Claves para entender qué pasó en Bolivia

El intento de golpe institucional implica razones políticas, económicas y sociales que se deben analizar en conjunto para comprender lo que pasó

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Una mujer frente al Palacio
Una mujer frente al Palacio Quemado después de que las fuerzas armadas del país se retiraran (Reuters)

Hace 33 años el politólogo norteamericano Samuel Huntington acuñó el concepto de “tercera ola de democratización” para describir la serie de transiciones a la democracia que ocurrieron en varios países desde mediados de la década de 1970 hasta principios de 1990. En esta ola, América Latina fue una de las grandes protagonistas. Hoy, a casi 4 décadas de ese momento, las imágenes de tanques de guerra que se desplazan hasta el palacio de gobierno y militares tomando la calle parecen de otra época.

Sin embargo, lo que sucedió el miércoles a la tarde en La Paz, Bolivia, nos recuerda que a pesar de haber transcurrido muchos años, las democracias latinoamericanas aún pueden ser más frágiles de lo que creemos. De acuerdo con un informe de la consultora Latinobarómetro, desde 1990 la región nunca tuvo un retroceso democrático como el que estamos presenciando hoy.

Esa recesión institucional se manifiesta en el bajo apoyo que tiene la democracia, el aumento de la indiferencia al tipo de régimen, la preferencia y actitudes a favor del autoritarismo, el desplome del desempeño de los gobiernos y de la imagen de los partidos políticos. Actualmente el 98% de los latinoamericanos viven en regímenes defectuosos, híbridos o directamente bajo gobiernos autoritarios. Al medir la calidad democrática en Bolivia, gran protagonista político de esta semana, vemos que el país descendió al puesto 20 sobre un total de 24 naciones latinoamericanas, dando cuenta de una muy preocupante situación institucional. Así, observamos que en América Latina existe un declive sostenido desde hace varios años con un deterioro continuo y sistemático de la democracia.

Sin embargo, las imágenes del miércoles en Bolivia no mostraban un desgaste progresivo de las instituciones sino el intento violento y abrupto de tomar el poder. Y si bien esta situación puede ser la consecuencia de la mala calidad institucional, ¿por qué es distinto? ¿Cómo explicar que repentinamente los militares quieran ingresar en el palacio presidencial y amenazar con tomar el poder? ¿Esta situación remite a una causa netamente política? No necesariamente.

Entonces, ¿cómo entender lo que sucedió en Bolivia? Para eso, es necesario abordarlo de una manera multicausal.

Las causas políticas detrás del intento de golpe

Haciendo un recorte temporal, podríamos pensar que el intento de golpe por parte de Juan José Zúñiga, ahora ex jefe del Ejército, se debe a que el día anterior el presidente Luis Arce lo había removido de su cargo, después de que el General declarara que no iba a permitir un nuevo gobierno de Evo Morales, ex aliado político de Arce y ahora convertido en uno de sus más acérrimos rivales.

Sin embargo, el alzamiento nos remite a algunos pasos previos y más precisamente, a la interna política del partido Movimiento Al Socialismo, creado en 1997 por Evo Morales y por quien, a su vez, Luis Arce llegó al poder. Después de un cisma entre quienes responden al actual mandatario y los que permanecen leales a Evo Morales, Luis Arce fue expulsado de la agrupación. Así, en vistas de las elecciones presidenciales del año que viene, gran parte del intento de golpe tiene que ver con tensiones entre los líderes del partido.

Pero, ¿cómo se vincula esta situación con el intento de golpe? Después de que Juan José Zúñiga declarara que no permitiría un nuevo mandato de Evo Morales, el ex presidente no solo lo acusó de golpista sino que además dijo que si Luis Arce no lo condenaba de manera ejemplar sería una muestra de complicidad con el jefe del Ejército. Arce, obligado a defender la institucionalidad y la democracia y al no poder permitir semejantes declaraciones, no tuvo más remedio que echar a Zúñiga de su cargo, lo que nos remite a la tarde del miércoles y el intento de golpe.

Las causas económicas detrás del intento de golpe.

Los problemas políticos e institucionales en Bolivia no surgieron esta semana con el levantamiento militar, sino que se vienen desarrollando desde hace meses. Desde el año pasado el presidente Arce viene sufriendo protestas y movilizaciones sociales que incluyeron cortes de ruta por parte de comerciantes, transportistas e importadores para exigirle al gobierno un mejor acceso a los dólares y los combustibles que se encuentran limitados y racionados desde hace meses. Esto se debe a que las reservas de dólares del Banco Central de Bolivia cayeron a niveles mínimos en febrero de 2023 y hay limitaciones a los retiros de dólares diarios de las cuentas bancarias, así como para el uso de tarjetas de crédito y débito en el extranjero. En paralelo, la deuda del Banco Central con los bancos comerciales es más alta que sus reservas totales. En paralelo, y afectando a la vida cotidiana, también hay escasez de medicamentos.

Las causas institucionales detrás del intento de golpe

Si bien Arce es el político con mayor intención de voto, el actual mandatario está sufriendo una pérdida de apoyo político en las encuestas, ya que a los problemas económicos también se agregan los institucionales. Actualmente la Asamblea Legislativa, que hoy es mayoritariamente opositora, está paralizada por intervención del órgano judicial y desde hace 6 meses no hay sesiones plenas. Incluso, hace 15 días se dio una de las mayores tensiones en el poder legislativo cuando Arce se ausentó del país por un viaje y su vicepresidente tuvo que asumir el poder de forma interina, dejando el Senado a un líder afín a Evo Morales quien logró aprobar leyes que el gobierno de Arce quería mantener sin efecto.

Las causas históricas detrás del intento de golpe

Uno de los grandes problemas de fondo del levantamiento militar es la inestabilidad política que vive Bolivia desde 2019. En ese momento y tras semanas de acusaciones por fraude electoral, Evo Morales terminó renunciando después de denunciar un golpe de Estado en su contra. En ese momento, Jeanine Añez, vicepresidenta segunda del Senado y firme opositora del ex presidente, asumió el poder de forma interina hasta el año 2020 cuando ganó Arce. Las imágenes del miércoles, con militares intentando tomar el poder, generaron una reminiscencia de los momentos más oscuros de la historia, ya que Bolivia es el país que más intentos o golpes de Estado tuvo en el mundo.

¿Qué puede pasar de ahora en más? ¿Podrá Arce salir fortalecido de esta situación o, por el contrario, terminará con un gobierno debilitado y un gabinete cuyos miembros fueron una respuesta al alzamiento? ¿El hecho de que Bolivia se encuentre en el triángulo del litio tendrá que ver con el alzamiento? ¿Generará este suceso una nueva disputa estratégica entre China y Estados Unidos? Tendremos que esperar a los próximos meses para saberlo.

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