Estamos a la víspera de la Navidad ante un nuevo escenario en nuestro país y como no existen las coincidencias sino la providencia, los hechos ocurridos en la primera Navidad, relatada en los evangelios, son la antesala del rumbo que considero que los argentinos debemos tomar.
Dice el relato bíblico que “Pero el ángel los tranquilizó. No tengan miedo, les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. El Señor ha nacido hoy en Belén. Y lo reconocerán por la siguiente señal: encontrarán al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. De pronto se unió al ángel una inmensa multitud que decían: Gloria a Dios en los cielos y paz en la tierra para los hombres de buena voluntad.”
No tengan miedo, el miedo nos paraliza, es la incertidumbre de pensar que volveremos atravesar los mismos fracasos, que tropezaremos con las mismas piedras. Pero la Navidad es nuevo nacimiento, un nuevo y mejor día para todos los que creemos que no hay nada imposible que no se pueda lograr, convertirnos en portadores de buenas noticias, Navidad es Jesús, es la buena noticia que nos trajo salvación y esperanza, por lo tanto hay salvación para argentina, esperanza para quienes habitamos este suelo bendecido, solo hay que elegir creer para recuperar la alegría y la voluntad de salir adelante.
Encontrarán al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre: Cuan importante es redimir el valor de la vida, desde la concepción, si asumimos que cada niño por nacer, cada adulto mayor, es el rostro mismo de Jesús que se nos presenta con otro disfraz, como decía la madre Teresa de Calcuta, nuestro compromiso por los débiles, los que no tienen voz o han perdido sus fuerzas por el paso de los años, sería aún mayor.
Jesús fue puesto en un pesebre, parece tierna la escena, pero no lo es, ya que un pesebre era el recipiente del cual comían los animales en un establo, esa imagen es vital, es una foto que debe quedar grabada en nuestras retinas, no hagamos a nuestro prójimo lo que le hicieron a Jesús. Trabajemos juntos para que cada madre en condiciones de vulnerabilidad tenga un lugar digno en donde nazca su hijo y que los adultos mayores sean honrados como ocurre en los países orientales, porque toda vida vale.
Gloria a Dios en los cielos: Este es el tiempo en que la gloria no se la llevarán unos pocos que piensen que son los únicos iluminados, es el tiempo de los que trabajan en equipo con la convicción de que la luz viene del cielo, que invocan la protección de Dios, Fuente de Toda Razón y Justicia, pero que a la vez optimizan sus capacidades sin mezquindad o ambición oculta.
Paz para los hombres de buena voluntad: Para que Argentina experimente un milagro, es decir “Levántate y camina como lo expresaba el mismo Jesús en sus milagros” es necesario contar con una multitud de hombres y mujeres de buena voluntad. Jesús dijo también “Toma tu camilla y anda”. Al milagro divino debemos acompañarlo de sudor, lágrimas, esfuerzo, disciplina, perseverancia, persistencia, plegarias, acción, buenas obras, verdad, valores innegociables en la argentina que se pondrá de pie.
Este 25 de diciembre al levantar nuestras copas y desearnos los mejores deseos, no olvidemos de mirar hacia lo más alto, dar gracias a Dios el autor de la vida y renovar nuestra fe para un 2024 que nos desafía a unirnos para cambiar Argentina y vivir siendo verdaderamente libres, ese es el secreto de la Navidad que nos pone de pie.