La salud reproductiva podría definirse como al estado de bienestar físico y social en relación con el sistema reproductivo y sus funciones y procesos, que incluye de llevar adelante una vida sexual satisfactoria y segura, la capacidad de concebir y llevar a término un embarazo saludable y la prevención y tratamiento de problemas relacionados con la salud sexual y reproductiva.
Para lograrlo existen dos especialidades médicas relacionadas: la obstetricia y la ginecología. Mientras que la primera se ocupa del cuidado de la mujer durante el embarazo, el parto y el período postparto, la segunda y de la cual nos ocuparemos, se centra en el estudio y tratamiento de los órganos reproductores femeninos.
Sin embargo, la salud reproductiva no significa ausencia de enfermedades sino también el control de la mujer sobre sus decisiones sexuales y reproductivas.
Ahora bien, ¿cuándo es conveniente comenzar con los controles para garantizar una vida saludable? No hay una edad estipulada, pero sí –desde la ginecología- sugerimos que los controles se realicen una vez iniciadas las relaciones sexuales. De todos modos, siempre el consultorio está abierto para cualquier inquietud y en el caso de una menor de edad, siempre acompañado por sus adultos o responsables.
Lo que más se charla en la consulta ginecológica, en relación a la prevención precoz, son las enfermedades de transmisión sexual, el tamizaje a través del PAP para la prevención del cáncer de cuello. También se hacen estudios por imágenes por alguna patología anexial o uterina.
Estos son puntos claves en la primera consulta ginecológica, para poder hacer comprender a la paciente que existe una forma de prevenir la enfermedad y la importancia del diagnóstico precoz en alguna de ellas.
Es importante distinguir también que, a veces y una vez realizado el diagnóstico, es necesario recurrir a la cirugía para el tratamiento de una patología, que puede ser desde quistes simples en los ovarios, pólipos en el útero, algunas malformaciones específicas, los miomas, las alteraciones de la fertilidad que requieren correcciones anatómicas, la tan nombrada “endometriosis”, los tumores malignos y toda patología del suelo pelviano, como la incontinencia urinaria de esfuerzo y los prolapsos genitales.
En la actualidad, con el avance de la tecnología en visión endoscópica como en elementos quirúrgicos muy especializados, además del abordaje de una vía mínimamente invasiva, las tasas de recuperación son muy buenas, haciendo que la mayoría de las cirugías terminen con un control ambulatorio o de mínima internación.
Sin miedo a hablar de salud reproductiva
Hoy ya no es tabú hablar sobre salud ginecológica. Tanto la mujer adulta como las chicas jóvenes tienen un rol más activo y toman protagonismo en todo lo relacionado a su salud. Existen, como en todo el mundo, grupos que no se interesan y otros que por motivos de cercanía o costumbres, ni siquiera acuden a los centros de salud. Un ejemplo de ello son las comunidades de provincias como Salta, Chaco o Santiago del Estero, donde hay organizaciones y fundaciones que una o dos veces al año hacen campañas específicas de salud para lograr ese primer contacto y que tengan acceso a la medicina y consulta ginecológica.
También el hombre está más participativo y se interesa por los temas que hacen referencia a la salud ginecológica: cada vez vemos más parejas en los consultorios acompañando a la mujer en su control de rutina o si tiene que recurrir a una cirugía, consultado la manera en que puede contribuir para la recuperación de su pareja.
También se perdió el temor a hablar de “cirugía” y en algunos casos, hasta impacta de manera positiva en la paciente ya que comprende que a través de esa práctica, el profesional le está resolviendo un problema que padece y sufre, con distintas consecuencias físicas y psicológicas; entiende que a partir del resultado de una cirugía comienza a mejorar su calidad de vida. E incluso hasta la salva, al ser intervenida de determinadas patologías.
Para lograr la confianza y que la mujer no tema al escuchar que deberá someterse a una cirugía es fundamental ser claro en todo momento, explicar con detalles el procedimiento que se le va a realizar, cuáles serán los pasos subsiguientes. Siempre es necesario contener a la paciente durante todo el proceso, hasta en la etapa posterior a la cirugía.
Cómo concientizar
Claramente para lograr una mayor conciencia social acerca de la importancia de la consulta ginecológica para evaluar y prevenir enfermedades que afecten la salud reproductiva, es necesario un lineamiento que debe venir guiado desde un plan de salud nacional, con las distintas adaptaciones a cada medio para su implementación. Por más que la tecnología actual contribuya a tener el acceso a múltiples sectores para obtener información de calidad, ya sea en el propio consultorio, campañas realizadas en hospitales o sanatorios, educación en los colegios, páginas del propio Gobierno y sitios de internet, siempre se necesita un Estado rector, que guíe y oriente tanto al paciente con distintas campañas y al profesional con información oficial acerca de con qué herramientas cuenta para ofrecer a sus pacientes.
En este sentido, los medios de comunicación pueden colaborar claramente en la difusión de programas preventivos o métodos de detección temprana de enfermedades, como se hizo, por ejemplo, para difundir síntomas y recomendaciones para el tratamiento del Covid o como se hace actualmente para hablar de la prevención del dengue.