Cada 15 de junio, Día Mundial de Concientización sobre Violencia y Maltrato a las Personas Mayores, nos brinda una oportunidad crucial para reflexionar y actuar sobre una problemática que muchas veces se oculta en la sombra de nuestra sociedad.
En la Ciudad de Buenos Aires, las estadísticas revelan una preocupante realidad: el maltrato a las personas mayores es más común de lo que nos gustaría admitir. En el 2023, se registraron 7 nuevas víctimas de violencia por día. Un 82% de estos casos se dan en el ámbito doméstico, perpetrados por familiares o cuidadores cercanos. Por el entorno. Además, hay factores que multiplican el riesgo. Más del 70% de las personas afectadas fueron mujeres y se observa un incremento de casos a medida que se avanza en edad.
En lo que va del 2024 los equipos interdisciplinarios de la Ciudad han intervenido en un número creciente de casos, con una proyección estimada que arroja un incremento del 20% de los casos para el año.
Pese a estas cifras alarmantes, la temática sigue siendo invisibilizada: mucha gente no cree que las personas mayores sufran violencia, simplemente porque se naturalizan ciertas situaciones que son en realidad hechos violentos. Por ejemplo, más de la mitad de los casos denunciados corresponden a maltrato psicológico, un tipo de violencia que no se ve en la piel pero que afecta directamente al bienestar y la calidad de vida de las personas.
La Ciudad de Buenos Aires ha sido pionera en dar voz y trabajar en pos de los derechos de las personas mayores. Desde el año 1999, el Programa Proteger brinda apoyo emocional, asesoramiento legal, protección, y acceso a justicia a las personas mayores en situación de violencia. Esta iniciativa adquiere mayor relevancia y carácter de política de Estado en el año 2015, con la sanción de la Ley 5420 de Prevención y Protección Integral contra el Abuso y Maltrato a los Adultos Mayores en el ámbito de la Ciudad.
La ley entiende por abuso o maltrato a los adultos mayores a “toda acción u omisión que provoque un daño a los mismos, sea esta intencional o consecuencia de un obrar negligente y que atente contra su bienestar general, vulnerando derechos”. El reconocimiento de estas situaciones y la existencia de una ley concreta que las clasifica y detalla implicaron un gran avance y permiten que hoy sea posible trabajar en la visibilización y concientización a los distintos sectores de la sociedad.
A través de un abordaje interdisciplinario y la planificación de estrategias de intervención inmediatas en resguardo de los derechos de las personas mayores, desde el Programa Proteger buscamos fortalecer las redes comunitarias e institucionales para que las personas mayores puedan armar un proyecto de vida libre de violencias. Además, trabajamos en la prevención a través de campañas de concientización y de la formación de profesionales para identificar y abordar casos de maltrato.
Trabajar en el abuso y el maltrato hacia las personas mayores como política pública implica poner en escena la cuestión: visibilizar la problemática, sacarla del ámbito privado del hogar para trasladarla a la sociedad y al fuero judicial.
En este punto, y para que estas políticas puedan ser eficaces y perdurables en el tiempo, la sociedad en su conjunto debe involucrarse activamente: debemos fortalecer las redes de apoyo comunitarias y familiares, promoviendo una cultura de respeto y valorización de nuestros mayores.
El buen trato hacia las personas mayores no es una gentileza o un gesto de buena educación: es un derecho que debe ser respetado. Es esencial que trabajemos juntos desde gobierno, organizaciones y la comunidad en su conjunto para derribar estereotipos, denunciar el maltrato y construir una Ciudad más justa e inclusiva, que garantice el respeto y la dignidad, en todas las etapas de la vida. Porque la forma en que tratamos a nuestros mayores refleja quiénes somos como sociedad