Enfermedades de origen ocupacional: el desafío de prevenir o padecer

Entre los años 2022 y 2023 hubo un aumento del 23,7% en las enfermedades ocupacionales declaradas. La mitad de ellas tuvieron días de trabajo perdidos, y un 7,5% además, generaron algún tipo de incapacidad y secuelas permanentes en el trabajador

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Un operario con barbijo y
Un operario con barbijo y protector facial trabaja en la línea de montaje

La salud y el bienestar de los trabajadores son activos vitales para el éxito de cualquier empresa.

En Argentina, como en otros países, las enfermedades profesionales (que son las originadas como consecuencia del lugar o tipo de trabajo) representan un desafío constante para médicos, profesionales de la seguridad e higiene, directivos de las organizaciones y legislaciones. Además, estas afecciones, que resultan de exposiciones y riesgos laborales, pueden tener un impacto significativo en la productividad.

La actualidad de las Enfermedades Profesionales en Argentina

La Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT) en su último informe con datos provisorios y exceptuando todo lo relacionado al covid19, da cuenta de que entre los años 2022 y 2023 hubo un aumento del 23,7% en las enfermedades ocupacionales declaradas. La mitad de ellas tuvieron días de trabajo perdidos, y un 7,5% además, generaron algún tipo de incapacidad y secuelas permanentes en el trabajador.

En cuanto a las patologías, las afecciones más frecuentes tuvieron que ver con hipoacusias, patologías traumatológicas de miembro superior y columna vertebral y sobrecarga en el uso de la voz.

En Argentina, dado el contexto en donde se busca ser eficientes y aportar nuestro granito de arena al crecimiento productivo y económico de todos los actores de la economía y la sociedad, la prevención de estas enfermedades es fundamental.

Las enfermedades profesionales representan un desafío constante para médicos, profesionales de la seguridad e higiene, directivos de las organizaciones y legislaciones

Aquí se exponen algunas razones por las que las empresas deberían poner foco en el tema:

1. Impacto económico: Las enfermedades ocupacionales pueden resultar en costos sustanciales para las empresas. Esto incluye gastos médicos, seguros, bajas laborales, y por consiguiente una disminución de la eficiencia y la productividad.

2. Reputación y responsabilidad social: Las empresas que se preocupan por la salud y el bienestar de sus empleados tienden a tener una mejor reputación de su marca empleadora y pueden atraer a empleados talentosos que buscan entornos de trabajo seguros.

3. Cumplimiento legal: En Argentina contamos con leyes y regulaciones que exigen a las empresas y a las aseguradoras (ART) proporcionar un ambiente de trabajo seguro y saludable. No cumplir con estas normativas puede resultar en inspecciones, sanciones y multas.

Las afecciones más frecuentes tuvieron que ver con hipoacusias, patologías traumatológicas de miembro superior y columna vertebral y sobrecarga en el uso de la voz

Por ello, la prevención es el punto de partida para generar una estrategia que involucre a todos los integrantes de la empresa y así reducir la incidencia de enfermedades profesionales. Algunos ejemplos son:

1. Evaluación de riesgos: Evaluar e identificar los riesgos laborales en los puestos de trabajo es el primer paso. Realizar evaluaciones para identificar peligros potenciales y tomar medidas para mitigarlos con la mayor celeridad posible.

2. Capacitaciones continuas: Proporcionar capacitaciones y formación a los empleados sobre la prevención de enfermedades profesionales y fomentar una cultura de seguridad.

3. Ergonomía: Asegurarse de que los puestos de trabajo estén diseñados ergonómicamente para prevenir enfermedades ocupacionales y accidentes laborales.

4. Exámenes médicos periódicos: Realizar los exámenes médicos periódicos como indica la resolución 43/97 (SRT) para poder detectar afecciones en etapas tempranas y proporcionar atención médica oportuna para evitar consecuencias irreversibles.

5. Programas de Bienestar: Implementar programas de bienestar que promuevan estilos de vida saludables, como por ejemplo impulsar buenos hábitos de nutrición, fomentar el cuidado y la salud bucal, controles ginecológicos preventivos, evaluaciones oftalmológicas y fomentar la salud mental, entre otros.

Como conclusión, la prevención de enfermedades ocupacionales no solo es una responsabilidad legal y ética, sino también una inversión en el bienestar de los empleados y la salud a largo plazo. Al hacerlo, las empresas pueden proteger a sus trabajadores y asegurar un futuro más próspero y productivo para sus equipos.

La prevención llevada adelante en forma interdisciplinaria siempre es la clave para evitar daños en la salud y costos económicos.

El autor es médico especialista en Medicina del Trabajo y Director Médico en Jornal Salud

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