Existe un desafío trascendental a la hora de ponderar la imagen digital de una marca, sea personal o de una empresa, y son los primeros resultados que aparecen en Google. La simple búsqueda de un nombre puede significar el aumento de ventas, el acuerdo con un nuevo socio, el comienzo de una historia de amor, o todo lo contrario. No es una cuestión de suerte, sino de resultados.
En la era digital, lo que aparece en las primeras 10 posiciones de Google al buscar un nombre define positiva o negativamente nuestra reputación, que no es otra cosa que la percepción pública de una persona o empresa.
Existe una técnica para optimizar contenidos neutrales y positivos sobre una marca (personal o empresarial), y que estos se muestren por encima de contenidos negativos en Google. Se trata de “Reputación SEO”. SEO son las siglas de Search Engine Optimization, inglés para optimización para motores de búsqueda.
El valor de la primera impresión
Hoy la mayoría de las empresas y agencias creen que todas las crisis van a comenzar en las redes sociales y esa asunción es lógica, ya que la mayoría fomenta la participación y el intercambio. Por esto mismo también es natural para el usuario leer comentarios negativos en los perfiles de las personas públicas o marcas que busca. Sabe que en ese ecosistema hay una inclinación al cuestionamiento, sea cierto o infundado.
Sin embargo, en Google las cosas son más definitorias. Podríamos decir que esa es la primera impresión que realmente vale. Los resultados de un buscador no son efímeros como un posteo en las redes: pueden permanecer bien posicionados por años. Además, la gente entra a Google con un mindset diferente: quiere saber más, y quiere hacerlo de fuentes confiables o sitios con autoridad.
La complejidad de un trabajo de reputación SEO es un verdadero reto para políticos, artistas y empresas muy en primera plana de las noticias, que generan contenido todo el tiempo y están expuestos a las críticas. Casos así requieren variar de estrategia todo el tiempo, complementando acciones y estableciendo mediciones precisas y en tiempo real. Pero mejorar la reputación digital es posible.
Existe un dicho en la industria SEO: el mejor lugar para ocultar algo es la segunda página de resultados de Google. Porque nadie llega hasta ahí. La estrategia de Reputación SEO consiste, a grandes rasgos, en crear contenidos nuevos y optimizar contenidos existentes, para posicionarlos “por encima” de los resultados negativos actuales, llevándolos a la segunda o tercera página de Google.
Las principales acciones que se llevan adelante suelen ser crear un sitio web, perfiles en redes sociales, generar alianzas con medios de comunicación con credibilidad y audiencias masivas, acordar artículos comerciales, y pensar estrategias orgánicas donde se mencione la marca de forma positiva o -en el peor de los casos- neutral.
Obviamente que no todo trabajo de Reputación SEO es el mismo. Personas con un perfil altísimo, como el caso de un político de primera línea de un gobierno, hacen imposible poder gestionar con la misma estrategia su página de resultados de Google que el caso de una empresa con una reseña negativa injusta en un blog casi desconocido.
La gestión de la reputación es crucial para toda marca. La confianza es el primer paso para iniciar cualquier relación. El SEO nos da una herramienta.