Por primera vez en décadas, tenemos un rumbo claro y una dirección certera. El Presidente Milei estableció que nuestro objetivo es transformar a la Argentina en un país próspero, con una economía dinámica y previsible, donde sea posible planificar el futuro de nuestras familias. Sin embargo, también es la primera vez que existe un acuerdo político tan agresivo para bloquear y obstaculizar los cambios necesarios para que el progreso sea posible.
A pesar del indudable mandato de cambio expresado en las elecciones, el kirchnerismo persiste en obstruir y desinformar. A través de estas estrategias simples, buscan perpetuar un modelo obsoleto que prioriza intereses personales sobre el bienestar colectivo, promoviendo prácticas que han minado la confianza en las instituciones gubernamentales y que, paradójicamente, explican la victoria de nuestro Presidente.
El kirchnerismo tardío, desesperado frente al inminente avance de la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, decidió que la reducción en la inflación y que la estabilidad de precios ya conseguida no debe continuar. En una sesión fugaz y subrepticia votada a horas de la medianoche del martes, Unión por la Patria (UP) y algunos aliados circunstanciales votaron el quiebre argentino mediante un proyecto que, en esencia, implica la destrucción de nuestra moneda.
Luego de votar por el mantenimiento de las jubilaciones de privilegio para unos pocos y, en un acto de cinismo, el mismo kirchnerismo que aprobó medidas que redujeron en un 30% el poder adquisitivo de las jubilaciones mínimas entre 2010 y 2023, decidió otorgar una dádiva simbólica y de aplicación inconsistente a dicho grupo, con el objetivo de socavar la única política que asegura la sostenibilidad de cualquier plan económico futuro: el orden de las cuentas del Estado.
Sin Estado solvente, no hay moneda posible. Durante los últimos años, hemos experimentado un estancamiento económico con niveles de inflación superiores a los de países como Venezuela. El Presidente Javier Milei anticipó que cualquier proyecto que amenace la estabilidad no será implementado, pero los efectos de la irresponsabilidad de la política tradicional son evidentes. Un ejemplo claro es el reciente aumento marginal en el tipo de cambio.
A diferencia del creciente peronismo de centro en ambas cámaras, que ha demostrado una actitud más responsable, la ideología kirchnerista se caracteriza por crear un constante ciclo de ilusión y desencanto respecto al futuro, resistir el cambio y promover una confusión generalizada entre lo correcto y lo incorrecto. Su objetivo es perpetuarse a costa de la mayoría de los argentinos, quienes mayoritariamente eligieron al Presidente Javier Milei como su representante.
En tan solo unos meses vimos un cambio de rumbo fundamental. El último dato de 2023 arrojaba una inflación mensual de 25.5%. Para mayo se esperan figuras cercanas al 5%. Argentina está nuevamente en el ojo público mundial, con invitaciones a eventos clave como el G7 y organizaciones como la OCDE. También ha comenzado la puesta en valor de nuestras fuerzas armadas y de seguridad exteriores e interiores.
El mercado de alquileres se normaliza progresivamente, los créditos de todo tipo vuelven a aparecer, y los datos de mayo y junio comienzan a validar que, tras la retirada del Estado de muchas áreas de la economía, la Argentina vuelve a crecer gracias al sector privado. Con la aprobación de la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, la generación de empleo, la agilidad burocrática, y la sostenibilidad del sendero de crecimiento van a ser posibles.
Desde pequeñas modificaciones, como la eliminación de la obligatoriedad de la cédula azul para los conductores, hasta grandes reformas que proporcionarán incentivos para las inversiones locales y extranjeras, la actual administración se propone seguir mejorando la calidad de vida de todos los argentinos.
Y si bien esperamos que el kirchnerismo continúe sus intentos de obstaculización, el Presidente no está solo. Javier Milei es el Presidente más votado en la historia de nuestro país y cuenta con la capacidad y legitimidad necesarias para seguir trabajando en beneficio del bienestar de todos los argentinos. Los funcionarios trabajamos a su lado, codo a codo, día a día, para hacer realidad este camino.
La decisión y claridad en la ruta es una inspiración para nosotros. Estamos presenciando un momento crucial en la historia de la Argentina, donde el deseo de cambio y la determinación por un futuro próspero están más vivos que nunca. No podemos sino invitar a todos los argentinos a ser protagonistas. Los jóvenes nos han inspirado y este compromiso convoca a toda la ciudadanía a participar activamente. Con la colaboración y confianza de cada argentino, vamos a continuar consolidando este nuevo rumbo hacia el progreso.