El pasado 27 de febrero, el gobierno anunció la prohibición del “lenguaje inclusivo” y de “todo lo referente a la perspectiva de género” en la administración pública.
Frente a eso, la agrupación Madres de Niñas y Adolescentes con Disforia de Género Acelerada (MANADA ARGENTINA) comunicó que “aplaude esta medida, ya que se condice con lo solicitado en el punto tres del pedido público que hizo en noviembre, y solicita que se amplíe a todas las escuelas”.
MANADA alude al pedido público formulado en noviembre pasado para que se protegiera a los menores que desde hace unos años se ven expuestos “a la sexualización y al adoctrinamiento transgénero desde edades muy tempranas, con aval del Estado”, lo que ha llevado “a un porcentaje escandaloso de niñas y adolescentes a terapias hormonales y cirugías de afirmación y reasignación de sexo”.
Su reclamo concreto era “no avalar ni contribuir a la confusión de los menores, producto de su inmadurez, con políticas afirmativas al cambio de género, con la llamada transición social, ni en establecimientos educativos ni en ningún otro ámbito público y/o privado”.
La inmensa mayoría de los casos registrados son de chicas que dicen querer ser varones o sentirse tales. Por ejemplo, sobre 98 casos estudiados por MANADA, 90,8% son mujeres biológicas. Una desproporción que lleva a concluir que son manifestaciones de otro tipo de trastornos. Precisamente, la agrupación se formó en el año 2022 a partir del contacto entre madres y padres que no encontraban “en las tendencias dominantes una explicación lógica al problema que estaban atravesando sus hijas que, de la noche a la mañana, empezaron a decir que eran varones”.
La expresión disforia de género de inicio rápido (DGIR) alude al hecho de que se trata de adolescente que, de un día para el otro, a los 14, 15, 16, declaran repentinamente “sentirse” de otro sexo.
En la actualidad, en los colegios, a los chicos y chicas que manifiestan estas tendencias se los llama por el nombre “de fantasía” (”autopercibido”, en el léxico de la perspectiva de género) y los pronombres elegidos, sostiene el comunicado de la agrupación. “Esto genera muchos problemas en menores cuya identidad está aún en temprana formación -denuncian-, especialmente entre quienes sufren trastornos como TDAH, TEA, TLP, autismo, anorexia, bulimia, etc. En el caso de las chicas jóvenes, de 16 o 18 años, directa o indirectamente, se las empuja a hacer cambio de documento, tratamientos de hormonas y cirugías de mutilación de órganos sanos. De más está decir que esto último es irreversible.”
“Por ello -subrayan-, abandonar el camino de la afirmación temprana es necesario y urgente”.
Además, señalan que, nuevamente a partir de los casos estudiados, el 73,5 % no tiene el aval de la familia, pero el 74,5 tiene el aval “social”, es decir de la escuela, que se pliega a esto en desmedro de la opinión y voluntad de los padres, llamando a estas menores por el nombre de “fantasía”.
Por otra parte, Manada destaca que muchos países, que fueron pioneros en aplicar la perspectiva de género, ya están desandando el camino recorrido con estas políticas permisivas ante los resultados negativos o simplemente ante la falta de confirmación de los beneficios de estas prácticas, especialmente en el caso de los menores.
“Argentina debe dar marcha atrás en estas políticas”, señalan, “alineándose “ con esos países -Noruega, Suecia, Finlandia, Reino Unido y varios estados norteamericanos-, “que ya lo hicieron después de haber visto los resultados negativos que causó la liviandad con que se pasó de la transición social a la médica de forma inmediata”.
MANADA ARGENTINA comenzó siendo un pequeño núcleo de madres y padres que compartían experiencias y material científico que cuestiona la afirmación, y la aceptación sin análisis, como único camino para el tratamiento de la disforia de género de inicio rápido. Hoy, agrupan a más de 200 familias de trece provincias argentinas y de otros doce países (Uruguay, Chile, Paraguay, Brasil, Perú, Venezuela, México, EE.UU., Canadá, Colombia, España y Rusia).
“Como agrupación y como madres y padres, siempre respetamos todas las orientaciones sexuales, afirmando que la elección sexual es inobjetable y debe vivirse en libertad y con felicidad. Desde un primer minuto, por lo tanto, repudiaron la homofobia y la transfobia. Nuestro trabajo se centra en respetar la niñez y la adolescencia que, desde hace unos años, se ha visto expuesta a la sexualización y al adoctrinamiento transgénero desde edades muy tempranas”, agregan.
Y es por ello que ven en la decisión oficial una luz de esperanza, sobre todo si la medida se extiende al ámbito de las escuelas y colegios.
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