Peregrinando a pie desde Luján a Sumampa

Un grupo de seminaristas de la Arquidiócesis de Buenos Aires partió del santuario de Nuestra Señora de Luján este 17 de enero con destino a Santiago del Estero. Llegarán el 8 de febrero

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Peregrinación a Sumampa
Peregrinación a Sumampa

A mediados de 1629, el hacendado Don Antonio Farias de Saá, de nacionalidad portuguesa, se había asentado en Sumampa, actual provincia de Santiago del Estero y quería construir una capilla en su honor.

Farias de Saá, que estaba casado con una descendiente de Don Pedro Villalba, le solicitó a un amigo suyo residente en Pernambuco, Brasil, una imagen de la virgen para crear un oratorio. Para una mejor elección, su amigo le envió dos: una de la Inmaculada Concepción y otra de la Virgen con el Niño durmiendo en sus brazos.

Ambas figuras son de origen brasileño. Las imágenes viajan en un barco al mando del capitán Andrea Juan, junto con muchas mercaderías, las cuales estuvieron detenidas unos tres meses en la aduana del Puerto de Buenos Aires. Don Bernabé González Filiano Oramas paga los sellados para que el capitán Andrea Juan pueda bajar la mercadería a puerto. Desde allí, las dos imágenes iniciaron su camino al destino final en una carreta tirada por bueyes.

Sin embargo, según se lee en el libro “De la frontera a la Villa de Luján. Los comienzos de la gran Basílica” del padre Juan Guillermo Durán, la carreta quedó detenida al llegar al paraje denominado “Árbol solo”, a orillas del río Luján, en la actual provincia de Buenos Aires, hoy localidad de Pilar. Creyendo que se trataba de un problema del peso de la carga, quienes manejaban la carreta quitaron varios bultos, pero los bueyes no se movían. No había modo, cada esfuerzo era inútil. Hasta que bajaron la caja que contenía la imagen de la Virgen. Para su asombro, los animales sólo se movían para seguir viaje si la virgen quedaba en ese lugar. Esto fue interpretado como una señal de que debía quedarse allí, y allí la dejaron. Entendieron que la Inmaculada Concepción no quería irse de ese lugar, lo interpretaron como un designio divino. Mientras una se quedó para siempre en la provincia de Buenos Aires y se convirtió en Patrona de la República Argentina, la otra continuó su trayecto original hacia Santiago del Estero y se convirtió en Nuestra Señora de la Consolación, contaba en un interesante artículo para este medio Gerardo Di Fazio.

Una réplica de la imagen original de la Virgen de La Inmaculada Concepción que se envió desde Brasil
Una réplica de la imagen original de la Virgen de La Inmaculada Concepción que se envió desde Brasil

Desde el lugar del milagro a Sumampa son aproximadamente 900 kilómetros, y en carreta eso llevaría 10 días de travesía, se pudo proseguir el viaje. Dado el prodigio, la estatua de la Inmaculada Concepción quedó en la estancia de don Rosendo. Junto a ella también permaneció un esclavo llamado Manuel, que venía desde Brasil custodiando las imágenes.

El Seminario del Arzobispado de Buenos Aires, cada año peregrina desde Pilar a Luján. En el 2023 se fue gestando esta idea de unir a pie estos dos Santuarios. Oportuno también, ya que el 11 de febrero será canonizada Mama Antula, la primer Santa Argentina que salió caminando desde Santiago del Estero a Buenos Aires a pie y descalza, paso por Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja, Córdoba hasta llegar a Buenos Aires, donde en 1788 fundó la Santa Casa de Ejercicios que aún funciona en la calle Independencia 1190. Se calcula que unos 70.000 personas pasaron por los ejercicios que ella auspicio, entre ellos, muchos de quienes fueron fundadores de la Patria. Mama Antula murió a los 69 años en 1799, es decir más de 10 años antes de la Revolución de Mayo.

A partir de la idea que se fue gestando, el grupo de seminaristas de la Arquidiócesis de Buenos Aires partió en peregrinación del santuario de Nuestra Señora de Luján este 17 de enero con destino final Sumampa, Santiago del Estero, llegando aproximadamente el 8 de febrero.

Antes de partir, los peregrinos participaron de la misa en la basílica de Luján presidida por el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, monseñor Jorge García Cuerva, comentaba la agencia AICA.

El Arzobispo encomendó las intenciones de los peregrinos y también aquellas intenciones a las que llevan de las diferentes comunidades.

Haciendo una comparación entre las lecturas del día y el camino emprendido por los jóvenes, recordó que “esta peregrinación desde Luján a Sumampa, puede parecer un Goliat” y animó a los seminaristas a “caminar confiados en la Virgen y a llevar, como David llevó las piedras, cinco signos que los ayuden en esta iniciativa”.

El primero -dijo- la oración: “Recen, recen con sus palabras, recen mirando los paisajes, recen encontrándose con la gente, recen el rosario. Recen juntos, recen solos, pero en todo momento traten de tener un espíritu de oración que los acompañe”.

El segundo, la alegría: “Transmitan la alegría de la buena noticia de Jesús con sus gestos, con sus caras, con sus palabras”, animó monseñor García Cuerva.

El tercer signo -destacó- es la acción de gracias: “Den gracias a Dios por todas las cosas lindas que seguramente les va a pasar a lo largo de la peregrinación”.

En tanto-continuó- el cuarto signo es la fraternidad y el compañerismo entre ustedes. “Caminen como hermanos”, propuso.

El quinto signo -enfatizó- es llevar al pueblo. “Así como no caminan solos y van en grupo, lleven a nuestro pueblo. Lleven a nuestra gente. Lleven a nuestra Argentina, que tanto duele. Lleven rostros concretos. Lleven a los que sufren. Lleven a los que están pasándola mal. Lleven a los enfermos. Lleven a otros jóvenes que no le encuentran sentido a sus vidas”.

Finalmente, el arzobispo instó a los seminaristas a “confiar en Dios, para quien no hay nada imposible”.

“Estoy seguro que así como David con sus cinco piedras finalmente derrotó a Goliat, ustedes con la oración, ustedes con la alegría, ustedes con el compañerismo y la fraternidad, ustedes con la acción de gracias, ustedes con los rostros concretos y las intenciones de nuestro pueblo, van a llegar a Sumampa”, concluyó.

Los seminaristas llevan en andas la imagen de la Virgen de Luján, caminan con ella, nos comentaba uno de ellos, Manuel de los Heros, que estaban pasando por Arrecife, “el camino resulta intenso y gratificante”, recorren cerca de 30 km por día. Esa presencia que es cercanía y consuelo, la irán testimoniando en cada pueblo por donde pasen. No solo quieren llegar, sino que en el camino quieren anunciar el Evangelio. Así, en esta peregrinación misionera irán recogiendo para el corazón de nuestra Madre las intenciones y los rostros de nuestros hermanos. Si queres seguir el dia a dia de la Peregrinación o sumar alguna intención, hay una pagina web: https://lujansumampa.com.ar

Tambien los podes seguir en el Instagram: @seminariobsas

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