En un mundo cada vez más conectado, la revolución tecnológica atraviesa todos los aspectos de la vida cotidiana de las personas, transformando fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. En este contexto, las metrópolis globales deben estar a la vanguardia en la adopción de herramientas inteligentes para enfrentar desafíos urbanos complejos y mejorar la calidad de vida de sus residentes, como está liderando Jorge Macri en la Ciudad de Buenos Aires.
Se estima que el mercado de la inteligencia artificial en Argentina crecerá a una tasa anual del 40% para 2025, lo que refleja el creciente interés y la adopción de esta tecnología en el país.
Actualmente, en CABA contamos con sistemas inteligentes impulsados por la IA permitiendo a todo aquel que estudia, trabaja o vive en la ciudad acceda a información y recursos de maneras rápida, eficiente y personalizada.
Uno de los sectores que ha experimentado un mayor impacto de la IA es el de la salud. El uso de algoritmos ha permitido mejorar el diagnóstico y tratamiento de enfermedades crónicas, reduciendo así los tiempos de espera y optimizando los recursos disponibles en los hospitales públicos. Asimismo, estos sistemas relacionados con la Telemedicina generan un aumento en el acceso de la población al sistema de salud pública.
En términos de seguridad, estos sistemas a partir del análisis de grandes volúmenes de datos en tiempo real, permiten reconocer correlaciones de comportamiento sospechoso y prevenir delitos, contribuyendo así a reducir los índices de criminalidad.
Otro tema importante es la mejora en la capacidad de respuesta de los servicios de emergencia, atendiendo rápidamente incidentes como accidentes de tránsito o delitos y alertando automáticamente a la fuerza que corresponda.
De igual manera sucede con el tráfico y las congestiones, desafíos omnipresentes en las grandes urbes, y Buenos Aires no es una excepción. Utilizando tecnología aplicada al tráfico, el impacto se mediría con la reducción en los tiempos de viaje y una mejora en la eficiencia del transporte público. Analizando los datos en el momento se pueden predecir patrones, por ejemplo, para optimizar las rutas y prever congestiones, ofreciendo una mejor experiencia de viaje para todo aquel que transita por la capital.
A pesar de los desafíos que enfrenta actualmente el sector educativo en los países en vías de desarrollo, como la falta de infraestructura adecuada, la inteligencia artificial está ingresando a las aulas. Ante esta perspectiva, es esencial que nos anticipemos a este cambio y nos preparemos para aprovechar sus ventajas. Por ejemplo, la IA puede identificar patrones de aprendizaje de los estudiantes y personalizar el contenido educativo para satisfacer sus demandas individuales. Esto puede ayudar a abordar las brechas de aprendizaje y mejorar los resultados académicos en general.
Desde la irrupción de Chat GPT en noviembre de 2022 se registraron más de 100 M de usuarios por semana que utilizan la herramienta y han surgido un estimado de más de 50 nuevas compañías desarrollando sus propios modelos de inteligencia artificial conversacional. Las inversiones en este sector superan los U$D 500 millones en el mismo período de tiempo.
Por supuesto esto ha generado también un crecimiento de las empresas de chips como NVIDIA y TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company), pero, Intel y otras compañías están resurgiendo y la revolución que estamos viviendo del uso de data no tiende más que a acrecentarse.
En esta Argentina con tanta informalidad, regulaciones anticuadas y problemas económicos, parece lejano plantearnos el impacto de estas tecnologías sobre el empleo, pero seguro lo tendrá como en el resto del mundo. Indudablemente mejorará la productividad y se generarán nuevos empleos, como con todas las irrupciones tecnológicas, pero también impactará en trabajadores y profesionales que, en los anteriores procesos de automatización, no se habían visto afectados como contadores, periodistas, abogados.
Este es otro de los desafíos que tenemos por delante en Buenos Aires, mostrando que estamos a la delantera de la incorporación de inteligencia artificial en todos los sectores. Y en particular en un Estado que tiene que ser más productivo, moderno, ágil e inteligente.