación por la
Crece la preocupación por la utilización de sitios de apuestas on line por parte de menores de edad (Imagen Ilustrativa Infobae)

Esta problemática compleja requiere una ciudadanía responsable, que se involucre a través de mensajes y campañas positivas de prevención, en lugar de alentar el consumo. Esto último hacen, sabiéndolo o no, algunos influencers y figuras públicas que promocionan plataformas de juegos o apuestas ilegales. Por esta razón, ya enviamos una docena de cartas documento o instándolos a que desistan de realizar ese tipo de publicaciones en sus redes sociales.

En cuanto a las medidas de limitación, esta semana, junto a LOTBA, cerramos la inscripción y el registro para operadores de juego online. Ya no hay posibilidad de que se sume ninguna licencia nueva porque cambiamos el criterio con el que se otorgaban hasta ahora en la Ciudad. También vamos a auditar a los 11 operadores que están actualmente activos y regulados, para que cumplan estrictamente todos los requisitos de funcionamiento, como contar con un proceso de registro que permita verificar la edad de los apostadores y prohíba el ingreso de los menores, contar con herramientas como la autoexclusión, el establecimiento de autolímites de tiempo, depósito y/o pérdidas, alertas y limitaciones sobre las transacciones económicas y sobre la publicidad. Además, ya bloqueamos el acceso a todos los sitios de apuestas online (terminados en .bet) desde la red de internet de las escuelas públicas y de la red BA Wifi que se utiliza gratuitamente en espacios públicos de la Ciudad. .

Pero esto no es suficiente porque, además de las limitaciones al juego legal, el control debe estar fuertemente enfocado en el juego ilegal. Como todo delito, lo perseguimos y combatimos con todas las herramientas a nuestro alcance. Así, la División de Ciberdelitos de la Policía de la Ciudad y la misma auditoría de LOTBA están trabajando en conjunto para la detección y bloqueo de los sitios .com, que es desde donde la ilegalidad opera.

No hay ni puede haber grises. Las apuestas dirigidas a menores de edad, son ilegales. Con esta convicción estamos también unificando varios Proyectos presentados en la Legislatura para contar con un marco legal y regulatorio propio, acorde a la problemática. Por su parte, el Ministerio Público Fiscal, se ha comprometido en la asignación y especialización de una Fiscalía para atender este tema particular.

La ludopatía infantil nos plantea alertas y nuevos desafíos que nos obligan a revisar las respuestas que creíamos tener. El acceso a la tecnología tiene horizontes de posibilidades casi infinitas, pero además de garantizarlo, tenemos que orientarlo hacia el desarrollo socioemocional e integral de nuestros niños, niñas y adolescentes. Tenemos mucho por hacer, cada uno desde su lugar. Hoy ya podemos empezar a hacer algo: hablar del tema en casa, instalarlo y debatirlo en familia. Si no hablamos, la batalla está perdida. Pero si lo ponemos arriba de la mesa, empezamos a ganarla.

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