El Desarrollo Humano, la Cultura de Paz y el Medio Ambiente: los debates prioritarios de las nuevas generaciones

Este domingo se celebran los 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Cambios de paradigma y cuáles son los temas que interpelan a la juventud actual

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El cuidado del medio ambiente es una de las temáticas prioritarias entre los jóvenes. Foto: Nicolás Stulberg
El cuidado del medio ambiente es una de las temáticas prioritarias entre los jóvenes. Foto: Nicolás Stulberg

En medio de un panorama social que evoluciona rápidamente, el Consejo Argentino para el Desarrollo y los Derechos Humanos (CADDH) ha llevado a cabo una serie de encuentros con jóvenes de diversos ámbitos en Argentina. El propósito de estas reuniones fue escuchar de primera mano las perspectivas de la juventud sobre la democracia, sus inquietudes y posturas respecto a los derechos humanos.

Hemos observado con interés cómo la reticencia de los jóvenes a hablar sobre derechos humanos se ha visto influenciada por el uso ideológico y el abuso en las últimas décadas, creando una brecha entre ellos y este tema. Sin embargo, también se confirma que la juventud da por sentada una serie de derechos adquiridos y debaten temáticas de interés generacional, destacando la necesidad de un medio ambiente saludable, el derecho al desarrollo y la cultura paz.

Los jóvenes, de manera intrínseca, asumen la memoria y la no repetición de atrocidades, dirigiendo su enfoque hacia derechos que las organizaciones de DD. HH. no han tenido la capacidad de imaginar. Su visión incluye a un Estado menos interventor, especialmente en las actividades económicas, sin descartar la atención a las consecuencias ambientales y las injusticias derivadas de un comercio o consumo indiscriminado.

La realidad del Conurbano también ha sido abordada, donde la expresión “la patria está en peligro” provoca desdibujamiento de sonrisas, ya que los jóvenes enfrentan desafíos más tangibles: garantizar el derecho a una alimentación adecuada, el esparcimiento y el acceso a espacios públicos seguros.

Paradójicamente, mientras algunos consideran internet como un derecho humano, otros centran su atención en necesidades básicas como el acceso al agua potable y calles pavimentadas. Esta disparidad refleja la diversidad de perspectivas en la actualidad Argentina, más allá de discursos ideologizados o emitidos desde el poder de turno.

En contraste con ciertos debates históricos, los jóvenes argentinos señalan que cuestiones como el aborto y los derechos de la comunidad LGBT son temas cerrados; esto debido a que son derechos conquistados por la sociedad y forman parte de la ley, aunque no descartan la posibilidad de seguir profundizando en ellos pero alejados de todo fanatismo y sectarismo. La inteligencia y la información de la juventud les posibilitan comprender que el espacio cívico argentino cuenta con contrapesos sólidos ante cualquier amenaza, sin contradecir los esfuerzos históricos de la humanidad por los derechos humanos.

La universalidad de los derechos humanos también ha sido objeto de reflexión. Los jóvenes argentinos muestran empatía hacia sus hermanos latinoamericanos en contextos cerrados y hostiles, cuestionando si estos derechos son verdaderamente universales o solo aplican a quienes viven en países con gobiernos afines ideológicamente.

Para el CADDH, estas reflexiones representan un gran aporte a la discusión, que debe ser llevada a cabo con respuestas tanto en los ámbitos públicos y privados. Las empresas, los lugares de trabajo, hoy son los lugares imprescindibles donde el debate y la capacitación en los temas esenciales enfocados en el desarrollo y derechos humano deben brindarse en forma permanente.

Como parte integral de la sociedad argentina, el Consejo no solo se preocupa por los deseos y desafíos de la juventud, sino que también trabaja para innovar en materia de derechos humanos centrados en construir una sociedad que avance hacia el desarrollo, buscando una paz real y duradera. En tiempos de cambios significativos, es imperioso abogar por discusiones acordes al siglo XXI, sin olvidar la solidaridad democrática hacia aquellos que padecen los horrores del autoritarismo.

Argentina inicia un nuevo capítulo de su vida democrática. Lo hace en el día que debemos honrar la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El mejor homenaje es revalidarla cada día y permitirnos pensar los desafíos de nuestro tiempo escuchando las preguntas y demandas de la sociedad, pues es de esa manera que se construye una agenda pública cercana, actual y eficiente. Lejos de toda manipulación e imposición partidaria e ideológica, volviendo a defender su transversalidad y universalidad.

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