El 16 de diciembre se intensificaron los ataques de la milicia de los Hutíes de Yemen, apoyada por Irán, atacando buques occidentales sobre el Mar Rojo. Ese día catorce presuntos drones de esta milicia fueron derribados por la marina estadounidense y otro por la Marina Real Británica. Habían sido disparados sobre buques comerciales occidentales.
Este tipo de ataque comenzó al mismo tiempo que el 27 de octubre Israel inició su operación militar en Gaza. La milicia Huti -que ocupa Saná, la capital de Yemen, desde 2014- hizo saber que sus ataques eran una respuesta al que realiza Israel en Gaza, afirmando también que continuarán hasta que las fuerzas de Tel-Aviv abandonen el territorio gazatí.
El Mar Rojo es una vía comercial clave a nivel global. Por ella pasa gran parte del petróleo de Medio Oriente hacia Europa, a través del Mediterráneo. Un Mar Rojo inseguro, como se ha gestado, tiene implicancias globales porque puede producir un aumento significativo en el precio del petróleo. El mismo día los Hutíes hicieron saber que habían disparado una andanada de drones hacia la ciudad portuaria de Eilat en el sur de Israel.
El lunes 18, las mayores navieras del mundo informaban que limitaban o suspendían su tránsito por el Mar Rojo frente a los riesgos crecientes para sus buques de la amenaza de los rebeldes yemeníes. Los milicianos pro iraníes que combaten contra el ejército del gobierno yemení, apoyado por Arabia Saudita, provocaron serios daños. Tanto la petrolera británica BP como la naviera taiwanesa Evergreen anunciaron ese día la suspensión del tránsito de sus rutas, en particular el paso por el estrecho de Al Mandeb, corredor que conecta el Cuerno de África con la Península Arábiga, y por el que transita el 40% del comercio mundial.
A su vez, una de las mayores compañías petroleras, Frontline, informó que estaba unificando las rutas de sus buques para adoptar la ruta del Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica, que es más extensa y consume más combustible.
El 19 de diciembre el Jefe del Pentágono, el general Lloyd Austin, se reunió con los países de Medio Oriente para discutir la política a adoptar frente a los ataques hutíes. Tras la reunión, el vocero de la Casa Blanca, John Kirby, informó que se había constituido una coalición de diez países integrada por Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, Bahréin, Canadá, Italia, Países Bajos, Noruega, España y las islas Seychelles, para enfrentar la amenaza. Todos miembros de la OTAN, salvo una monarquía del golfo y estado insular del Asia.
Esta crisis que ya genera la consecuencia marítima de la guerra en Gaza se va extendiendo. Es que el Canal de Suez es una arteria clave para el comercio petrolífero. Desde su apertura en 1896, este pasaje ha sido fundamental para el comercio entre Occidente y Asia. Esta ruta es de ocho mil trescientas un millas náuticas si se utiliza el Mar Rojo, mientras que la del Cabo de Buen Esperanza se extiende a once mil trescientas cincuenta y ocho millas. Si se interrumpiera la navegación a través del Canal de Suez, se generaría un “efecto dominó” de consecuencias incalculables. Hace poco más de dos años, el Canal generó un sobresalto en la cadena de suministros. Uno de los buques portacontenedores más grandes del mundo quedó atascado en el Canal durante días, bloqueando el cruce de otras embarcaciones.
A ello se agrega que la navegación por el Canal de Panamá que une el Atlántico con el Pacífico, por donde se transporta mercadería desde Asia hacia la costa este de Estados Unidos, está teniendo importantes retrasos. Ello hace que la opción de Suez aumente su demanda, pero ésta es transferida en parte hacia la ruta del Cabo de Buena Esperanza. A diferencia del Canal de Suez, el de Panamá utiliza esclusas que elevan y bajan de acuerdo avanzan los buques de uno a otro océano. La escasez de lluvias ha reducido la cantidad de agua disponible para llenar las esclusas.
Por su parte, la milicia Huti desafió a esta alianza de diez países creada por Estados Unidos para enfrentarla en el Mar Rojo. Un jefe de esta milicia concurrió a los canales de televisión de habla árabe más importantes, describiendo la campaña de secuestros y lanzamiento de misiles y drones contra barcos comerciales, caracterizándola como una “batalla justa” para obligar a Israel a poner fin a sus operaciones en Gaza. Sostuvo también que si Estados Unidos atacara directamente a Yemén, podría convertir la guerra de Gaza en una conflagración internacional. Desde el inicio de las acciones, los rebeldes pro iraníes han lanzado un centenar de ataques contra más de doce buques comerciales y mercantes, un nivel de conflicto bélico en el área que no se registraba desde hace tres décadas. Cabe señalar que hasta ahora cuarenta y cuatro buques han sido atacados, algunos más de una vez, y que en noviembre los Hutis también secuestraron un barco comercial. La capacidad militar de la milicia huti se ha desarrollado mucho tras más de una década de guerra civil. Adhieren a una ideología religiosa inspirada en una secta del islam chiíta.
Las acciones de la coalición militar organizada por Arabia Saudita contra ellos no tuvieron éxito. Los milicianos ocupan hoy toda la región norte del país. Allí han creado un “proto-estado” empobrecido que gobiernan en forma autoritaria. Los hutis lanzan drones de bajo costo, que valen entre diez mil y cincuenta mil euros cada uno. Frente a ello, la Armada estadounidense y la francesa dispararon misiles de varios millones de euros para proteger sus buques y navíos comerciales. Arabia Saudita parece haber perdido el interés en continuar la confrontación con los Hutíes, pero Irán los mantiene para utilizarlo como una herramienta más en su pugna con Occidente.
En los últimos días de diciembre el conflicto marítimo en torno a Gaza que tiene a la milicia huti pro-iraquí se ha extendido aún más. El 23 de diciembre, un dron atacó un buque mercante en el océano Índico, ligado a intereses israelíes, frente a las costas de la India, destino del buque, hacia donde fue remolcado por guardacostas de dichos país. Los costos de las rutas alternativas para eludir el Mar Rojo a través del África se han encarecido aún más, combinándose con la reducción del nivel de las aguas del canal de Panamá por la sequía y los problemas surgidos dentro de la OPEP como la separación de Angola. A su vez las navieras japonesas anunciaron que dejan de usar la ruta del Mar Rojo, optando por la de Sudáfrica.
El 24 de diciembre, el Comando Naval de los EEUU dio cuenta de nuevos ataques contra petroleros con misiles anti-buque y la Marina alertó sobre nuevos incidentes en el estrecho de Bab al Mandeb.
El día de Navidad, los rebeldes yemeníes apoyados por Irán atacaron con drones otro barco comercial y también atacaron varios blancos en el territorio como la ciudad de Eliat. Por su parte el gobierno hizo público que tiene certeza sobre la vinculación de Irán con los episodios del Mar Rojo.
A su vez el Comando Central de EEUU, el 28 de diciembre dio cuenta de acciones para interceptar drones e incluso misiles de los rebeldes yemeníes y Francia, Italia y España, asumieron actitudes críticas hacia la coalición recién constituida para enfrentarlos en el ámbito marítimo.
La escalada tuvo lugar en sólo dos semanas. Los mandos israelíes sostienen estar luchando en siete frentes: Gaza y Cisjordania, los dos territorios palestinos sobre sus fronteras. Siria y Líbano, desde donde actúan milicias pro-iraníes. Más allá de sus fronteras, Yemen e Irak, desde donde también operan grupos irregulares con organización militar, apoyados por Teherán. El séptimo es Irán propiamente dicho. Habría que asumir un octavo: el Mar Rojo.
Un comandante de la Guardia Revolucionaria iraquí, Muhamad Reza Nasqdi sostuvo al finalizar el año, que EEUU y sus aliados “Tendrán que esperar pronto el cierre del Mar Mediterráneo, el estrecho de Gibraltar y otros cursos de agua”. Y agregó: “En el pasado, el cierre del Golfo Pérsico y del Estrecho de Ormuz por parte de Irán era la pesadilla para ellos y hoy se enfrentan al cierre del Estrecho de Bab el Mandeb y el Mar Rojo”.