La Cumbre sobre Ucrania en Burgenstock (Suiza), con la participación de casi un centenar de delegaciones de alto nivel, incluirá a Jefes de Estado o Gobierno de la Unión Europea y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). También es previsible el apoyo de coaliciones de países occidentales, que incluye a la Argentina, Australia y Japón, entre otros.
La confidencialidad helvética no ha permitido, por el momento, conocer la lista completa de invitados, aunque se ha confirmado la asistencia del Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que ha tenido un papel central en evitar una catástrofe nuclear al ser Ucrania uno de los países con el mayor número de centrales nucleares en su territorio. También para advertir sobre las consecuencias del uso de armas nucleares tácticas por parte de Rusia.
La iniciativa multilateral suiza, en su condición histórica de neutralidad, es un esfuerzo diplomático preliminar para promover una hoja de ruta que ponga fin a la invasión rusa y abra perspectivas de paz. La convocatoria responde a un pedido del presidente Volodimir Zelenski a su homóloga suiza en ocasión del Foro Económico de Davos. Según la página web de la Cancillería en Berna, el evento pretende definir la retirada de las tropas rusas y considerar algunas cuestiones críticas de la guerra relacionadas con la seguridad nuclear, la seguridad alimentaria y los daños humanitarios ocasionado por el conflicto que incluye el reclamo por la devolución de niños secuestrados.
En esta instancia diplomática, el tema central es crear condiciones para la aceptación de Moscú de un marco de negociaciones de paz. Sin embargo, el ánimo del Kremlin no parece por ahora muy entusiasta. China, que había presentado un plan de paz a principios del 2023 promovido por Moscú, tampoco ha mostrado mayor interés en la reunión en Suiza en virtud de la ausencia de Rusia. Es también el caso de Brasil, que había respaldado la propuesta china en la reunión de los BRICS en Nizhny Novgorod (Rusia).
India, en cambio, habría decidido participar sin mayor estridencia para preservar los vínculos que mantiene con Moscú. Algunos analistas consideran que la dependencia del armamento ruso, emplazado en particular en las fronteras con China y Pakistán, explicarían las reservas de Nueva Delhi de condenar la invasión rusa. Sin embargo, la India nunca se sumó al ejercicio liderado por los Cancilleres de China y Brasil en los BRICS.
En general, los países latinoamericanos han mostrado una posición crítica a la invasión rusa en particular en la Organización de Estados Americanos (OEA). Los democráticos más abiertos han estado claramente del lado de Ucrania, mientras que los de izquierda y los más autoritarios, se han inclinado a favor de Rusia. Algunos, como Colombia y México y países bolivarianos, han criticado el envío de armas a Ucrania por parte de países occidentales. Por el momento, ningún latinoamericano se ha adherido a la imposición de sanciones económicas a Rusia.
En este contexto, la reunión en Suiza muestra como telón de fondo un cierto aire de guerra fría. La última Cumbre del G20 lo había dejado de manifiesto al no haber logrado emitir una declaración conjunta sobre la guerra en Ucrania. Tampoco el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha podido actuar desde la invasión rusa del 24 de febrero del 2022.
Justamente la iniciativa de Suiza intenta llenar ese preocupante vacío diplomático multilateral. Es de esperar que la Cumbre contribuya a fijar los lineamientos básicos para que se pueda iniciar un proceso de paz integral y duradero conforme el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas.