La construcción del cambio

Para lograr un país distinto, es necesario contar con el apoyo de todas las fuerzas políticas y mantener el rumbo que tomó el Gobierno para revertir la pésima y triste situación que dejó el kirchnerismo en términos económicos y sociales

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Javier Milei, el día de
Javier Milei, el día de su asunción en el balcón de la Casa Rosada (Foto: EFE/Enrique García Medina)

No existen barreras que obstaculicen nuestros planes para construir una Argentina mejor. Somos los que vamos a sacar a nuestro país del pozo al que nos han llevado las decisiones de los gobiernos en las primeras décadas de este siglo. El cambio ya comenzó. Ganamos la primera batalla cultural, le ganamos a la política tradicional. El 19 de noviembre de 2023 iniciamos el camino de la Libertad, logramos romper las cadenas que nos ataban a los viejos hábitos y la vieja política. A lo largo de estos meses hemos construido acuerdos, uniendo nuestro proyecto a todos aquellos actores del sistema que han estado dispuestos a dejar de lado los privilegios de la política y han puesto por delante el bienestar de los argentinos.

La historia nos enseña que los grandes cambios que se han llevado a cabo en la Argentina no fueron de un día para el otro y la puesta en marcha siempre dependía de diferentes sectores de la política. Un ejemplo claro es la aprobación de la Ley de Reforma del Estado de 1989, que fue el puntapié para que, durante la primera gestión del ex presidente Carlos Saúl Menem, se realizaran los cambios que permitieron a la Argentina posicionarse a nivel internacional y lograr mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores y jubilados. Los argentinos dejamos de sufrir los efectos nocivos de la hiperinflación y además dicho proceso nos otorgó la estabilidad económica, que permitió que nuestro país se posicionara como un destino preferido para las inversiones extranjeras.

La consecuencia de estas decisiones fue el crecimiento acelerado de la economía y del PBI. Para lograr esta reforma no fue suficiente el apoyo de los legisladores peronistas, también tuvieron que acudir a otros sectores de la política que estuvieran en línea con el objetivo de revertir el escenario que se presentaba a finales de la década de 1980. En aquel entonces, los principales aliados del oficialismo para aprobar estas reformas fueron la UCEDE (Unión del Centro Democrático) y la UCR (Unión Cívica Radical).

Aquella experiencia nos muestra que es posible llevar a cabo reformas para construir un país distinto, pero para eso es necesario contar con el apoyo del resto de las fuerzas políticas. Sabemos bien que existen Legisladores del PRO, la UCR y del peronismo que creen en este proyecto de transformación y trabajaremos incansablemente con ellos para que se puedan hacer realidad todas aquellas medidas que beneficien nuestro pueblo.

Estamos firmemente convencidos de que este es el rumbo que hay que tomar para revertir la pésima y triste situación que dejó el kirchnerismo en términos económicos y sociales. Seguiremos trabajando enfocados en cumplir este objetivo, pero a partir de ahora con dos ideas claras: en primer lugar, el cambio no se da de un día para otro, sino que es algo que debemos construir. En segundo lugar, la construcción de esta nueva Argentina no la podremos hacer sin el apoyo de todos los actores que entiendan las ideas de la libertad.

Tenemos que coincidir en ideas y objetivos a corto, mediano y largo plazo; con metas claras que nos permitan transitar la búsqueda de la estabilidad económica, un sistema monetario fuerte y eliminar el déficit fiscal.

También debemos concordar con un elemento clave, que es la garantía de la seguridad del pueblo argentino, y para lograrlo es fundamental apoyar los ejes que proponemos desde La Libertad Avanza. El modelo impulsado por Cristina Elisabet Fernández de Kirchner ha llevado al país a niveles insólitos de delincuencia juvenil, donde el número de casos registrados en el año 2023 aumentó más de un 20% respecto al año 2022. La baja de la edad de imputabilidad es primordial y necesaria para resolver esta problemática. En línea con esto, proponemos la reforma del Código Penal para garantizar la seguridad de los argentinos; necesitamos desterrar la deficiente doctrina Zaffaroni y suprimir la figura de reiterancia por la de reincidencia, debemos decir un nuevo NUNCA MÁS. Nunca más los criminales tendrán la oportunidad de volver a delinquir, porque con este Gobierno “el que las hace, las paga”.

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