Milei no afloja. En el Día de la Mujer manda a anunciar el cambio de nombre del Salón de las Mujeres. Lo suyo es el sacrosanto oficio de la provocación. No hacía falta.
La decisión de renombrar el espacio como Salón de los Próceres se atribuye a Karina Milei, su hermana y Secretaria General de la Presidencia. Un detalle irrelevante si se toman como válidos los dichos que se atribuye a Mauricio Macri en el sentido de que “el Gobierno es Milei, su hermana y las redes”.
Inefable, el vocero Manuel Adorni aportó el argumento de que la existencia del Salón podía resultar hasta “discriminador con los hombres”. “Esta administración no va a promover militancia que genera discordia entre los argentinos”, argumenta “el jefe” en el controvertido spot, mientras miles de mujeres ocupan las calles de la Ciudad para reclamar por urgentes cuestiones de género que incluyen la violencia y la pobreza en un país en que cientos de miles de mujeres son jefas de hogar.
El video que muestra a la poderosísima fémina presidencial descubriendo los cuadros de los próceres, entre los que no se encuentra a otro presidente de la historia reciente que no sea Carlos Menem, mete un ruido innecesario en el escenario político.
Ni Raúl Alfonsín, ni Perón, ni Hipólito Yrigoyen, son de la partida. Una nueva y desenfadada versión de casi todo. Ya se sabe: la historia la escriben los que ganan.
Un Adorni, exultante, acompaña la escena que no puede menos que remitir cuando Néstor Kichner bajó los cuadros de Videla y Bignone. Solo que en este caso las desplazadas fueron mujeres que supieron hacer historia.
El nombre de muchas de las arrojadas al vacío, el caso de Juana Azurduy, Cecilia Grierson, Alicia Moreau de Justo y Aimé Painé entre otras, resiste en las glamorosas calles de Puerto Madero, hasta que en algún otro gesto de misoginia explícita se les ocurra barrerlas de la memoria nacional.
El discurso presidencial en la apertura de las Sesiones Ordinarias del Congreso marcó un punto de inflexión. Luego de golpear duro a gobernadores, legisladores, sindicalistas y periodistas, el Jefe de Estado conminó a todos a definirse.
Vuelve en modo Milei, la letanía kirchnerista. La fatigante cuestión que pavimentó la grieta: ¿Vos de qué lado estás?
El mundo se divide ahora entre los que “la ven” y los que “no la ven ni cuadrada”. En esta última categoría entran todos aquellos que no se ajustan a entender el mundo tal cual lo propone Milei.
Solo el curso de los próximos días permitirá conocer si el llamado a refrendar el denominado “Pacto de Mayo” viene con vocación de debate incluído o si por el contrario es el emplazamiento a firmar un contrato de adhesión. Por el momento la expresión “consenso” sigue siendo en el vocabulario mileista una palabra maldita.
El discurso de Milei, entorchado con la banda presidencial, convocando a la firma de Pacto de Mayo, mostró a un Presidente un tanto forzado que pareció estar acusando recibo de la necesidad de habilitar un espacio de encuentro. Al menos esto es lo que siente buena parte de los legisladores que sin pestañear dieron el presente en el recinto del viernes fundacional.
Para muchos de los diputados dialoguistas lo que quedó claro es que funcionaron los límites y que la resistencia parlamentaria, judicial y de los gobernadores se hizo sentir y sirvió para encauzar el desmadre.
Los consejos y/o admoniciones de Gita Gopinath, la persuasiva subdirectora del FMI, parecen también haber hecho su aporte al recomendar, no solo tener contemplación para con los más vulnerables, sino también que “es importante que el gobierno genere consensos políticos para avanzar con reformas claves”.
Que sea “con la gente adentro” parece proponer la funcionaria. Curiosa coincidencia entre la fémina del FMI y la pavorosa izquierda camporista que espanta a los libertarios.
En algo coinciden todos: Milei puede en lo inmediato ir adelante con la tarea de llevar el déficit fiscal a cero sin la colaboración del Congreso pero le será imposible dar sustentabilidad a los cambios si no logra acordar sobre cuestiones básicas.
Ni las inversiones ni la generación de empleo, aún el de baja calidad, van a ser posibles sin una legislación que dé solidez al proyecto libertario.
Milei logró instalar su relato. Es un mérito que le corresponde tras fatigar en las redes y medios masivos de comunicación con su diatriba anti casta. Mientras el anarco libertario libra sus escaramuzas en la pretendida “batalla cultural”, sus funcionarios ensayan el diálogo con los gobernadores y diputados que se avienen al desafío de un acuerdo posible.
La reunión de este viernes, para la que se convocó a los gobernadores, no gozó de la presencia del Presidente. No pasó ni a saludar. El encuentro, no obstante, transcurrió cordialmente. Apremiados por los horarios que imponían los últimos vuelos de línea a sus provincias, los jefes provinciales apuraron la conversación.
Fueron recibidos por el Jefe de Gabinete y el ministro del Interior Guillermo Francos. La presencia de Nicolás Posse sumó confianza. Es parte del segundo círculo más íntimo de Milei y se supone que lo expresa con absoluta precisión.
La expectativa está puesta ahora en conocer la letra chica de la nueva versión de la Ley Ómnibus que tendrá algo menos de 200 artículos. El capítulo fiscal será tratado como un proyecto independiente e incluirá el debate del Impuesto a las Ganancias y una nueva fórmula para los jubilados.
En el borrador que los gobernadores se llevaron a casa consta de 9 capítulos en los que reaparecen para su tratamiento los temas más ríspidos. La resistida delegación de facultades extraordinarias, la habilitación presidencial para eliminar los Fondos Fiduciarios, la lista de privatizaciones en una versión reducida a 15 empresas sobre las 35 del proyecto original.
El tema de la restitución de la cuarta categoría del impuesto a las Ganancias se presenta como el único instrumento de alivio fiscal para las provincias. Lo que se propone a cambio de que se voten las leyes sin cambios ni objeciones.
Es poco probable que esta modificación pase. El tema genera mucho barullo. Algunos están a favor, otros decididamente en contra y están los que sostienen que depende de qué piso se establezca y como se dispongan las alícuotas, la implementación puede que no aumente en absoluto la recaudación. Por el momento los votos no están.
El mensaje de Milei subordinó al alivio fiscal a cambio de la aprobación de la Ley Bases. Sin cambios sustanciales en su formulación, o al menos sin la posibilidad de introducir modificaciones, es poco probable que alguno de los legisladores estén dispuestos a modificar su voto.
Los tórridos días del verano parlamentario dejaron heridos y fragmentaciones que es altamente improbable se puedan restañar en tiempo y forma.
La cuestión jubilatoria abrirá otro debate urgente. La Coalición Cívica pretende llevar esta semana un proyecto para modificar la fórmula sobre la que se calculan los haberes que, si bien no compensa el tsunami inflacionario de diciembre es un poco más generosa que la que propone el oficialismo, que hasta donde se sabe plantea calcular por inflación desde el momento en que se apruebe la ley pero compensando con un magro 10% lo caído en los meses de altísima inflación.
Otro tema caliente es el del DNU. Es poco probable que pase la prueba de ácido del Senado pero entre los diputados dialoguistas hay consenso de que no pueden bajar el mega decreto hasta tanto no se aprueban algunas leyes espejo que interesa sostener. Algunas de ellas llevan dos meses de vigencia y derogarlas generaría mucha perturbación en la vida de la gente.
Milei ya hizo saber su recelo en torno a la voluntad para aprobar sin mayores cuestionamientos su paquete legislativo. Guillermo Francos trabaja para sumar votos entre dialoguistas. La energía está puesta en Hacemos Coalición Federal y en el radicalismo. Las posiciones están más que dispersas. Con el peronismo y la izquierda, no se habla, nada se espera de esas bancadas.
“Macri tiene un rol importante para jugar pero tiene que decidir dónde ponerse”, opina un connotado legislador que supo ser del PRO. La cuestión pasa por definir si se deja absorber por los libertarios o si se corre y da un golpe de efecto que lo diferencie. La fusión del bloque de LLA con el del PRO quedó en la nada.
En el espacio de los que quieren acompañar pero sin entregarse a libro cerrado ya se trabaja en la construcción de una suerte de Juntos por el Cambio remixado que exprese una oposición. Los que impulsan esta iniciativa no creen que el kirchnerismo sea un asunto acabado y los mueve la idea de prepararse para el caso de que Milei fracase. Quieren que en ese caso el país caiga en buenas manos. Una situación para la que se postulan.
Mientras los funcionarios del más alto rango le reman la Ley, Milei presenta su batalla comunicacional. Su presencia en las redes lo ubica en tercer lugar a nivel global detrás de Trump y Biden. Genera un volumen de visualizaciones arrollador.
Hiperactivo, dedica varias horas a dar likes y retuits a posteos de terceros, en muchos casos cuentas anónimas. Libra en el ciberespacio su combate cultural. Milei trabaja para generar polarización y fidelizar a sus seguidores y votantes en orden a estirar el acompañamiento de quienes lo llevaron a la Presidencia de la Nación.
Milei es hoy un fenómeno comunicacional a nivel global. Logró llegar al poder generando una sinergia entre su presencia en los medios masivos de comunicación y su febril actividad en las redes, de la que se ocupa personalmente. Si bien registra niveles de negatividad muy altos, su reputación digital sigue creciendo.
Su estilo tiene un diferencial, prescinde de la piramidalidad, su flujo de comunicación se da de manera horizontal. Comunica desde un segundo plano. Esto es verdaderamente disruptivo. Solo una pequeñísima porción de lo que sube a las redes son posteos propios. El 97% de sus intervenciones son retuits.
El vértigo con el que opera en línea le impide reparar en daños o efectos colaterales. Toma riesgo. Sus asesores le han pedido que modere cuantitativamente sus posteos para evitar que su cuenta resulte bloqueada al ser confundido con un bot ya que, de acuerdo a los parámetros de las redes, su velocidad excede a lo posible para un usuario de existencia humana pero él insiste.
Otro dato interesante es la inmensa cantidad de usuarios que fueron bloqueados desde su cuenta y a los que se resiste a desbloquear. No le gusta recibir mensajes negativos ni de rechazo. Prefiere no enterarse.
El método le funciona. La electrizante confrontación con la casta, más la exposición descarnada de curros, negociados y chanchullos le suma y permite fidelizar entre aquellos que habiendo votado por la LLA, hoy sobrellevan con dosis inéditas de paciencia social el más duro ajuste de se tenga noticia en tiempos de democracia.