La torre del Palacio Legislativo mide 97 metros y alberga el reloj más alto de la Ciudad de Buenos Aires: un Westminster con cuatro esferas de 4,5 metros de diámetro. Su mecanismo interno consta de pequeños engranajes que, en conjunto, realizan un trabajo silencioso para marcar la hora precisa. Así como sucede con esos engranajes, en la Legislatura trabajamos para hacer una diferencia en la vida de los vecinos de la Ciudad y de quienes la transitan a diario.
Gracias a este trabajo silencioso pero constante, se han realizado avances significativos en diversas normativas que tienen un impacto real en la cotidianidad de las personas. Poniendo el foco en estos últimos tres años, podemos citar varios hitos que dan cuenta del rol clave que tiene la Legislatura Porteña en las grandes transformaciones de la Ciudad.
Durante 2021, en un contexto marcado aún por la emergencia sanitaria, la Legislatura impulsó la Ley de Adquisición de Vacunas y alivios fiscales para diferentes actividades económicas. Además, aprobamos la Ley de Juicio por Jurados, un progreso en materia de participación ciudadana en el ámbito judicial. También avanzamos en una serie de normativas centrales que dieron respuesta a diversas demandas de la ciudadanía, tales como el plan de transformación y acceso a la vivienda en el área céntrica de la Ciudad; la puesta en valor de la Costanera; la Ley de Búsqueda Laboral Equitativa, que elimina sesgos de discriminación en los procesos de selección de personal, y el Plan Integral de Convivencia Vial, que busca reducir los accidentes de tránsito.
En 2022, la Legislatura trabajó diversos ejes fundamentales como Desarrollo Económico, Seguridad y Educación. Para mencionar solo algunos ejemplos, podemos destacar la Ley de Simplificación Normativa 3 que, alineada con la concepción de un Estado moderno, eficiente y dinámico, busca garantizar reglas claras y otorgar celeridad en los trámites para emprender y desarrollar una actividad económica. También la Ley de Integración Productiva e Impulso al Trabajo en Barrios Populares, que representa un nuevo marco normativo para la instalación de empresas en los barrios populares de la Ciudad. Por otro lado, la modificación a la Ley N° 6.009 establece un mecanismo más ágil y efectivo para la restitución de celulares hurtados, robados o extraviados. Y la Ley de Fortalecimiento de la Carrera Docente, que sin dudas significó otro gran paso para la educación en la Ciudad, prioriza el mérito por sobre la antigüedad y posibilita nuevas opciones para una carrera horizontal.
En el transcurso de este año, ante un escenario de fuerte crisis económica a nivel nacional y en base a las competencias y a las herramientas constitucionales a su disposición, la Legislatura trabajó para aplacar el efecto de la inflación, la pobreza y la falta de acceso a la vivienda. En esa línea, eliminamos el Impuesto a las Tarjetas de Crédito y realizamos la devolución correspondiente a los vecinos (impuesto que, vale recordar, fue producto de la quita intempestiva de la coparticipación por parte del kirchnerismo durante la pandemia).
Aprobamos también la baja del impuesto a los Ingresos Brutos en tres sectores fundamentales de la economía: el manufacturero (-33%), la construcción (-20%) y lo suprimimos para el agro que tributa en la Ciudad. Incluso, eliminamos ocho trámites y llevamos a costo cero otros ochenta. Además, aprobamos medidas que brindan herramientas para facilitar el acceso a la vivienda, tanto para inquilinos como para propietarios.
He tenido el orgullo y la responsabilidad de liderar e impulsar junto a mi bloque muchos de estos proyectos y puedo asegurar que no hay recetas mágicas: para cada paso se requiere de diálogo y cada ley que se discute en el recinto conlleva muchas horas de trabajo previo. En tiempos en que se pretende cuestionar a nuestras instituciones, es importante recordar que cada una de esas leyes representa el consenso de una pluralidad de voces, la concepción de una herramienta democrática para la resolución de los problemas reales de los vecinos.