Los proyectos o emprendimientos innovadores atravesados por la tecnología demostraron su potencialidad y escalabilidad a partir de tantos beneficios generados para millones de usuarios como la reducción de tiempo y costos en las acciones. Esto se vio reflejado en diferentes rubros generando un cambio de paradigma irreversible.
Particularmente en el sector financiero, industria que protagonizó -y lo sigue haciendo- cambios rotundos en las formas de consumo y usabilidad de diferentes herramientas, la tecnología fue la gran herramienta que dejó entrever todos los desafíos que aún quedan por delante, el potencial para ser actores de cambio en las reglas de juego actuales y cómo puede ser la clave para pensar en el futuro.
Estas innovaciones están pensadas en las necesidades del usuario, poniéndolo en el centro de la escena para que valide y promueva el uso de nuevas herramientas. Tal es así, que esto le da vida al creciente ecosistema de startups y de fintech generando nuevas soluciones en un mundo donde la digitalización es fundamental.
En esta línea, los consumidores se han vuelto cada vez más exigentes, y en esa búsqueda por complacerlos surgen ideas o herramientas, que con el paso del tiempo, algunas logran transformarse en la creación de nuevas funciones y/o servicios y se instalan en la cotidianeidad de las personas.
Las API, plataformas proveedoras de infraestructura para pagos y servicios digitales, han sido adoptadas por las fintech y se tornan un elemento clave a la hora de brindar mejores servicios y más eficientes
Las nuevas tecnologías para el desarrollo de software, sumadas a las crecientes funcionalidades de la inteligencia artificial, junto con la irrupción de las monedas virtuales, billeteras electrónicas y la penetración de blockchain o nuevas aplicaciones de servicio, forman parte de la configuración de este mundo de finanzas descentralizadas y transparentes. En él se crean nuevas prácticas que disminuyen fricción en los mercados, potencian la capacidad de las personas y atraen otros sectores, como los jóvenes, que se identifican con estos principios. De esta forma, las API, plataformas proveedoras de infraestructura para pagos y servicios digitales, han sido adoptadas por las fintech y se tornan un elemento clave a la hora de brindar mejores servicios y más eficientes.
Un ejemplo común de la utilidad de las API es el ecosistema de aplicaciones móviles. Al realizar una reserva de viaje que involucra un vuelo, un hotel y un automóvil de alquiler, es probable que estés interactuando con múltiples sistemas a través de sus respectivas API. Esto facilita una experiencia de usuario fluida y transparente, a pesar de la complejidad que ocurre en segundo plano.
Imaginar un mundo en el que cada aplicación y sistema es una isla, incapaz de comunicarse con los demás, sería engorroso. En este escenario, no podríamos compartir información, realizar transacciones complejas ni aprovechar las capacidades de diferentes servicios en conjunto. Las API actúan como puentes tecnológicos, permitiendo que las aplicaciones se comuniquen y colaboren de manera eficiente.
El rol de las APIs en las fintech
Conocedoras de estas demandas, las fintech vienen a ocupar un lugar que durante años fue liderado por la banca tradicional. Gracias al desarrollo de productos disruptivos a través de diversas tecnologías acaparan la atención de los usuarios. Es por eso que el sector dentro de América Latina está experimentando un crecimiento sin precedentes en un mercado altamente competitivo. En su camino constante por retener a los usuarios, las empresas reconocen las ventajas de implementar nuevas herramientas y especialmente de estar integrados vía API, elemento fundamental en la actualidad. De esta forma, las fintech pueden ahorrar tiempo y dinero, mejorando significativamente la experiencia de sus clientes.
En este sentido, los proveedores de infraestructura API se transforman en socios claves de las fintech en la consecución de sus objetivos de negocio. Su rol se convierte en indispensable para acompañar el rápido crecimiento que experimentan las fintech, en un entorno cada vez más competitivo.
De esta forma, las fintech utilizan las APIs para acceder a una amplia gama de servicios especializados, como pagos, verificación de identidad y scoring crediticio, entre otros, lo cual les permite mejorar la oferta para sus clientes y otorgar agilidad a diferentes procesos. Por su lado, las plataformas de APIs ofrecen una infraestructura escalable que facilita el crecimiento y la adaptabilidad, además de contar con medidas de seguridad avanzadas contra fraudes y ciberataques. Asimismo, permiten gestionar picos de demanda y agregar nuevas funcionalidades sin interrupciones en el servicio.
En resumen, la aplicación de tecnología, y particularmente la integración a través de APIs dentro del ecosistema resulta clave para agilizar procesos y brindar servicios más veloces, los cuales otorgan valor tanto a los usuarios como a clientes.
El autor es CTO de Alprestamo