Las K-popers argentinas contra Villarruel

La juventud se moviliza ante el balotaje

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Mensajes a la para la
Mensajes a la para la banda de K-pop BTS, en Seúl. Sus fanáticos en Argentina mantuvieron cruces con la candidata a vicepresidente de La Libertad Avanza

Además de ser un fenómeno juvenil de grandes dimensiones, el k-pop (pop coreano) se ha convertido en un jugador inesperado dentro del escenario político argentino. La viralización de diversos comentarios de Victoria Villarruel contra este fenómeno juvenil ha precipitado un fuerte aluvión de críticas contra la candida libertaria, a la que acusan de estigmatizar sus gustos “con odio y xenofobia”.

La polémica, desatada por su asociación del popular grupo BTS a “enfermedades de transmisión sexual” en publicaciones antiguas, fue repudiada en un comunicado emitido por el mayor fandom k-pop en el país. Este comunicado, que condena sus “dichos repudiables” y emplaza a la dirigente de La Libertad Avanza a pedir disculpas, ha llegado a rozar el millón y medio de visualizaciones en X en menos de 12 horas. El conflicto expresa las dificultades de Javier Milei para retener un voto joven que ya no hegemoniza.

Los K-Popers ¿punta de lanza contra la nueva derecha?

Esta curiosa polémica entre las autodenominadas “armadas” del k-pop en Argentina y la candidata de Javier Milei conecta con toda una serie de desencuentros y conflictos protagonizados por estos grupos de fans en otras partes del mundo.

En junio de 2020 en Estados Unidos hubo un conflicto que desembocó en un enorme boicot por parte de las k-popers norteamericanas a un acto masivo de Donald Trump en Tulsa, Oklahoma. Allí, su reserva anticipada de miles de entradas dejó fuera del estadio a más de la mitad del público congregado: cerca de 10 mil personas, lo cual tuvo como resultado un estadio semi vacío cuyas imágenes recorrieron el mundo.

De forma similar, en la primavera chilena de 2019, la fuerte presencia de estos fans en las movilizaciones contra el ex-presidente Sebastián Piñera empujó a su gobierno a criticar duramente esta expresión cultural. En el pico del conflicto, el Ministerio de Interior Chileno llegó a asociar a la comunidad k-poper con la violencia contra los carabineros, lo cual ensanchó la grieta entre este movimiento juvenil y la derecha chilena.

Los tuits de Victoria Villarruel
Los tuits de Victoria Villarruel que generaron polémica

El K-pop y la disputa del voto joven en el balotaje argentino

La captura del voto joven a través de referencias al K-pop es un fenómeno que reclamó su lugar en todas las grandes elecciones latinoamericanas celebradas en los últimos años. Por ejemplo, en las elecciones presidenciales de Brasil, las campañas de activismo en favor del presidente Lula cosecharon más de 5 millones de visitas en TikTok.

De igual manera, en sus respectivas campañas, los presidentes Gabriel Boric y Gustavo Petro se dirigieron a este movimiento juvenil para pedir su voto: “Les invito a ser parte del cambio por la vida, junto a ustedes podremos llegarle al corazón de millones de jóvenes. ¡Les quiero mucho!”, declaró el mandatario colombiano. Esta interpelación a la juventud por sus gustos, lejos de ser un gesto anecdótico, persigue estrategias concretas.

El potencial de las comunidades k-pop para movilizar el voto joven reside en dos factores. Por un lado, la tupida red que conecta los seguidores de estas bandas, sumada a su enérgica vitalidad en redes sociales, los convierte en potenciales activistas de cualquier campaña. Por el otro, su amplitud y su jovialidad convierten a esta corriente en un espacio sumamente creativo que pauta gran parte del ánimo y la conversación digital.

Las desavenencias entre la campaña libertaria y las comunidades de k-popers argentinas podrían ser un síntoma de las dificultades de Javier Milei para retener el voto joven. Este conflicto se ilustra con más contundencia en la ruptura de sus mayores influencers con la candidatura del economista y, lejos de detenerse, podría seguir desarrollándose tras el acercamiento de La Libertad Avanza a liderazgos de baja popularidad entre la juventud argentina. El tono de desmoralización que primó en los streams de canales libertarios durante la jornada electoral es un ejemplo de estas dificultades.

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