Si bien históricamente diversas civilizaciones han experimentado encuentros religiosos y diálogos interculturales, contemporáneamente no sólo se renovó este interés, sino que incluso La Convención Universal de DDHH de Naciones Unidas establece la libertad religiosa como un derecho fundamental, promocionando el diálogo interreligioso convertido en discurso y acción política, como objetivo central para los gobiernos a nivel mundial. Y aquí el Estado desempeña un papel fundamental en el impulso de esta iniciativa, debido a su responsabilidad para garantizar la igualdad y libertad religiosa previniendo toda discriminación.
Uno de los más importantes estudios realizado por John Witte y Christian Green, demuestra los beneficios del avance del discurso interreligioso por parte del Estado para adoptar políticas y medidas que protejan la libertad religiosa y contribuyan significativamente a la construcción de una sociedad más tolerante y pacífica. Ranya Idliby, Susan Oliver y Priscilla Warner destacan algunos de sus logros como la mayor empatía y respeto mutuo, reducción de estereotipos y prejuicios contribuyendo a la construcción de sociedades más estables previniendo conflictos. Así, el discurso interreligioso es una necesidad urgente para la armónica coexistencia social en el siglo XXI.
Numerosos casos exitosos de diálogo interreligioso productivo promovido desde el Estado, en la solución de conflictos y promoción de la paz social, demuestran su rol vital en contextos de diversidad religiosa. Sudáfrica y su Comisión de la Verdad y la Reconciliación liderada por Desmond Tutu; la organización “Interreligioso” luego de la guerra en Bosnia y Herzegovina; el acuerdo Bangsamoro en Filipinas; la Corrymeela Community en Irlanda del Norte; el Foro de Mujeres Musulmanas y Cristianas en Indonesia; y el Consejo Nacional de Relaciones Interconfesionales en India.
Argentina, participante de las Declaraciones Latinoamericanas y del Caribe como Zona de Convivencia Interreligiosa, tiene la histórica oportunidad de posicionarse internacionalmente no sólo como un Estado comprometido con la defensa de la libertad religiosa y la convivencia, sino también innovando en términos más productivos mediante una dirección de producción interreligiosa como punto de encuentro académico entre religiosos orientado a desarrollar instrumentos y beneficios para la gobernanza impactando positivamente en la estabilidad y el progreso de la sociedad. Dicha iniciativa pondría al país a la vanguardia de una tangible y fructífera producción interreligiosa e intercultural proponiendo soluciones superadoras a diversos conflictos de distinta índole.
Para ello, esta dirección debe integrarse por clérigos-académicos que aporten una perspectiva directa, significativa y profunda de las ideas y valores que fomenten un entendimiento auténtico de los credos y prácticas religiosas, combinen el conocimiento y la experiencia de la específica religión con el rigor y la metodología académica como lenguaje común y compatible con una sociedad plural y un Estado laico. Contrariamente a la burocracia y los diversos intereses propios de las instituciones comunitarias, cuya participación directa desvirtuaría el mencionado espíritu de esta dirección, debido a sus respectivas agendas políticas y económicas más los roles de sus funcionarios, que comprometerían la autenticidad del diálogo y producción interreligiosa al condicionar los objetivos de esta dirección a los propios institucionales. Así, se perdería el enfoque en la comprensión y producción de contenidos entre los diferentes credos y generaría, además, desconfianza al percibir dicha dirección como una instrumentación política o gubernamental de las instituciones comunitarias o viceversa, deslegitimando y empobreciendo el intercambio y sus resultados, distorsionando el propósito fundamental de esta dirección.
La agenda nacional e internacional serán los tópicos para producir documentación de consulta, guías de acción, brindar asesoramiento y recomendaciones concretas reflejando conceptualmente posturas, cuestionamientos e interpelaciones, siempre contribuyendo a la paz, la comprensión mutua, cooperación y subsidiariedad social. Para su logro se utilizará el análisis académico de los diversos acervos culturales y religiosos que nos conforman como pueblo, instrumentándolos técnicamente en pos de lidiar con las diversas problemáticas en diferentes ámbitos, permitiendo mejorar la calidad de la discusión y construir una sociedad más justa y por ende más libre.
Dada la significativa influencia de la religión en nuestra región y en pos del fortalecimiento de la sociedad, esta dirección articulará con ONGs, líderes y organizaciones religiosas, culturales y de la sociedad civil, dependencias públicas y organismos privados, locales y extranjeros, actuando como diplomacia religiosa mediando y promoviendo resoluciones pacíficas a nivel nacional e internacional, fomentando la construcción de puentes culturales entre sociedades diversas orientada a una mutua comprensión, previniendo y resolviendo conflictos proponiendo alternativas superadoras. Algunos tópicos locales y globales como la pobreza, la justicia social, la protección del medio ambiente, la promoción de los derechos humanos, cuestiones sobre ética, transparencia, bioética, educación, discriminación e intolerancia religiosa, política, derecho, sociedad, género, pluralismo, migrantes e interculturalidad son entre otros aquellos donde se enmarcan las más acuciantes y relevantes disputas vigentes.
En el plano educativo intercultural e interreligioso producirá y promocionará programas para la comprensión de los diferentes credos y cultos que nos conforman, fomentando la tolerancia y el respeto hacia la diversidad religiosa y cultural.
Así, el diálogo interreligioso no como ceremonial inerte y mera escenografía, sino como espacio de producción de discursos, políticas, acciones y documentación concreta, posicionará el marco ético de las tradiciones al servicio del progreso bajo el principio moral de neutral razonabilidad para las cuestiones de acción pública, constituido por la idoneidad, la necesidad y la proporcionalidad; tal como observan Aristóteles, Averroes, Maimónides, Tomás de Aquino y, modernamente, John Rawls y John Finnis. Colaborando así con la producción de estas básicas cargas justificativas que el gobierno, como administrador del Estado, debe responder con suficiencia para la toma de decisiones, las producciones interreligiosas hoy resultan en un pluralismo constructivo del cual el discurso político no puede prescindir coadyuvándolo en el logro de soluciones.
Los siguientes seis son recientes ejemplos de estas producciones locales del 2019 al 2023. Los cuatro primeros por iniciativa y elaboración del Rabino Dr. Fishel Szlajen y el Pbro. Lic. Rubén Revello con otros clérigos-académicos, así como internacionalmente por iniciativa de la Pontificia Academia para la Vida (PAV), donde Szlajen y Revello son miembros. Y en los últimos dos, participando como sus protagonistas.
1) “Marco Bioético de las Religiones Monoteístas en Ocasión del Covid-19″. Protocolo para triage y asignación de recursos vitales aprobado por la Legislatura Porteña, requerido por otros países sudamericanos, publicado por la PAV y distinguido por el Ministerio de Asuntos para la Diáspora del Estado de Israel.
2) “Declaración de las Religiones Abrahámicas: las personas ancianas en la sociedad contemporánea y su protección”. Documento publicado en la PAV, presentado en la Legislatura Porteña, en el Senado Nacional, en la UCA y USAL. Requerido como guía por la comisión de salud del Senado Nacional y la Secretaría de Bienestar Integral del GCABA.
3) “Declaración Conjunta de las Religiones Monoteístas Abrahámicas sobre las Cuestiones del Final de Vida”. Documento de la PAV refrendado en Argentina con impacto en la Ley de Cuidados Paliativos y con proyección internacional.
4) “Rome Call for AI Ethics”. Acuerdo para una ética en la inteligencia artificial desarrollado por la PAV y firmado por Microsoft, IBM, el Parlamento Europeo y la FAO.
5) “Aportes de las Religiones Frente al Cambio Climático”. Coordinado y publicado en el marco del C40 World Mayors Summit en CABA, presentado y entregado a los alcaldes presentes en dicha cumbre.
6) Seminario Internacional y regional coordinado por KAICIID, “¿Cómo entiende una religión a otra?”; reuniendo a diferentes y relevantes stakeholders lidiando con problemas compartidos para encontrar soluciones comunes.