Conicet bajo la lupa

Es la mejor institución científica gubernamental en América Latina y se posiciona en el vigésimo puesto a nivel mundial. Su desfinanciación conlleva a una pérdida de capacidades estatales imprescindibles para el crecimiento y el desarrollo

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CONICET
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“La ciencia no es cara, cara es la ignorancia”

La frase pertenece al Dr. Bernardo Houssay, médico, catedrático y farmacéutico argentino.

El 10 de abril se celebra el Día de la Ciencia y la Tecnología y el Día del Investigador y de la Investigadora Científica en la Argentina como homenaje al Dr. Bernardo Houssay, el primer investigador latinoamericano en ganar un Premio Nobel en Ciencias.

Fue, además el primer Presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), ente autárquico dedicado a promover la investigación científica y tecnológica del país.

Paradójicamente, poco para celebrar este año en esta fecha. Cada una de las personas que ahí se desempeñan y que construyeron en ese organismo gran parte de sus trayectorias -que algunos complementan con trabajos en el exterior-, se encuentran hoy atravesando la angustia que provoca el riesgo de pérdida de sus lugares de labor en el más general atropello que desde el Gobierno se viene desplegando hacia ámbitos del Estado y de la política pública que desconocen o desprecian.

Me conmueve el despliegue de despidos en diferentes esferas de la administración pública, por la falta de sentido humano, por una generalización que es en sí misma cruel; pero me preocupa también la pérdida de las capacidades estatales que son las que un gobierno debe poner en acción para sostener un plan de crecimiento y desarrollo.

Sobre Conicet sabemos muchas cosas, pero no todas. En algunos casos, incluso la información que circula o ha circulado le ha hecho mucho daño. Creo que podríamos intentar poner algo de luz sobre el asunto.

Sabemos que Conicet es la mejor institución científica gubernamental en América Latina y que se posiciona en el vigésimo puesto a nivel mundial. En las diecinueve áreas en las que fue evaluada, ocupa el primero en diecisiete y el segundo en sólo dos. También sabemos que este gobierno encabezado por Javier Milei tiene un encono especial con el organismo y tiene la profunda convicción de que no sirve para nada y debe ser cerrado. Estos son los dos puntos de partida que, a primera vista, parecen contradictorios. Veamos si lo son.

El Ranking Scimago muestra que Conicet en 2024 ocupa el vigésimo puesto entre mil ochocientas entidades a nivel mundial, lo que pone en evidencia que los investigadores están haciendo bien las cosas. Conicet promueve la ciencia y la técnica en todo el territorio nacional. En efecto, cuenta con Centros Científicos y Tecnológicos distribuidos en todo el país donde trabajan los investigadores de las distintas áreas.

Llegar a ser investigador del Conicet supo ser por años una tarea muy difícil requiriendo pasar por muchas instancias de evaluación. Para quien no lo sabe, por lo general un investigador comienza su carrera a través de una beca doctoral que sirve para apoyar económicamente a quien debe realizar su trabajo de doctorado. Las becas doctorales y las posdoctorales suponen un estipendio bajo y solamente permiten al doctorando tener una dedicación simple en la universidad, es decir, sumar otro estipendio que está muy por debajo de la línea de la pobreza. Pasar de la beca doctoral a la posdoctoral implica recibirse en el doctorado con una nota sobresaliente y realizar un nuevo concurso de ingreso al segundo sistema de becas. En este caso, lo que se espera del candidato es que en su especialización posdoctoral sea capaz de producir textos que se publiquen en revistas científicas y académicas indexadas con parámetros internacionales. Es decir, luego de dos años de beca y dedicación simple, estos posdoctores terminan la beca habiendo cumplido con los más altos estándares internacionales.

El ingreso a la carrera de investigador de Conicet es también a través de un concurso en el que se presenta un plan de trabajo y antecedentes del candidato. Como en las instancias anteriores, para ingresar a la carrera el candidato es evaluado por una junta de especialistas que determina el orden de mérito y luego debe esperar a que se confirme su ingreso en otra instancia que podría rechazarlo. Los investigadores de Conicet deben aprobar los informes de trabajo anuales. Si no aprueban, no son más parte de Conicet. La carrera de investigador en Conicet tiene cinco status distintos y cada pasaje requiere un nuevo examen. Mientras tanto, siguen impedidos de tener otro salario que no sea una dedicación simple en la universidad.

Detallar estos pasos es importante para dar por tierra con la idea que ha crecido en la sociedad acerca de que en Conicet no se trabaja o se financian investigaciones inadecuadas o irrelevantes. Claro está que puede haber algún artículo que no se considere de excelencia, pero incluso ese fue evaluado por doble referato ciego e instancias internacionales y aprobado para la publicación. Así y todo, hay textos que quizá no valen la pena, pero esas son las excepciones y no la regla.

Es necesario entender, con visión estratégica, para qué sirven las investigaciones del Conicet en cada una de sus áreas. En particular, las áreas de Sociales y Humanidades, ayudan a entender los problemas y crear mejores condiciones para solucionarlos y hacerlo con menor cantidad de recursos.

Ahora bien, reducir el ingreso de becas dispuesto para el 2024 de 1300 a 600 implica desconocer en absoluto el lugar que ocupa Conicet en el mundo, el nivel de exigencia meritocrática que implica ser parte de la institución y desalentar la investigación científica, pilar fundamental para el crecimiento de un país en la era de conocimiento. Ese 60% de becas que no han sido otorgadas representa un capital intelectual y emocional que difícilmente se podrá recuperar.

En lo que refiere al personal que ha sido desvinculado del organismo, mayormente son administrativos o personal de apoyo. Ambos cumplen tareas fundamentales para que las dieciséis sedes de Conicet en todo el país funcionen de manera articulada y asistiendo a los investigadores. Hoy no están libres del riesgo de quedar fuera los mismos técnicos, investigadores, evaluadores, que le dan sostén al organismo. Porque la visión del gobierno actual confronta con la idea de un Estado que invierte en la ciencia, la innovación y el conocimiento en general. No está desvinculado de eso el recorte de recursos destinados a las universidades públicas nacionales o a otras áreas vinculadas a la educación.

Por último, quiero decir sólo una cosa más: el apoyo a los científicos por parte del progresismo es incondicional no sólo por razones humanas, sino especialmente por el bien común. Siempre es mejor un país con ciencia y científicos que sin ellos.

«El adelanto de las ciencias en un país es el índice más seguro de su civilización. Hablar del futuro de las ciencias en una Nación es lo mismo que expresar qué jerarquía ocupará en el mundo civilizado. Falta de ciencia es sinónimo de barbarie o de atraso. La verdadera supremacía de un pueblo se basa en la labor silenciosa y obstinada de sus pensadores, hombres de ciencia y artistas; esta obra reporta fortuna y gloria al país, bienestar a toda la humanidad” B.H.

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