Tras el resultado electoral, la Argentina debe continuar

La inflación descontrolada, la pobreza en franco ascenso, la destrucción del poder de compra, la escasez de productos y una economía paralizada serán los andes enemigos con los que Sergio Massa deberá convivir durante las próximas semanas

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Vista general de la fachada
Vista general de la fachada de la Casa Rosada (REUTERS/Agustin Marcarian)

La falta de definición en relación a quién será el próximo Presidente de la Nación era una de las posibilidades que se barajaban. La Argentina debe seguir su confusa marcha hacia una nueva posta electoral inmersa en un contexto donde la economía se apaga, donde el panorama político parece reconfigurarse, la expectativa se renueva por aquello que pueda ocurrir a partir del 10 de Diciembre próximo pero por sobre todo donde la incertidumbre seguirá reinando desde aquí hasta el próximo balotaje.

Los desafíos son enormes para el próximo Presidente de la Nación, sin embargo las urgencias dominarán la agenda. La inflación descontrolada, la pobreza en franco ascenso, la destrucción del poder de compra, la escasez de productos y una economía paralizada serán los andes enemigos con los que Sergio Massa deberá convivir durante las próximas semanas.

No hay razón para que el oficialismo profundice el esquema de emisión monetaria para lograr lo impensado: ser reelecto mientras se transita una de las peores crisis de la historia económica argentina

La batalla con la inflación está perdida, al menos por ahora. Nadie del gobierno está dispuesto a controlar una de las variables más dañinas para la economía pero que no parece haber pasado factura en el resultado electoral. El “plan platita”, tal como ha funcionado en el año 2021 (en aquel momento la expansión del gasto público logró mejorar la performance electoral del oficialismo entre las elecciones PASO de aquel momento y las elecciones generales) volvió a demostrar su poder para recuperar caudal electoral.

Los beneficios en el Impuesto a las Ganancias, la devolución del IVA, el dólar subsidiado intentando contener precios, el incremento a jubilados, el bono a los trabajadores informales, los débiles acuerdos de precios y la profundización de la denominada “campaña del miedo” (representada sin dudas en su máxima expresión por el futuro valor del boleto del transporte público en caso de ganar la oposición) lograron penetrar en determinada porción del electorado que supo ver con agrado la dilapidación de los 3 billones de pesos que el gobierno utilizó para afrontar el costo de las medidas del “plan platita” de las últimas semanas. No hay razón para que el oficialismo profundice el esquema de emisión monetaria para lograr lo impensado: ser reelecto mientras se transita una de las peores crisis de la historia económica argentina.

La Argentina debe seguir su confusa marcha hacia una nueva posta electoral inmersa en un contexto donde la economía se apaga

A partir del 10 de Diciembre seguramente la historia será otra, aunque hasta aquí lo que viene por delante será un país que seguirá inmerso en un nivel de incertidumbre que solo provocará más inflación, mayor pobreza y mayor duda de lo que pueda ser la Argentina de los próximos años.

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