Reciclado avanzado, una oportunidad para acelerar la economía circular de los plásticos en Argentina

Es un conjunto de tecnologías que permiten recuperar y revalorizar algunos desechos que hoy terminan en rellenos sanitarios o en basurales. Los transforma en materia prima de alta calidad y los integra a nuevos ciclos de producción

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En Argentina, desde 2003 la cantidad de plástico reciclado se incrementó en un 456% (Imagen de archivo: EFE/Yahya Arhab)
En Argentina, desde 2003 la cantidad de plástico reciclado se incrementó en un 456% (Imagen de archivo: EFE/Yahya Arhab)

Los plásticos están potenciando una economía circular que impulsa el aprovechamiento racional de los recursos para reducir desperdicios y escalar el cuidado del medioambiente. Con la novedad del reciclado avanzado se incorpora una nueva tecnología para la circularidad basada en la estrategia de las 7R: rediseñar, reducir, reusar, reparar, renovar, reciclar y recuperar energéticamente. Se trata de un conjunto de tecnologías que permiten recuperar y revalorizar algunos desechos plásticos que hoy terminan en rellenos sanitarios o en basurales. El reciclado avanzado los transforma en materia prima de alta calidad y los integra a nuevos ciclos de producción.

En la Argentina, cada vez son más las personas conscientes de la importancia de incorporar hábitos de reciclaje en su vida cotidiana: el 64% separa reciclables en el hogar, según un estudio de Opinaia. Además, del relevamiento surge que el 91% de los argentinos valora al plástico como uno de los materiales con mayores chances de reutilización, junto con el cartón y el papel.

De acuerdo al Índice de Reciclado de Plásticos, en Argentina se reciclaron 318.000 toneladas de plástico en 2022, un valor 11% superior al año anterior. Nuestro país observa una tendencia creciente en esta industria: desde 2003, la cantidad de plástico reciclado se incrementó en un 456%.

En este sentido, el reciclado avanzado constituye una alternativa estratégica para la revalorización del plástico, ya que complementa el método mecánico tradicional responsable de recuperar el material post consumo, sea de origen doméstico, industrial, agrícola o comercial. Al reciclar corrientes de residuos que tienen varios tipos de plásticos mezclados y/o alto nivel de suciedad que no pueden ser recuperados por el método mecánico, el reciclado avanzado ofrece una solución para materiales que de otro modo acabarían siendo enviados a rellenos sanitarios o basurales a cielo abierto. A la vez que supera estos desafíos, como resultado, produce materias primas con las que pueden fabricarse nuevos productos finales de la misma calidad que el plástico virgen, como por ejemplo envases de alimentos, entre otros.

De este modo, el ecosistema reciclador se potencia incrementando la circularidad de los plásticos, generando menos residuos y emisión de gases que afectan al calentamiento global, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030.

Algunas de las tecnologías de reciclado avanzado son la pirólisis, la gasificación, la disolución, la despolimerización química o enzimática, entre otras que transforman a los descartes plásticos en sus componentes originales y habilita mezclar distintos tipos de plásticos en un mismo proceso (no necesita separación en origen), otra ventaja comparativa con el método mecánico.

Representa así una oportunidad superadora de triple impacto: creación de empleo, desarrollo económico y mejora en el impacto de las actividades humanas en el ambiente. En Argentina, recientemente se aprobó el Convenio entre el Consorcio conformado por YPF S.A., Dow, Petro Cuyo, BASF, Pampa Argentina, Braskem y el Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, para el desarrollo de una prueba piloto de pirólisis de residuos plásticos en Ensenada y cuyo producto será reintroducido en los procesos del polo petroquímico de esa localidad, una de las tecnologías de reciclado avanzado. En Estados Unidos y la Unión Europea ya hay plantas de reciclado avanzado en funcionamiento, así como proyectos en construcción y escalado. Como toda innovación, plantea desafíos a resolver para los gobiernos y las industrias, que en este caso incluyen el desarrollo de políticas públicas, la evaluación de su viabilidad económica de tecnologías cada vez más limpias, el desarrollo de infraestructura adecuada y la mejora de los procesos para atender cuestiones ambientales y de salud pública asociadas con ciertos métodos de reciclado avanzado.

Resulta clave acelerar el consenso sobre la necesidad de implementar políticas que fomenten desarrollos de escala industrial así como establecer metas que logren el impacto deseado en pos de una economía circular.

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