Milei y el laboratorio argentino bajo escrutinio en el mundo

La llegada del líder libertario al poder en Buenos Aires despierta el entusiasmo de muchos observadores de todo el mundo, sobre todo de los simpatizantes de cierta derecha en los países occidentales. Las causas de esta expectativa

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Javier Milei, el día de su asunción como presidente de Argentina (EFE/ Juan Ignacio Roncoroni)
Javier Milei, el día de su asunción como presidente de Argentina (EFE/ Juan Ignacio Roncoroni)

La llegada de Javier Milei a la presidencia de la Argentina despierta el entusiasmo de muchos observadores de todo el mundo, sobre todo de los simpatizantes de cierta derecha en los países occidentales. El interés que ha mostrado por él el famoso comentarista estadounidense, Tucker Carlson, incluso antes de su elección, lo demuestra claramente. Sin captar siempre todas las sutilezas de la vida política argentina y latinoamericana en general, muchos de ellos celebraron su victoria el 19 de noviembre de 2023.

Crisis de la representación

No sólo asombran su estilo y su fogosidad, sino que algunos ya lo ven como una nueva figura de resistencia al nuevo orden tecnocrático mientras que Occidente atraviesa una grave crisis de representación. Es decir que una parte creciente de las poblaciones occidentales se siente cada vez menos representada por sus elegidos y políticos, en un momento en que el encarecimiento de la vida mina la confianza en el sistema y en los grandes medios de comunicación que lo representan.

Las ideas liberales o “ultraliberales” de Milei pueden parecer muy radicales en un continente marcado por una fuerte tendencia intervencionista y centralista. Pero encuentran un eco favorable en Occidente, especialmente en países anglosajones como el Reino Unido, Estados Unidos y Canadá, donde el liberalismo es una tradición natural pero amenazada por el nuevo orden tecnocrático.

Su reciente discurso en la Cumbre de Davos fue traducido y difundido en varios idiomas en las redes sociales, primero en inglés. Miles de internautas occidentales – y muchos jóvenes – lo compartieron. Criticando el giro “socialista” del establishment occidental, Javier Milei se posicionó como uno de los nuevos líderes y defensores del liberalismo.

El presidente de Argentina, Javier Milei, en la Cumbre de Davos (EFE/Gian Ehrenzeller)
El presidente de Argentina, Javier Milei, en la Cumbre de Davos (EFE/Gian Ehrenzeller)

En Occidente y en otros lugares, la pandemia de Covid-19 demostró que el experimento totalitario aún era posible dentro mismo del llamado “mundo libre”. Para muchos ciudadanos occidentales – de izquierda como de derecha –, este periodo de confinamiento arbitrario y de medidas autoritarias representó una importante ruptura en su percepción del poder, y una advertencia para los años venideros. Los políticos y los representantes del Estado se enfrentan ahora a una creciente desconfianza hacia ellos por parte de la ciudadanía.

Aparato burocrático ineficaz

Percibido durante muchos decenios como un noble medio de redistribución de la riqueza en beneficio de las clases medias y pobres, el Estado del Bienestar se enfrenta hoy a una percepción mucho más negativa. La ampliación del papel del Estado a un número creciente de ámbitos ha dado lugar a un enorme aparato burocrático a menudo ineficaz, y mal adaptado a una variedad de situaciones complejas.

Esta máquina aséptica se ha vuelto gradualmente ciega a las dificultades de los ciudadanos marginados en favor de categorías de población más políticamente correctas como las mujeres, las indígenas y los representantes de la diversidad sexual.

Revuelta popular

La revuelta de los agricultores europeos refleja este rechazo de las reglamentaciones asfixiantes para los ciudadanos y perjudiciales para la economía, así como el rechazo de una élite ecologista y woke alejada de las realidades populares, y cuyo estilo de vida confortable contrasta con el del pueblo en general. Es contra esta “casta” de la que habla Milei que se levantan en todo Occidente los pueblos desilusionados con sus élites, como los camioneros en Canadá en el invierno de 2022, que exigieron el fin de las medidas sanitarias y la vuelta a una cierta normalidad para el bienestar de sus seres queridos.

Febrero de 2022: manifestaciones en el centro de Ottawa en paralelo con las protestas de los camioneros contra las medidas obligatorias impuestas por el gobierno de Canadá (REUTERS/Blair Gable)
Febrero de 2022: manifestaciones en el centro de Ottawa en paralelo con las protestas de los camioneros contra las medidas obligatorias impuestas por el gobierno de Canadá (REUTERS/Blair Gable)

Obviamente queda por ver si Milei podrá aplicar todo su programa en una Argentina en parte resistente a tal cambio, y en un contexto geopolítico marcado por la creciente influencia de China en la región y el declive de los Estados Unidos en el mundo. Sabemos además que el nuevo presidente va a contracorriente de la omnipresencia de la izquierda en América Latina (Brasil, Chile, Perú, Venezuela, Colombia, México, etc.).

Una cosa es cierta, los ojos de muchos occidentales están ahora clavados en Argentina, país que se ha convertido a su pesar en el laboratorio de un duelo épico típico de nuestro tiempo.

[El autor es canadiense, periodista y escritor, y jefe de redacción de Libre Média]

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