El crimen organizado muta y se perfecciona: ¿cómo enfrentarlo?

Esta complejización requiere del correlato político

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El crimen organizado muta y se perfecciona: ¿cómo enfrentarlo?
El crimen organizado muta y se perfecciona: ¿cómo enfrentarlo?

Hibridación de conflictos, ecosistema criminal de alto impacto y creciente complejidad; transnacionalización de las operaciones delictivas, nuevas amenazas regionales por la intervención en países limítrofes de estados filo terroristas, aparición de actividades y empresas con potencialidad de vectorizar el flujo de capitales, producto de la actividad ilegal como reaseguro de la empresa criminal y el ciberespacio como ámbito de disputas estratégicas, conforman el escenario en el que las actividades de investigación criminal, confluyen en un único objetivo, el de garantizar la seguridad ciudadana y la estabilidad de las instituciones democráticas de la república.

El crimen organizado se desarrolla, muta y como resultado de la transformación continua, se perfecciona, consolidando a nivel global una modalidad empresarial delictiva que proyecta su dominación sobre Estado y sociedad, con un poder predador.

Esta complejización de los ámbitos criminales requiere del correlato político, a los efectos de generar las herramientas y sinergias adecuadas que respalden y auxilien en el marco del derecho, tanto a los organismos actuantes como a las fuerzas de seguridad intervinientes.

Si bien la comercialización ilegal de estupefacientes y el tráfico de personas representan los principales delitos que se cometen en la región, los grupos criminales responsables de estas prácticas han diversificado su actividad delictiva. Inclinándose cada vez con mayor determinación, a los delitos ambientales, que comprenden la minería ilegal, la deforestación, el robo de especies protegidas y la pesca ilegal. Esta diversificación del portfolio criminal constituye la tercera mayor economía ilícita del mundo, ya que, estimaciones efectuadas por organismos responsables de su persecución penal, indican que estarían generando cerca de 280.000 millones de dólares anuales.

En este contexto, pareciera inscribirse la intención gubernamental de modificar la estrategia. En síntesis, se trataría de generar dentro del adecuado marco normativo y legal, la sinergia necesaria entre dos componentes de un mismo sistema (Sistema Nacional de Inteligencia), que permita a los efectores de los sistemas de seguridad y justicia, optimizar la ya demostrada eficacia de la (imprescindible) inteligencia criminal. Ampliando el rango de conocimientos necesarios para neutralizar acciones de este peligroso fenómeno global como lo es el crimen organizado.

Inteligencia estratégica e inteligencia criminal

Desde tiempos remotos, analistas estratégicos como el ampliamente reconocido Sun Tzu (alrededor del año 500 a. C.) autor de la emblemática obra “El Arte de la Guerra”, cuyo capítulo XIII lo dedica íntegramente al espionaje, han estudiado los beneficios de la obtención de inteligencia.

Los servicios de inteligencia, por su parte, deben obtener información y elaborar inteligencia para que el Gobierno pueda tomar las decisiones adecuadas, a fin de preservar la seguridad frente a amenazas o riesgos que muchas veces tendrán carácter criminal, pero no siempre o quizá no únicamente.

El asesor Santiago Caputo, que estaría a cargo de la transformación de la AFI, junto al presidente Javier Milei (EFE/EPA/JIM LO SCALZO)
El asesor Santiago Caputo, que estaría a cargo de la transformación de la AFI, junto al presidente Javier Milei (EFE/EPA/JIM LO SCALZO)

Analistas consultados por este medio, señalan que bajo la conducción de la ministro Bullrich, la Inteligencia Criminal ha vuelto a ocupar y optimizar espacios inexplicablemente “abandonados”, por la gestión gubernamental de Alberto Fernández, herramienta (Icia. Criminal) que debe abordarse de manera holística. Es decir, integrando información que por su propia naturaleza excede a la que, de suyo gestiona la inteligencia criminal, básicamente por el carácter transnacional de las estructuras que operan al margen de la ley, de manera organizada y más allá de los estados nacionales, objetivos de sus empresas criminales. El crimen organizado transnacional es una amenaza para la sociedad global, pues se trata de grupos que no reconocen fronteras ni ley.

En esta lógica, también se inscriben los crecientes escenarios de conflictos bélicos a nivel global, dado que los intereses de los estados involucrados, pueden ser concomitantes y complementarios de organizaciones criminales que operan como proxis de dichos estados. Requiriendo en estos casos del aporte de analistas estratégicos que operen sobre la realidad a nivel global, a fin de producir conocimiento sobre la probable evolución de ciertos acontecimientos disruptivos, cuyos efectos podrían poner en riesgo la seguridad ciudadana y escalar quizá, a nivel nacional en cuanto a riesgo securitario. (Nuestro país ha sufrido al menos dos gravísimos ataques, que bien podrían inscribirse en esta lógica, la voladura de la embajada de Israel en el año 1992 y el atentado a la sede de la AMIA en el año 1994)

La tecnología ha abierto nuevas formas de gestionar conflictos, llegando a lo que se denomina guerra híbrida. Cuando hablamos de la hibridación de conflictos, nos referimos a la posibilidad del uso de una amplia gama de métodos diferentes para atacar a un enemigo, oponente u adversario, como la difusión de información falsa o el ataque a sistemas informáticos relacionados con infraestructuras críticas, además de, o en lugar de, la acción militar tradicional.

En este punto juega un papel fundamental el posicionamiento geo estratégico de nuestro país, pues la adhesión a determinados bloques, en un mundo inestable, genera nuevas potenciales hipótesis de conflicto. Sin dudas cuestiones que exceden a la inteligencia criminal.

Sobrados ejemplos existen en la región sobre actores criminales, cuyas actividades ilegales estaban relacionadas directamente al blanqueo de activos de grupos terroristas que operan, por ejemplo, en medio oriente.

Los archivos dan cuenta que, en el mes de noviembre del año 2018, un terrorista brasileño de origen libanés, Mahmoud Alí Barakat miembro de Hezbollah, fue extraditado desde Paraguay a los Estados Unidos de Norteamérica, por ser considerado uno de los principales financistas de esta organización terrorista. En tanto, en nuestro país, contemporáneamente eran condenados en la Provincia de Catamarca los hermanos Fadel y Barakat Barakat (primos del terrorista extraditado desde Paraguay) por tráfico de estupefacientes y explotar una cocina de drogas. Si además enviaban dinero a la organización terrorista, es algo que no se sabe, pero no se descarta dado que el grupo pro iraní, organiza a sus seguidores en clanes familiares, pudiendo este ser un típico caso.

Modelo internacional

Quizá uno de los objetivos del Gobierno, en la futura reforma del sistema de Inteligencia nacional, puede ser el del tránsito a un esquema integrado, al estilo de los países que se encuentran a la vanguardia en la temática a nivel internacional.

Y en esta lógica, Israel, cuenta con el Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales, conocido en hebreo como Ha-Mossad, que se encarga de reunir información de inteligencia en el extranjero. En tanto que el Servicio de Seguridad General israelí, también conocido como ShinBet o Sherut Bitachon Klali en hebreo, se ocupa de la inteligencia nacional, en su faz interna.

En el Reino Unido, el (SIS) Secret Intelligence Service está integrado por el MI6, que es el servicio de inteligencia responsable de la recolección y análisis de información estratégica en el ámbito internacional, y el MI5, responsable a su vez de gestionar la inteligencia y la seguridad interior.

Los Estados Unidos de Norteamérica cuentan con la CIA (Central Intelligence Agency) como la responsable exterior de la actividad de Inteligencia, en tanto que en la faz interna, destaca el Federal Bureau of Investigatión (F.B.I.), que tiene tanto funciones policiales como de inteligencia. Por el lado de la inteligencia, tiene como objetivo proteger a los EE.UU. contra el terrorismo, los ciberataques, las operaciones de inteligencia y espionaje extranjeros.

La República de la India, tiene como agencia de inteligencia y seguridad interna al Central Bureau of Investigation (C.B.I.), en tanto que el Ala de Investigación y Análisis (RAW) es la agencia de inteligencia exterior de India, ambas cohesionadas entre otros objetivos, para combatir el terrorismo y el delito grave.

El Commonwealth de Australia, se desempeña en esta lógica contando para ello con la Organización Australiana de Inteligencia y Seguridad (ASIO), equivalente al MI5 del Reino Unido, en tanto que en su faz exterior cuenta con el ASIS (servicio secreto de inteligencia de Australia), rama equivalente a su homónimo británico MI6. Ambas agencias se integran y colaboran en la lucha contra el crimen organizado.

Para finalizar, no importa los nombres o designaciones de las agencias responsables de generar el proceso de inteligencia, si finalmente el producto de su actividad es legal, oportuno, preciso y se traduce en la salvaguarda de los derechos fundamentales de sus ciudadanos, siendo uno de ellos el derecho a la Seguridad. Precisamente atacado y puesto en riesgo por el accionar de estas organizaciones criminales de estructuras complejas, que operan a nivel global y en la Región.

Afortunadamente en nuestro país, las acciones emprendidas para mitigar y neutralizar sus efectos, son palpables y se traducen en una baja significativa de la actividad criminal, sobre todo mensurable en aquellas regiones puestas en jaque durante años, producto de la desidia oficial e inexistencia de estrategias gubernamentales, referidas a la seguridad pública, de carácter integral.

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