La persecución religiosa a los cristianos

El asesinato de Nazir Marsih, atacado por una turba en Pakistán, es un emergente más que evidencia la desprotección de su comunidad y otras similares en todo el mundo

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Una mujer reza con otros creyentes durante un servicio de Pascua en una iglesia en un recinto del monasterio de Kiev Pechersk Lavra. REUTERS/Alina Smutko
Una mujer reza con otros creyentes durante un servicio de Pascua en una iglesia en un recinto del monasterio de Kiev Pechersk Lavra. REUTERS/Alina Smutko

Hace algunos días me encontré con la información que había muerto Nazir Marsih, un cristiano de 72 años que fue atacado por una turba en Pakistán. Había sido acusado con el instrumento favorito del islam político para perseguir cristianos, es decir, la blasfemia, en otras palabras, la profanación del Corán en ese caso, ya que páginas quemadas habrían sido vistas “cerca” de su casa. La blasfemia o difamación de la religión, es el pretexto utilizado por los extremistas en el mundo musulmán en general, Pakistán en particular, para linchamientos que amedrenten a las minorías religiosas sin debido proceso alguno.

La verdadera noticia es que lo mencionado está lejos de ser un incidente aislado, sino que ocurre con desoladora frecuencia a través del mundo, con un llamativo silencio cómplice que incluye a Occidente. Como debiera preocupar mucho más, ha aparecido el movimiento “Christian Lives Matter” en imitación del éxito logrado por los afroamericanos.

Son muchos cristianos, miles de ellos, que han sido perseguidos y hasta masacrados, no en el pasado, sino en este siglo XXI, una situación poco conocida, sin protestas ni marchas masivas de indignación, rodeada por un muro de silencio mundial, más bien de indiferencia.

Ello ocurre, a pesar de que las diferentes expresiones del cristianismo constituyen la fe más numerosa del mundo, superando al islam. Lo que más me llama la atención, es que los cristianos sufren formas de persecución en decenas de naciones, que si uno agrega restricciones arbitrarias supera los cincuenta países. La información proviene del Center for the Study of Global Christianity en EE. UU. y su veracidad ha sido corroborada por el Vaticano.

Por su parte, la Lista Mundial de la Persecución 2024 elaborada por la organización Puertas Abiertas, concluye que uno de cada siete cristianos del planeta vive en países donde la ley no los protege adecuadamente de la discriminación. Agreguemos que Nicaragua figura prominentemente en América Latina, ya que como es de conocimiento público, la Iglesia Católica sufre la persecución del régimen dictatorial de Ortega-Murillo.

No son los únicos creyentes, ya que un porcentaje importante de la población mundial padece algún tipo de restricción a su libertad religiosa, pero en el caso de los cristianos impresionan cuatro cosas: en primer lugar, la cantidad, ya que estamos hablando de millones de fieles de distintas denominaciones que han sido estigmatizados simplemente por su credo; en segundo lugar, que exista tanto silencio e indiferencia ante persecuciones que llegan incluso al asesinato; tercero, que esta situación haya empeorado en lo que ha avanzado el siglo XXI, y cuarto, la indiferencia de tantos gobiernos donde debiera importar, como países occidentales, sobre todo, cuando en el poder existe participación o influencia del wokismo, quizás porque los propios cristianos no utilizan el mayor poder que los ciudadanos disponen en democracia, cual lo es el voto. Por último, que, en el caso específico de los católicos, el Estado Vaticano ha mantenido silencio durante demasiado tiempo, incluyendo al propio Papa, quien no ha utilizado su credibilidad y caja de resonancia, para transformar el tema en uno de relevancia universal.

El cristiano paquistaní y su hijo quienes fueron acusado de blasfemia y atacado por una turba en Pakistán.
El cristiano paquistaní y su hijo quienes fueron acusado de blasfemia y atacado por una turba en Pakistán.

La información disponible nos muestra que en Corea del Norte hay más o menos 50.000 cristianos en campos de reeducación, es decir, de prisioneros, incluyendo a turistas occidentales condenados por el delito de haber intentado regalar biblias. En Nigeria, casi mil cristianos han sido asesinados en algunos años con una cifra similar de cristianos (e hindúes) convertidos a la fuerza al islam cada año en Pakistán.

La lista de países es mucho más larga y los casos emblemáticos se dan también en Afganistán, Irán, Libia, Yemen, Sudan, y en general, a través del medio oriente, aunque la situación dista de ser blanco y negro, toda vez que, en países como Siria y Egipto, en general, los cristianos han apoyado a dictadores militares, por el miedo que sienten hacia los grupos que representan al islam político como las variaciones de la Hermandad Musulmana (incluyendo a Hamas) o el Estado Islámico. Es también el caso de los “proxies” controlados por Irán como Hezbolá, la Yihad islámica o Hamas. Mas aun, la realidad muestra que los cristianos prefieren vivir en Israel por sobre los territorios controlados por la Autoridad Palestina, cuyos números allí disminuyen, aun en Belén.

Hay simpatía cristiana hacia Israel, ya que aparece como un lugar donde en el medio oriente los cristianos no son perseguidos ni limitados en sus derechos religiosos como tampoco existen conversiones forzadas. Es también uno de los pocos países de la región donde el número de cristianos ha aumentado.

La emigración cristiana del medio oriente no es de ahora, ya que empezó con el imperio otomano. Emigraron a muchos lugares, incluyendo América Latina, huyendo de la situación de ciudadanos de segunda clase a la que eran sometidos. Llegaron con pasaportes otomanos, y por ello equivocadamente fueron llamados “turcos”. Por las vueltas de la vida, sus orígenes cristianos y el motivo de su emigración se ha ido perdiendo, e hijos y nietos hoy aparecen apoyando a Hamas, en lugares como Chile y otros países.

El cristianismo es la fe con más seguidores en el mundo, pero también la más reprimida con actos de salvajismo que incluye a seres humanos que han sido quemados vivos en sus iglesias como ha ocurrido en Nigeria e Irak. Particularmente grave ha sido el caso de Sudán, ya que, en Darfur, hubo desinterés internacional en el terrible caso de islamización forzosa por parte de milicias arábigas que agredieron por años a tribus cristianas de piel negra.

Las estadísticas del Informe de la Lista Mundial de la Persecución 2024, muestra que la cantidad de cristianos asesinados por su fe fue 5.898 el 2022 y 5.621 el 2023, mientras que la cantidad de cristianos encarcelados sin juicio fue 6.175 el 2022 y 4.542 el 2023.

Uno de cada siete cristianos del planeta vive en países donde la ley no los protege adecuadamente de la discriminación.  REUTERS/Alina Smutko
Uno de cada siete cristianos del planeta vive en países donde la ley no los protege adecuadamente de la discriminación. REUTERS/Alina Smutko

Mas que sorprender, deprime lo mucho que cuesta encontrar una mínima información en los medios de comunicación, aunque no se trate de participación en conflictos políticos, sino simplemente de casos relacionados estrictamente con su fe. Al respecto, hace ruido el silencio de la comunidad internacional, toda vez que incluye organismos como las Naciones Unidas, y las organizaciones de derechos humanos, a pesar de situaciones de campos de concentración para “sospechosos” de ser seguidores de Cristo, como ocurre en Corea del Norte.

Son situaciones que superan con mucho a las dos iglesias católicas de China, una permitida por el régimen y otra perseguida (a veces en la clandestinidad), incluyendo el silencio del papa Francisco ante el arresto nada menos que del Cardenal Joseph Zen (Infobae, 28 de mayo 2022). La gravedad de la persecución también supera a la situación de Arabia Saudita, que pone dificultades a toda fe que no sea la variante wahabita del islam patrocinada por ese país, que además pone enormes obstáculos para autorizar lugares de culto a otras religiones, lo que crea una situación de doble estándar en relación con Europa, donde crece y crece el islam en comparación a la presencia cristiana, cuyas catedrales cada vez son más una atracción turística que un lugar de entrega de sacramentos.

El caso de una Europa renegando de sí misma y de la tradición cristiana de su historia, es un ejemplo del deterioro del cristianismo, lo que se agrega a aquellas situaciones más bien vergonzosas, donde los eurodiputados no se han puesto de acuerdo para aprobar resoluciones que critiquen la hostilidad contra los cristianos en otros lugares del mundo.

No solo en Europa, sino que en el medio oriente y en el norte de África ha existido una verdadera limpieza religiosa, toda vez que en muchos países que hoy tienen mayoría islámica, los cristianos llegaron catorce siglos antes que tuviera lugar la expansión musulmana desde las arenas desérticas, imponiéndose por las armas a creyentes de otras religiones, siendo asirios, coptos y otros grupos un recordatorio testimonial de la supervivencia de su fe, a pesar de las dificultades.

No actuó bien la Corte Penal Internacional ante los crímenes de lesa humanidad y delitos de guerra cometidos por el Estado Islámico contra la comunidad cristiana, después que se apoderaron de casi un tercio de Irak en 2014, incluyendo esclavitud y al igual que Hamas el 7 de octubre en Israel, violencia sexual como arma bélica.

El proceso de expansión del islam fue acompañado durante siglos por la jizya o impuesto de protección y la humillación del dhimmi o estatus inferior aplicado a otras minorías no musulmanas, también durante el dominio otomano, todo agravado cuando no se tiene a donde ir, nadie que los defienda ante un poder que los considera inferiores, sin derechos, y que les impone la sharía.

No solo en Europa, sino que en el medio oriente y en el norte de África ha existido una verdadera limpieza religiosa. (Shutterstock).
No solo en Europa, sino que en el medio oriente y en el norte de África ha existido una verdadera limpieza religiosa. (Shutterstock).

Por lo tanto, el proceso no se inició hoy ni mucho menos, y al respecto basta recordar el Genocidio Armenio que comenzara el 24 de abril de 1915 y que todavía Turquía no reconoce como tal ni pide el perdón correspondiente. En años recientes, la guerra civil siria conmovió cuando aparecieron fosas comunes de mujeres y niños torturados, después de la destrucción de sus iglesias, razón que explicaba por sí misma el apoyo de cristianos al régimen de Bashar al-Asad.

Explica también las palabras hace ya algunos años de Antonio Chedraui Tannous, arzobispo Metropolitano de la Iglesia Apostólica de Antioquia cuando criticaba a una comunidad internacional que “se ha tapado los oídos y no quiere escuchar”, al reaccionar frente a la difusión de imágenes de crucificados ortodoxos. Asusta una situación donde tanta gente no quiere enterarse de lo que ocurre, partiendo por el llamado mundo occidental, cuya apatía, empieza por sus lideres, y también escandaliza.

El tema es grave y el silencio inexplicable. Las preguntas son variadas. ¿Por qué no hay manifestaciones masivas? ¿Dónde están las Naciones Unidas y organismos regionales? ¿Por qué los propios cristianos no se organizan en lugares donde son libres para solidarizar y denunciar esta situación? ¿Dónde están los grandes medios de comunicación? ¿Por qué no hay una actitud mas decidida por parte del Vaticano?

¿Dónde está, en definitiva, la conciencia humana?

¿Qué hacer?

@israelzipper

PhD. en Ciencia Política (Essex), Licenciado en Derecho (Barcelona), Abogado (U. de Chile), excandidato presidencial (Chile, 2013)

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