Barack Obama ganó el pasado fin de semana un premio Emmy por la narración de un documental centrado en su figura llamado Working: What We Do All Day (“Trabajar: eso es lo que hacemos todo el día”), disponible en Netflix. También había obtenido este galardón por la narración de otra serie documental para la misma plataforma, Our Great National Parks (“Nuestros grandiosos parques nacionales”). Obama, fiel a sus señas de identidad política, recupera el poder de la palabra y la persuasión de la voz narrada para esta nueva etapa y fase de su vida pública y política.
El expresidente, además, está muy involucrado en el mundo de las producciones audiovisuales. En 2018 fundó con su esposa Michelle Obama la productora Higher Ground Productions y firmaron un acuerdo con Netflix para la producción de series, películas y documentales. Uno de los títulos más recientes de la filmografía de los Obama es “Dejar el mundo atrás”, que se puede ver en la misma plataforma desde diciembre de 2023 y que sin dudas dio mucho de qué hablar con críticas implícitas a Elon Musk, por ejemplo. Los Obama conectan así con las demandas de contenidos por streaming y de podcast de las nuevas generaciones.
La página especializada en críticas y filmografías IMDB adelanta que los Obama son parte de dos producciones de próximo estreno: “Bodkin” (una serie sobre un grupo de podcasters que muestra a los protagonistas involucrados en una investigación criminal) y “Exit West” (la adaptación de una novela sobre dos refugiados de Oriente Medio en busca de una vida mejor en Europa y los Estados Unidos).
Sin duda, la comunicación siempre fue un punto fuerte del expresidente. Y siempre mostraron, tanto él como Michelle Obama, un profundo conocimiento del terreno en el que se manejan. Y esta no es la excepción. Luego del tramo 2008-2016 al frente de la Casa Blanca, se mantienen a la búsqueda de la influencia en el debate público, pero por las vías de los nuevos tiempos.
Mientras algunos expresidentes se dedican a la creación de fundaciones, a publicar sus memorias o a mantenerse como referentes senior de la política de sus países, los Obama adoptan una vía alternativa. No quieren ser jarrones chinos incómodos para sus partidos, electores o países. Apuestan a la creación de contenidos que politizan la vida cotidiana sin tener que afrontar posiciones políticas públicas de coyuntura. Entre los negocios, la cultura y la esfera pública logran hacer pie en una industria que define la configuración de la opinión pública: maneras de ver, maneras de pensar. Esa es la clave. Los Obama apuestan a la conformación de agenda política a través de una producción audiovisual de gran calidad.
Todo ello refuerza, además, una agenda de relaciones que ya tenían y que venían exhibiendo en las campañas electorales de las que participaron y a las que apoyaron. En efecto, algunos de los actores y actrices más taquilleros de Hollywood ya habían participado en algunas de las “producciones Obama”, los habían acompañado con sus “participaciones especiales” en la campaña demócrata, y ya hay acercamientos para la campaña de Biden 2024.
Se trata de una estrategia interesante, a la altura, como decíamos, del contexto: las plataformas de streaming desplazan a la TV (incluso, con una crisis declarada en los servicios de televisión por cable en Estados Unidos), y la política genera cada vez más apatía y agotamiento en su sociedad. Sin duda, estamos frente a una nueva forma de la política digital. Bienvenidos y bienvenidas a un año de elecciones on demand.
El autor es asesor de comunicación @antonigr