Un nuevo modelo social

El secreto para lograr avanzar en propuesta audaz del presidente está en sacarla de los círculos cerrados y convertirla en un planteo de cambio de modelo de país

El paquete de reformas que envió el Poder Ejecutivo al Congreso

Estamos frente a un cambio de época. Entre el DNU y el mega paquete de leyes que ingresó ayer a la Cámara de Diputados hay importantes diferencias desde el punto de vista jurídico y político. Sin embargo, ambos tienen mucho en común porque son herramientas que apuntan a una transformación orgánica de características culturales.

Ante todo, ambos quieren reformar un sistema perverso en el cual hay muchísimos jugadores que han vivido durante décadas de las rentas que han obtenido a costa de los demás argentinos; y que son precisamente quienes más van a protestar.

Cada privilegio que ahora se busca derogar con la mega ley y el DNU, ha servido además para cumplir con discursos políticos vacuos (como las leyes de góndolas, tierras y fuego); tutelar ineficiencias (como muchos regímenes sectoriales); proteger delincuentes (como la inmoral doctrina Penal zafaroniana); consolidar la demagogia educativa, con espantosos resultados humanos; generar “mercados” atados bajo la supuesta protección de derechos (como las intervenciones obligadas de profesionales en cada decisión de las personas o el comercio de los juicios laborales); organizar un sistema de trabajo oligárquico en el que pocos están adentro y muchos afuera; cronificar prerrogativas del Estado sin ningún beneficio social; agredir derechos básicos de los ciudadanos, como las limitaciones a la circulación. Todos estos vicios son parte importante de la fracasada historia argentina.

Y aunque parezca menor, en este enorme texto la reforma de la ley de salud mental es una ayuda enorme para las familias que enfrentan el drama de las adicciones de sus miembros.

El objetivo central de la mega ley, es marcar desde ya el camino posterior a la estabilización económica convirtiéndose de tal manera en un acelerador de la salida de la crisis. Al poner énfasis en la promoción de inversiones a través de mayor seguridad jurídica; la facilitación de las transacciones comerciales y un freno clarísimo a la acción disruptiva del Estado, genera un nuevo escenario de fuerte incentivo a la inversión que debe impactar positivamente en las decisiones coyunturales.

Con el mismo objetivo, la mega ley también legisla en temas asociados a las necesidades fiscales coyunturales y estratégicas.

La combinación del DNU y la mega ley pone en aprietos al Congreso. Por un lado, está claro que Milei está cumpliendo con las consignas por las que lo votó el 55 por ciento de la población y muchas de sus propuestas son de claro beneficio para los ciudadanos. Por otro, las presiones sectoriales van a ser enormes, bajo la excusa- como ya se está viendo de la pérdida de privilegios “justos” y aparición de perjuicios económicos sectoriales y regionales. Y las propuestas de reformas políticas profundas cambian reglas de juego críticas para muchos dirigentes y aún Provincias, que han de asociarse a otros protestantes para dificultar su aprobación.

Uno de los ejes políticos para avanzar en la aprobación de la mega ley y la aceptación del DNU debería ser la difusión masiva y constante de los beneficios que implica para todos los ciudadanos, de modo de relativizar las presiones de las minorías beneficiarias de los privilegios que hoy se quieren limitar. Los cambios en educación son revolucionarios y de enorme impacto social.

Es necesario que la dirigencia política, económica y social dé la discusión sobre lo que significan para la vida cotidiana de las personas, las normas que se busca modificar, en un lenguaje llano y a la vez desafiante. La legislación laboral y la educación son un campo crítico de confrontación porque allí se ven con claridad los perjuicios producidos a la sociedad por una clase privilegiada, por lo que los padres y los empresarios deberían participar de las discusiones parlamentarias sobre las reformas.

En síntesis, el secreto para lograr avanzar en esta propuesta audaz está en sacarla de los círculos cerrados y convertirla en un planteo de cambio de modelo de país. Hay legisladores capaces de asumir el desafío.