Por Aeroparque circulan 48 mil personas por día. Es el aeropuerto que conecta a todos los argentinos con las 23 provincias del país, con varias ciudades de Sudamérica, y por donde circulan diariamente pasajeros de todo el mundo. Y, además, se había transformado en un punto neurálgico de una problemática que nos atraviesa a todos: el de las personas en situación de calle.
Dentro del aeropuerto y en sus inmediaciones, llegaron a instalarse 160 personas. Este domingo por la madrugada, logramos desalojarlo por completo. Pero ahí recién empieza nuestra intervención, porque trabajamos para resolver esta problemática con un abordaje segmentado para que todos los porteños vivan de forma ordenada y segura, y también para que los más vulnerables puedan retomar su proyecto de vida, a través de la educación y el trabajo, y vuelvan a vincularse con sus familias.
Resolver el problema de la gente en la calle es una política para los tres millones de porteños. Por eso escribo estas líneas: para contarles de qué se trata este tema tan complejo como profundo, que no entra en un tuit. Y porque creo, además, que necesitamos políticas públicas a la altura de las problemáticas: nada se resuelve planteando dos o tres argumentos en un video de Tik Tok.
Estos operativos no son sencillos. En este caso, lo llevamos adelante desde el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad con la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y el Ministerio de Espacio Público. De las 19 personas que había allí instaladas este domingo, 8 aceptaron ser trasladadas a un Centro de Inclusión Social. Las otras, alegaron tener un domicilio en el Conurbano u otros lugares.
En la Ciudad contamos con 45 Centros de Inclusión, donde trabajamos para lograr que las personas no vuelvan a la calle. Reciben atención médica, de psicólogos y trabajadores sociales que determinan su situación y cómo abordar cada caso particular. Las personas que llegan a cada Centro pueden dormir, comer y bañarse allí. Pueden hacer los trámites que les permitan la revinculación con el sistema, como el DNI, y se les ofrecen capacitaciones y cursos en oficios para reconectarse con el mundo del trabajo.
Las personas que están en la situación tan compleja de vivir en la calle, en general, atraviesan problemáticas diversas y complejas: 6 de cada 10 tienen problemas de salud mental. Además de estar atravesados por consumos problemáticos y una crisis económica apremiante que se profundizó con la pandemia. Y, en general, tienen rotos los lazos con sus familias y las instituciones.
Cuando miramos el problema de fondo, nos encontramos con que plantear el desalojo como la solución del problema es simplemente atacar una parte del mismo. Nos quedamos cortos, no alcanza. Es hora de hacerse cargo de la situación y machacar sobre los temas que realmente pueden cambiar de raíz esta problemática, como por ejemplo una Ley de Salud Mental que funcione es esencial para construir un marco jurídico que ofrezca soluciones efectivas a estas personas.
Por eso, en la Ciudad ya estamos trabajando con profesionales para establecer un protocolo de Salud Mental que se ajuste a las necesidades de estos casos y ataque el problema de fondo. Trabajamos 24/7 por una Ciudad ordenada. Ese es nuestro norte. Desde Buenos Aires Presente (BAP), garantizamos la atención en la emergencia: las camionetas patrullan las calles todo el día, reciben los llamados de los vecinos al 108 y asisten a cada caso en particular.
La convivencia es armónica cuando usamos cada lugar como se debe: el espacio público está para usar, transitar libremente y disfrutar, y no para habitar. Nuestra prioridad es garantizar que cada cosa funcione como corresponde porque, en definitiva, eso se traduce en más seguridad y en un mejor vivir para todos los porteños. La política de las soluciones fáciles, los argumentos rápidos y los parches nos trajeron hasta acá. Tenemos que dar respuestas concretas a los problemas diarios que tienen los más de 3 millones de porteños. Desde el Gobierno de la Ciudad nos comprometemos a eso.