Durante el mes de marzo, y transcurrido un nuevo #8M, las redes se pintan de violeta, con mensajes en apoyo, concientización y recordación de nuestra lucha año tras año. Pero ¿cuántos de esos mensajes reflejan la realidad en la que vivimos?
Según un estudio de opinión pública realizado por Voices!, 4 de cada 10 encuestados a nivel global consideran que las mujeres tienen menos oportunidades de trabajo y carrera que los hombres y, aunque esto signifique un avance respecto a años anteriores, la sociedad exige un cambio real y profundo en la representación de género, lo que nos obliga a cuestionarnos: ¿cómo podemos comunicar de manera auténtica sin perpetuar los estereotipos que aún persisten en el mundo de la comunicación en 2024?
Cuando evaluamos hacer una campaña en estas fechas, la pregunta esencial que tenemos que plantearnos es: ¿cómo puede nuestro mensaje resonar en el contexto del Día de la Mujer? Entendiendo que la relevancia de esta fecha no es solo reconocer la importancia de la equidad de género, como se solía plantear en los últimos años, sino en la autenticidad del compromiso de la marca con la causa y los desafíos que esta involucra en su desarrollo diario.
Reconocemos que examinar las prácticas y mensajes puede llegar a ser un desafío constante, pero a la vez, nos permite asegurarnos de que todas las comunicaciones reflejan y promueven la diversidad y la inclusión de manera integral, y no sólo en fechas alusivas.
Este nuevo año nos impulsa a crear campañas distintas, que nos obliguen a evaluar cómo comunicar en fechas como el 8 de marzo. Desde este lugar, Publicitarias.org nos invita a realizar una introspección con ciertas preguntas clave que deriven en un diagnóstico sobre nuestro compromiso y accionar como punto de partida, para comunicar de una manera responsable y diferencial a lo usual: ¿Es relevante el 8M para nuestra marca? ¿Promovemos activamente la equidad de género, tanto dentro como fuera de nuestra organización?
Esto implica no solo implementar políticas de género en el interior de las agencias o empresas, sino también promover la diversidad en los procesos de selección y reclutamiento, asegurándonos de que todas las voces sean escuchadas y valoradas.
Por otra parte, las nuevas tendencias nos invitan a indagar si estamos haciendo todo lo posible para evitar reproducir estereotipos de género en nuestras comunicaciones y analizarlo implica un examen crítico de nuestras estrategias, narrativas y mensajes para garantizar que no perpetuemos visiones limitadas y sesgadas de los roles de género.
Por último, pero no menos importante, ¿todos los equipos e integrantes de la agencia están capacitados en perspectivas de género? Un factor clave teniendo en cuenta que la sensibilización y la educación son ejes fundamentales para construir una cultura inclusiva y empática en este tiempo.
Por esta razón, en este nuevo año, la coherencia entre lo que se comunica y lo que se practica se vuelve una sinergia esencial para construir una credibilidad sólida y respaldada, que nos permita comunicar, responsablemente y con sentido, temáticas que nos involucran y atraviesan como comunicadoras en la sociedad actual.