El “Plan Platita” lanzado tras las elecciones primarias de agosto tiene numerosos componentes, pero hay dos que se destacan principalmente por su impacto en la sociedad y por los montos que involucran: el Programa Compre sin IVA y los cambios en el Impuesto a las Ganancias que condujeron finalmente a la eliminación de la cuarta categoría.
El Programa Compre sin IVA -originalmente implementado por Resolución de la AFIP hasta el próximo 31 de diciembre y ahora con media sanción de Diputados para extenderlo indefinidamente- tiene un fuerte impacto en la recaudación de este impuesto. Se devuelve automáticamente el 21% en las compras con débito (o pagos vía QR) de productos de la Canasta Básica con un tope mensual de $18.800 y ya alcanza a 18 millones de personas, con potencial para superar los 20 millones.
Con respecto al Impuesto a las Ganancias se elevó originalmente el piso del impuesto a 15 Salarios Mínimo Vital y Móvil ($1.980.000 a octubre 2023) y luego se logró sanción legislativa para eliminar la cuarta categoría.
El costo fiscal de estos dos componentes del “Plan Platita” es del orden de $1,1 billones (a moneda de octubre 2023) y de cerca de 2% del PBI para 2024.
No se ha evaluado que se perjudica a la masa de unos 3 millones de personas, de maneras diferentes
¿De qué manera estas medidas pueden perjudicar a los jubilados? Creo que, probablemente por el apuro con que fueron diseñadas, no se ha evaluado que se perjudica a la masa de unos 3 millones de personas, de maneras diferentes:
1) la Anses pierde importantes recursos. Dentro de los ingresos tributarios del organismo (que suelen oscilar según la época entre 45 y 55% del total de sus ingresos) la parte proveniente del IVA y de Ganancias es muy importante.
Hay que Tener en cuenta que, según con la normativa vigente, aproximadamente 10% de la recaudación del IVA y el 20% del Impuesto a las Ganancias se destinan a la Anses. Aunque puede haber alguna pequeña compensación vía la reciente ampliación del impuesto PAIS (42% va a la Anses), en términos absolutos no tiene gran impacto (ya que tomando los primeros 9 meses de 2023 sólo representó el 5% de la recaudación consolidada del IVA más Ganancias).
Cabe destacar que, aunque en los considerandos de la Resolución General de AFIP 5418/2023 que instaura el reintegro del IVA se especifica que esto no afectará la coparticipación federal, nada dice del impacto sobre los recursos que le pertenecen a los jubilados.
A partir de 2024, ya con leyes del Congreso aprobando el Compre sin IVA y la eliminación de la cuarta categoría de Ganancias, se afectará tanto la coparticipación federal como los ingresos tributarios de la Anses. Cualquier promesa de compensación es endeble ya que dependerá de quién gane las elecciones, así como de la efectiva disponibilidad de excedentes financieros.
2) se afecta la movilidad. El sistema vigente de las jubilaciones (Ley 27.609) establece que la mitad del ajuste trimestral depende de las variaciones salariales y la otra mitad de las variaciones de la recaudación tributaria de Anses por beneficio. Surge claramente que al verse afectada la recaudación tributaria los jubilados van a resignar una parte del ajuste que les corresponde y convertirse en “financistas” del “Plan Platita”.
La movilidad vigente ha demostrado que no puede evitar la pérdida de poder adquisitivo de las prestaciones jubilatorias que en los 3 últimos años alcanza valores confiscatorios e incluso afecta a las escalas más bajas a las que se viene intentando compensar con bonos y refuerzos que no se incorporan al haber mensual.
De esta manera la masa de jubilados se puede dividir en dos grupos: los que han cumplido con todos los requisitos para acceder a sus haberes (principalmente 30 o más años de aporte) y los que han accedido a través de moratorias:
La movilidad vigente ha demostrado que no puede evitar la pérdida de poder adquisitivo de las prestaciones jubilatorias que en los 3 últimos años alcanza valores confiscatorios
El primer grupo (unos 2 millones de personas) cobran haberes bastante superiores a la mínima y se los castiga por 3 vías diferentes: no cobran bonos/refuerzos, no acceden a la devolución de IVA que se aplica hasta los que cobran 6 jubilaciones mínimas y reciben todo el impacto de la insuficiente movilidad jubilatoria potenciada por las nuevas medidas impositivas.
El segundo grupo (unos 5 millones de personas) tienen una compensación parcial y provisoria vía bonos/refuerzos, pueden acceder a la devolución de IVA, pero quedan expuestos a que el Gobierno discrecionalmente les siga otorgando los bonos. Si esto no sucediera la caída en el poder adquisitivo de las jubilaciones más bajas sería estrepitoso.
La posibilidad de que el Gobierno no pueda seguir manteniendo los bonos/refuerzos en el futuro es alta ya que, para compensar la caída de los últimos años, cada vez se requiere que el importe asignado a tal objetivo sea mayor no sólo nominalmente sino también en términos reales. Tan es así que el bono de $1.500 de abril y mayo 2020 representaba 7,3% de la jubilación mínima de esa época y los bonos/refuerzos de septiembre a noviembre de este año representan 42,3% del haber base de 87.489 pesos.
3) se potencia la pérdida de poder adquisitivo. El “Plan Platita” se financia básicamente con emisión y eso ha producido un desborde inflacionario que se va agudizando mes a mes y que no permite descartar algún pico hiperinflacionario en el corto plazo.
En un artículo que publiqué en este medio el 27 de noviembre de 2021 titulado “Movilidad jubilatoria: crónica de una licuación anunciada” destacaba cómo la fórmula de movilidad vigente estaba mal diseñada ya que no permite mantener el poder de compra de los haberes cuando la inflación viene creciendo debido al rezago de las variables utilizadas.
En otras palabras, la aceleración inflacionaria actual hasta valores impredecibles acentúa la pérdida de poder adquisitivo que sufren los jubilados y los convierte en “víctimas” del “Plan Platita”. Es tal el impacto que puede tener un desborde inflacionario sobre el valor de compra de todos los haberes jubilatorios (y de varios programas sociales atados al mismo mecanismo de ajuste) que no puede descartarse una crisis de consecuencias sociales imprevisibles.
La aceleración inflacionaria actual hasta valores impredecibles acentúa la pérdida de poder adquisitivo que sufren los jubilados y los convierte en víctimas del Plan Platita
La improvisación en la adopción de ciertas medidas, y la carencia de una visión de conjunto, vuelve a golpear a la clase pasiva. Resulta necesario volver a revisar todo el sistema de movilidad de las jubilaciones y sobre todo pensar una reforma estructural del régimen jubilatorio.
Más allá de algunos lineamientos genéricos que comparten varios especialistas del tema, no se ha visto durante la campaña presidencial un proyecto concreto que permita revertir gradualmente el deterioro del régimen previsional. Esto será tema de un futuro artículo.
Actuario y experto en temas previsionales