La falta de crecimiento económico en los últimos doce años implicó un estancamiento del empleo privado, que el Estado lo fue tapando con empleo público por un lado, y planes asistenciales por el otro.
El empleo público se elevó en 1,1 millones de puestos desde el 2001 a la fecha, principalmente en provincias y municipios, con un costo fiscal en salarios estimado de 2,5% del PBI, equivalente a USD 12.500 millones anuales.
Por el lado del Gobierno Nacional, los planes sociales pasaron desde algo testimonial previo al 2001, a un total de 2,5% del PBI en 2023. También con un costo de USD 12.500 millones anuales, pero repartido entre 12 millones de cheques (acreditación bancaria) por mes.
El número no contempla como plan social toda transferencia dentro del sistema contributivo de la seguridad social. Pero vale recordar que se otorgaron más de 3 millones de jubilaciones sin aportes a un costo de 2,5% del PBI anual. Otros USD 12.500 millones por año.
Por último, tampoco contempla los subsidios generalizados a la energía y al transporte, que en 2023 sumaron 2,1% del PBI, equivalente a USD 10.500 millones anuales.
La falta de crecimiento económico en los últimos 12 años implicó un estancamiento del empleo privado, que el Estado lo fue tapando con empleo público y planes asistenciales
En definitiva, al estancamiento económico y al colapso del salario, la política lo buscó tapar con gasto público. La suma de los planes sociales (2,5% del PBI), las jubilaciones sin aportes (2,5% PBI), los subsidios energéticos y al transporte (2,1% PBI) y el millón de nuevos empleados públicos (2,5% PBI), el Estado Argentino elevó el gasto público en casi 10% del PBI, equivalente a USD 50.000 millones anual.
En 2001 todo este gasto público no existía y la pobreza no era ni la mitad a la registrada en la actualidad. La estrategia fue tapar la falta de crecimiento económico con dádivas del Estado.
Breve historia de los programas
El Programa “Jefas y Jefes de hogar” fue el primer plan social masivo como respuesta a la crisis del 2002. Para 2004 tenía un costo equivalente a 0,7% del PBI, pero el gasto total en planes sociales sumó 1,2% del PBI ese año.
Pese al crecimiento económico, en 2010 los planes sociales ya tenían un costo fiscal de 1,4% del PBI, principalmente tras la creación de la AUH (Asignación Universal por Hijo) con un costo inicial de 0,4% del PBI.
Y en simultáneo se observaba un incremento explosivo de las pensiones no contributivas otorgadas por Anses, triplicando su gasto desde 0,2% del PBI en 2004 a 0,6% del PBI en 2010.
Durante la presidencia de Cambiemos el costo fiscal de los planes sociales se mantuvo en 2% del PBI, pero bajo la gestión de Alberto Fernández vuelven a crecer con fuerza. Se crea la “Tarjeta alimentar” con un costo de 0,4% del PBI, pero además se crea el plan “Potenciar Trabajo” con un costo de 0,5% del PBI.
Con ese plan el Estado comenzó a hacer transferencias monetarias masivas, pero con intermediación directa de las “Organizaciones Sociales”. Con el nuevo programa la asistencia social degeneró en un burdo sistema permeable al clientelismo político y con una caja de USD 2.500 millones por año.
Con el Plan Potenciar Trabajo el Estado comenzó a hacer transferencias monetarias masivas, pero con intermediación directa de las “Organizaciones Sociales”
Las organizaciones sociales peleaban por el reparto de presupuesto directamente en la calle. La mayoría de los ciudadanos que asistían a la marcha era sólo para que el puntero no le quite el plan. Argentina fue el único país del mundo con un ministerio nacional para financiar los piquetes en las principales ciudades del país.
El costo fiscal de todos los planes sociales en 2023 sumó 2,5% del PBI, elevando en 0,6% del PBI durante los cuatro años de gestión de Alberto Fernández, principalmente con el plan social que manejaban las Organizaciones Sociales.
Doble click al 2023
A fin del último año el Estado emitía 12 millones de acreditaciones bancarias todos los meses en planes sociales. No necesariamente son 12 millones de beneficiarios, dado que muchos llegan a cobrar tres planes en simultáneo.
Por ejemplo, un hogar con menores de edad puede cobrar la AUH y la Tarjeta Alimentar, pero además estar en “Potenciar Trabajo” o con una Pensión no contributiva, todo en simultáneo. Incluso en plena pandemia se sumaba un cuarto plan con el Ingreso Familiar de Emergencia que se decretó durante la pandemia de Covid-19.
Un hogar con menores de edad puede cobrar la AUH y la Tarjeta Alimentar, pero además estar en “Potenciar Trabajo”
Los trabajadores informales suman más de 8 millones, los ciudadanos pobres más de 20 millones, los hogares pobres más de 5 millones. Según estimaciones oficiales, en casi todos los hogares pobres llega al menos un plan social.
En 2023 si bien existen más de 20 programas sociales relevantes a nivel nacional, sólo 4 se llevaron casi todo el presupuesto para el área:
- Las pensiones no contributivas (principalmente por invalidez) tienen un costo de 0,8% del PBI y llega a 1,5 millones de personas.
- El plan Potenciar Trabajo tuvo un costo de 0,5% del PBI y llegó a 1,3 millones de personas.
- La AUH con un costo de 0,4% del PBI llega a 4,3 millones de menores.
- Por último la Tarjeta Alimentar, con un costo de 0,4% del PBI, llega a 2,4 millones de adultos.
Usualmente AUH y Tarjeta Alimentar el hogar lo cobra en simultáneo.
Previsiones para 2024
El nuevo Gobierno anunció la eliminación del plan social Potenciar Trabajo y su reemplazo por dos nuevos programas. Uno de ellos será “Volver al Trabajo”, enfocado en adultos con mayor posibilidad de reinsertarse en el mercado laboral.
El otro programa será “Acompañamiento Social” enfocado para cubrir a quienes puedan encontrar más dificultades en la reinserción laboral.
El objetivo principal es sacar la intermediación de las organizaciones sociales, para desmantelar todo el clientelismo político
El objetivo principal es sacar la intermediación de las organizaciones sociales, no sólo para desmantelar todo el clientelismo político que hay detrás, sino también para dejar de financiar los cortes de calles desde un Ministerio.
Otro aspecto para destacar es que ya no será incompatible trabajar en el sector privado para acceder a un plan social, eliminando el desaliento a la formalización laboral que el mismo Estado inducía con la restricción.
La explosión del asistencialismo con planes sociales y subsidios generalizados, además del nuevo fenómeno de “trabajadores pobres”, es la consecuencia del modelo económico de los últimos 20 años que generó un cambio dramático en la estructura social argentina.
En dos décadas Argentina pasó “de la cultura del trabajo”, a la “cultura de la dádiva”, donde el gobierno fue cambiando empleo por planes, salarios por subsidios, jubilaciones por bonos.
En dos décadas Argentina pasó “de la cultura del trabajo”, a la “cultura de la dádiva”
Para reducir la pobreza y la cultura de la dádiva, exige el completo abandono del modelo económico de las últimas dos décadas que le dio su origen. El DNU 70, la Ley Bases y el Pacto de Mayo, son claves para forjar las bases de un nuevo modelo económico.
El autor es director de la consultora Econométrica