Histórico despertar de Argentina: crisis y oportunidad bajo el primer presidente liberal desde 1928

La pregunta inmediata es si Javier Milei será el líder capaz de lograr atravesar los múltiples desafíos para lograr la transformación que el país necesita

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El presidente Javier Milei (EFE/
El presidente Javier Milei (EFE/ Juan Ignacio Roncoroni /ARCHIVO)

En un momento histórico para Argentina, el país asiste a la asunción de su primer presidente liberal desde la época de Marcelo Torcuato de Alvear, cuyo mandato culminó en 1928. Este acontecimiento se produjo en medio de una de las peores crisis económicas que ha sufrido nuestro país, con la inminente amenaza de hiperinflación, la pobreza superando el 45%, un Banco Central con un déficit cuasi fiscal que ronda 10% del PIB y una deuda de USD 419.000 millones que los mercados consideran impagable según la cotización de los bonos del gobierno y las cuentas fiscales con un déficit de 5 puntos.

La pregunta inmediata es si Javier Milei será el líder capaz de lograr atravesar los múltiples desafíos para lograr la transformación que el país necesita. Como decía José Ortega y Gasset en su obra “Mirabeau o el Político”, sabemos que no existe el político ideal, sino que podemos analizar el “arquetipo de político” que debemos juzgar más por sus éxitos o fracasos que por aspectos de la moral del hombre común. Como él mismo Milei dice, “la diferencia entre un loco y un genio, es el éxito”. Lo destacable del presidente electo es su gran inteligencia y profundo conocimiento económico forjado a lo largo de más de dos décadas como profesor de economía monetaria y autor de veinte libros. Su pasión por la economía, combinada con un coraje innegable, le otorga una perspectiva única para enfrentar los retos que tiene por delante. A diferencia de sus predecesores, ha sido franco sobre los problemas y anticipa un período de austeridad severa, enfocado en proteger a los más desfavorecidos. Promete recortes drásticos en el gasto público, e inicia su gestión reduciendo a la mitad los ministerios, secretarías y subsecretarías existentes.

El desafío más inmediato y crítico que enfrenta es la estabilización económica, si logra eliminar la inflación su popularidad crecerá a niveles récord.

El presidente ve en el primer gobierno de Carlos Saúl Menem una fuente de inspiración por sus reformas liberales y la capacidad de unir a la nación

El segundo gran desafío es la necesidad de impulsar reformas estructurales significativas a través de un Congreso fraccionado y diverso. Con una presencia limitada en el Senado y en la Cámara de Diputados, el presidente enfrenta la ardua tarea de negociar y ganar apoyo para sus propuestas.

El presidente ve en el primer gobierno de Carlos Saúl Menem una fuente de inspiración por sus reformas liberales y la capacidad de unir a la nación. Siguiendo este modelo, ha conformado un gabinete con miembros de diversos partidos políticos, seleccionados individualmente por su experiencia y capacidad, y no mediante acuerdos partidistas. Sin embargo, está claro que las corporaciones y las mafias enquistadas en el poder están al acecho para mantener sus cuotas de poder y ya han empezado a generar resistencias contra las reformas. Además, la izquierda, algunos gremios y parte del peronismo kirchnerista ya están organizando “planes de lucha”.

El presidente será la clave para enfrentar estos desafíos y mantener el rumbo e impulsar a sus ministros a acelerar las reformas. Nadie está exento de defectos, pero Javier Milei muestra una humanidad, sinceridad y sensibilidad notables, cualidades que lo hacen confiable a pesar de las falencias que ha mostrado durante la campaña. Su promesa es ser firme y enfrentar la tormenta que se avecina. Pero, las manifestaciones de apoyo de la ciudadanía, en la calle y en las redes, también serán muy importantes mientras atravesamos los peores momentos.

El segundo gran desafío es la necesidad de impulsar reformas estructurales significativas a través de un Congreso fraccionado y diverso.

La visión del presidente es colocar a Argentina entre los diez primeros países en libertades económicas y que se mantenga allí durante 35 años, un logro que podría catapultar al país a un nivel de vida comparable al promedio europeo, emulando el éxito de naciones como Hong Kong, Singapur, Irlanda, Taiwán, Nueva Zelanda, Estonia, Polonia y algunos otros.

Este es un momento decisivo para Argentina, un cruce de caminos entre la continuidad de políticas económicas fallidas y la audaz adopción de un nuevo rumbo liberal. El mundo observa mientras Argentina se embarca en este audaz experimento, con la esperanza de un futuro próspero y en paz.

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