El Presidente español Pedro Sánchez debe haber estudiado algo de historia argentina, tiene que haber asociado -filosamente- la intervención en la política española del Presidente Javier Milei, con la que tuvo el embajador norteamericano, Spruille Braden, en 1945, cuando concurrió a un acto de la Unión Democrática, amplia coalicion opositora al candidato oficial, el Gral. Juan Domingo Perón.
Perón lanzo su famosa consigna “Braden o Perón”, la que definió el resultado electoral de ese entonces.
La presencia del presidente argentino en un acto de campaña del tercer partido nacional español, VOX, que participa del proceso de elecciones parlamentarias europeas del próximo 9 de Junio, lo inspiró para “poner primera y a fondo” en la consigna “Sanchez o Milei”, dejando en falsa escuadra a quien, hasta hace 48 horas, figuraba como el seguro ganador: el Partido Popular (PP) y su Presidente, Alberto Núñez Feijoó, que ya se sentía acariciando su llegada a la Presidencia del gobierno español.
El principio de “no injerencia en cuestiones internas” es una de las reglas básicas de la política internacional, y es una consigna muy movilizadora de los instintos nacionalistas de todos los pueblos del mundo.
Eso es lo que estamos viendo pasar en los últimos días - y lo veremos crecer en los próximos - hasta la jornada de las elecciones del próximo 9 de junio.
La espiral de agresiones se multiplicarán y el bastonero de esta comparsa -Pedro Sánchez- buscará tirar de la soga para forzar una polarización que le permita ampliar su representación -desde la izquierda- y que, desde la derecha, VOX pueda sumar votos del PP.
Si esto ocurriera, el PSOE de Sánchez podría encabezar los resultados electorales, desbancando al PP de la pole position.
Las encuestas -hasta hace 48 horas- daban por ganador al PP con 23 bancas, seguido del PSOE con 20, Vox con 12 y luego los partidos de ultra izquierda y los regionales con unos 11 en conjunto.
Pueden quedarse tranquilos los argentinos y los españoles. Pese a todo el ruido, la sangre no llegara al río. No estamos frente a una crisis de las relaciones entre Argentina y España. Estamos frente a un circo electoral del cual no somos parte. Sólo comparsa.
A nosotros solo nos queda el aprendizaje necesario de que nunca es bueno provocar o incrementar tensiones internacionales, especialmente cuando estamos generando una extraordinaria expectativa con las medidas adoptadas por el nuevo gobierno.
Pisar el gasto público, lograr una sustancial reducción de la inflación, destapar la pornográfica corrupción de la administración K y estar al borde de alcanzar la unificación cambiaria en solo 6 meses, es una verdadera proeza que el mundo admira. No arruinemos todo esto generando conflictos e incertidumbre.