La Macroeconomía y la Ciudad

El mes de marzo está terminando con un 40% de la población de la Ciudad en estado de vulnerabilidad. Una ciudad vibrante no aíslan a Buenos Aires de los problemas de pobreza. Por eso apoyamos las medidas económicas del gobierno nacional de bajar el déficit

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Foto de archivo: imagen aérea
Foto de archivo: imagen aérea de un asentamiento de viviendas pobres conocido como Villa 31 en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. 3 abr, 2023. REUTERS/Agustin Marcarian

En febrero una familia porteña tipo necesitó $684.115 para cubrir la canasta básica total. Esto equivale a cuatro veces más que el mismo mes del año pasado. Sin embargo, el 51,7% de los hogares tiene ingresos menores a $500.000. En esta línea, el mes de marzo está terminando con un 40% de la población de la Ciudad en estado de vulnerabilidad, pobreza o indigencia, aumentando un 10% respecto a diciembre del 2023. Argentina fue un país rico, ciertamente no lo es hace tiempo.

Estas cifras muestran claramente que millones de ciudadanos están pasando por un momento desesperante. Este malestar, no solo de porteños, sino de todos los argentinos, es reflejo de décadas de decadencia, aceleradas por el último gobierno kirchnerista que dejó una inflación acumulada mayor al 800%, una enorme disminución de los ingresos, aumento de la pobreza y un aislamiento político y comercial del mundo.

En este país de tantos años de decadencia, la Ciudad de Buenos Aires gobernada por el PRO en la coalición Juntos por el Cambio ha generado mejor calidad de vida para todos los porteños, con el resultado de obras de toda índole, desde la que previenen inundaciones hasta las que mejoran la movilidad desde la ciudad, con mejor calidad de sus espacios públicos, con mayor conectividad entre los barrios. Mostrando que la buena gobernabilidad, la continuidad y estabilidad de las políticas públicas en el mismo sentido y los equipos con capacidad y focos en la implementación y ejecución, generan resultados positivos para los ciudadanos.

Sin embargo, a pesar de la continuidad de buenos gobiernos como los de Mauricio, Horacio y el recién iniciado por Jorge, la Ciudad no deja de verse afectada como el resto del país, por los desafíos de la falta de trabajo formal, de la falta de oportunidades, de la desigualdad, de la falta de inversiones nacionales y extranjeras.

Una ciudad vibrante, reconocida en el mundo por su desarrollo cultural, su capital humano, y su riqueza arquitectónica, no aíslan a Buenos Aires de los problemas de pobreza, disminución de ingreso real y ahorro, falta de oportunidades laborales, imprevisibilidad de la macroeconómica y aumentos sostenidos de los precios que vivimos en Argentina hace décadas.

Por eso apoyamos desde la ciudad las medidas económicas del gobierno nacional de bajar el déficit, desregular los mercados, insertar Argentina en el mundo, promover las exportaciones e inversiones, porque también ayudarán a todos los porteños, al sector privado de la ciudad, a mejorar ingresos y oportunidades.

Como dijo Jorge en la apertura de sesiones legislativas, “lo más valioso de la Ciudad no está en mi despacho, no está en el gobierno, sino está afuera, son los ciudadanos, es el privado”. Desde su campaña Jorge dejó claro que seguirá trabajando en consolidar una ciudad previsible, “normal”, segura, donde no haya lugar para los delincuentes, donde los ciudadanos puedan moverse libremente, donde los subtes y colectivos salgan y lleguen a tiempo, donde los espacios públicos estén cuidados y las plazas limpias. Donde el estado sea ágil, moderno, digital, y que ofrezca políticas públicas de progreso y oportunidades a los más vulnerables. Pero a su vez poniendo en discusión y tensión el status-quo para seguir mejorando.

Y por las ideas compartidas, tenemos una oportunidad única de generar mayor interacción con el gobierno nacional para descentralizar políticas públicas y gestiones en lo referido al puerto, la terminal de Retiro, la Justicia, la promoción de zonas comerciales, y una mayor interrelación referida a los servicios que los diferentes niveles del estado dan a los ciudadanos, buscando evitar superposiciones e incompatibilidad. Pero también es clave que se respete la coparticipación que el kirchnerismo le cortó a la Ciudad, ya que contribuye a dar mejores servicios de movilidad, seguridad y espacios públicos demandados por los porteños.

Este año se cumplen 30 años de la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires, autonomía en nuestras instituciones, en nuestra estructura de gobernanza, pero no autonomía de las realidades económicas que afectan a todo el país. La administración de Jorge Macri seguirá demostrando la diferencia que hace una buena gestión, y apoyando para que mejore la economía, y así encontrar más oportunidades para todos los ciudadanos.

*El autor es vicejefe de gabinete del gobierno porteño

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