El triunfo de Javier Milei como presidente electo no supone solo un cambio de gobierno, también una trasformación totalmente diferente en términos mucho más profundos, relacionados directamente con una base liberal sobre políticas económicas y la economía en general. Al menos desde el discurso, las ideas y las propuestas.
La macroeconomía del país está en una zona delicada y siendo absolutamente realistas, hay una serie de “tareas” que son totalmente independientes de quién ganara las elecciones que tienen carácter de “obligatorias”.
El gobierno de Milei debería empezar a encuadrar el déficit fiscal, que se estima terminará el 2023 cercano al 3,1% del PBI, como base para solucionar el problema de la inflación que se genera principalmente a través de la emisión monetaria para financiarlo.
Seguramente comenzará recortando los subsidios sobre tarifas energéticas, transporte y demás servicios. Son acciones necesarias, pero no suficientes. Sin duda esto reducirá el ingreso disponible de los consumidores.
Como complemento, el presidente electo manifestó la voluntad de privatizar las empresas del Estado, lo que devengará en una reducción del déficit fiscal futuro que generan las que son deficitarias. Es decir, tender a un Estado más chico y eficiente tal cual la teoría liberal pregona.
La macroeconomía del país está en una zona delicada
El tipo de cambio oficial tendrá un salto importante, muy posiblemente en diciembre, pensando en una medida de shock y no gradual. Se dice que los gobiernos tienen 100 días para poder tomar las medidas iniciales más difíciles, la devaluación del peso en la franja regulada está en esta categoría.
Esto le permitiría al gobierno comenzar a recomponer reservas internacionales propias, por medio del incentivo a las exportaciones y ajustando las importaciones a una cotización más elevada. Es prioritario recomponer las reservas, ya sea para dolarizar la economía en caso de seguir firme con esa política, o bien para comenzar a transitar un camino hacia la unificación cambiaria lo antes posible.
El cepo cambiario no podrá ser levantado en forma inmediata porque los dólares aún no están, de hecho, las reservas netas del BCRA se estiman negativas en USD 11.000 millones, por ende, la acumulación de divisas gradualmente propiciará el levantamiento de todas las restricciones para operar en el mercado de cambios, muy posiblemente en el segundo año de gobierno.
Es menester entender el escenario que se avecina respecto de la devaluación tendrá un impacto importante en la magnitud de la tasa de inflación, que ya luce muy elevada. En efecto, cuando los agentes económicos dan por descontado una medida económica la anticipan, es muy posible que, dados los futuros costos de reposición de las empresas tras la devaluación, comenzarán a verse aumentos de precios previos en los distintos rubros.
El presidente electo tendrá que pensar cómo amortiguar el efecto de la política de estabilización sobre los sectores sociales más vulnerables
En este sentido, el gobierno electo tendrá que pensar cómo amortiguar este efecto con los sectores sociales más vulnerables, por medio de su nuevo Ministerio de Capital Humano.
Plan de estabilización
Generar un plan integral contra la inflación que incluye bajar el gasto público, privatizar empresas estatales deficitarias, reducir Ministerios, sincerar inicialmente todos los precios de bienes y servicios reprimidos; sumando a este plan integral antiinflacionario veremos un aumento en la tasa de interés para dejarla en términos reales positiva, y contribuir de esta forma a bajar el ritmo de aumento de los precios desde el lado monetario.
La devaluación del peso en términos nominales, sumado a la desaceleración en la tasa de inflación propiciará gradualmente un tipo de cambio real más competitivo, esto quiere decir que la Argentina se volverá más competitiva en sus exportaciones, lo que permitiría acumular reservas como objetivo primordial. Hay muchas expectativas puestas en la recuperación del campo, tras la sequía, para el primer semestre del 2024, si el clima acompaña, se estima aportará un adicional de aproximadamente USD 23.000 millones.
Los costos de este proceso y medidas se verán reflejados inicialmente en una caída del nivel de actividad, y el consumo dada la disminución de los ingresos reales, durante el primer cuatrimestre del 2024. Estos efectos en el corto plazo son parte de un esquema de ajustes y de normalización de la economía que se deberá experimentar sobre el mediano y largo plazo.
El presidente electo Javier Milei manifestó su decisión de desarmar las Leliq del BCRA. Dentro de las opiniones profesionales no está convalidado que sea un problema tan serio en sí mismo. No obstante, la decisión es avanzar, sin precisar aún como será la instrumentación de esta medida.
La economía de libre mercado es sin intervenciones del Estado, salvo en casos muy puntuales que así lo ameriten
La economía de libre mercado es sin intervenciones del Estado, salvo en casos muy puntuales que así lo ameriten. En este sentido se verán mercados mucho más competitivos, más abiertos al mundo, con empresas que deberán buscar diferenciarse aún más de sus competidores para agregar valor a los consumidores y así conseguir el “voto monetario de los consumidores” por medio de la adquisición de sus bienes y servicios.
Las ineficiencias, que muchas veces son disimuladas por la inflación, se pagarán muy caras en un mercado competitivo con bajos niveles de inflación. Las empresas y los consumidores argentinos han mostrado a lo largo de los años una alta capacidad para adaptarse a los cambios de la macro argentina, esté será un nuevo desafío por sortear en los próximos años.
El autor es Economista Director de Authentica Consulting