Diálogo global de Berlín

Manejo y mitigación de riesgos geopolíticos en un mundo en transición

Berlin fue sede del foro de Diálogo Global. REUTERS/Lisi Niesner

En un contexto internacional crecientemente complejo, caótico y fragmentado, el diálogo emerge como un mecanismo esencial no sólo para construir puentes, sino fundamentalmente para visibilizar opiniones divergentes, sin que las mismas sean percibidas a priori como un desafío abierto a nuestros propios sistema de valores. Este fue el espíritu de la primera edición del Diálogo Global de Berlín.

El Diálogo Global de Berlín, desarrollado en la European School of Management & Technology de la capital alemana, presenta una plataforma de encuentro de alto nivel entre la política y la economía, conjugando la presencia de líderes gubernamentales y ejecutivos del sector privado.

El Dr. Lars-Hendrik Röller, principal asesor económico durante el gobierno de Angela Merkel, ex-sherpa de G7 y G20 y actual Chairman del Diálogo, plantea una dinámica de debate en torno a un orden global renovado, basado en un sistema multipolar que no tienda a la polarización.

“Con el fin de forjar un nuevo orden mundial, resulta imperativo establecer un diálogo inclusivo entre todos los actores relevantes mediante la formulación de nuevas normas y reglas de juego: la reforma de las instituciones multilaterales existentes, con foco en los Bancos Multilaterales de Desarrollo; la promoción activa de la interconexión entre los diversos formatos de foros y plataformas existentes con el fin de cultivar una convergencia de intereses; el impulso activo a la creación de una multiplicidad de espacios de diálogo entre los diversos formatos existentes”. Así lanza Röller esta nueva plataforma que articula a partir del abordaje de los siguientes ejes conceptuales:

- Reforma de la Arquitectura Financiera Internacional. El nuevo liderazgo y rol de los Bancos Multilaterales de Desarrollo en la Transición. Movilización de Inversiones Privadas.

- Shocks económicos de impacto mundial. Implicancias en el Sur Global: Los Organismos Internacionales de Crédito y la Crisis de la Deuda. Necesidad de Herramientas Anticíclicas.

- El Futuro del Comercio y la Inversión en un Mundo Fragmentado. Prosperando en la turbulencia: Estrategias Empresariales en Medio de Tensiones Políticas Globales.

- Escalando la Innovación para una Economía de Bajas Emisiones de Carbono: Innovando Hacia un Futuro Mejor.

Los organismos multilaterales surgidos en la posguerra atraviesan por el desafío de reinventarse. REUTERS/Fabrizio Bensch

El enfoque geopolítico que prevaleció en décadas anteriores, en el cual los Estados solían ajustar sus acciones económicas y políticas a las instituciones de Bretton Woods experimenta cambios significativos. Nuevos desafíos que superan la capacidad de respuesta de instituciones que fueron ideadas para el mundo de la posguerra en 1945, no logran cristalizar los cambios ágiles y pragmáticos que demandan los tiempos actuales. Nuevas alianzas como el G7 y el G20, pero también BRICS, se abren a las reformas a través de la incorporación de nuevos miembros. La invitación de Argentina al G7 durante la presidencia de Alemania, así como la ampliación de BRICS las vivimos en primera persona.

Al mismo tiempo, los grandes desafíos globales siguen demandando soluciones conjuntas que podrían poner en peligro la estabilidad de un sistema multipolar actual, llevándolo a una bipolaridad anacrónica o a una polarización con consecuencias en procesos de desindustrialización, desglobalización, desacoplamiento, desdolarización, y crisis de deuda.

De los diferentes paneles del Diálogo se desprenden claras líneas de trabajo.

Primero, la reforma de las instituciones multilaterales existentes, con foco en los Bancos Multilaterales de Desarrollo. Como señaló Charles Michel, Presidente del Consejo Europeo, en referencia a las Instituciones Bretton Woods, “las instituciones del pasado no pueden lograr resultados exitosos frente a los desafíos de un mundo que ha cambiado y en constante transformación”. Las iniciativas del G20 y G7 para fortalecer los organismos de crédito y los fondos internacionales en la financiación de la lucha contra el cambio climático y el desarrollo económico es necesaria. Se trata de un compromiso de corto plazo que multiplicará fondos destinados al desarrollo. A tales fines se torna urgente el aumento de las inversiones financieras, transformando las palabras y compromisos en acciones. No se trata de una meta aspiracional sino de una voluntad y curso de acción concreto. En palabras del Canciller Federal Olaf Scholz “de Billones a Trillones.”

Las múltiples crisis requieren mayor inversión pública y privada para combatirlas y mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Los costos de créditos en los mercados cuentan con altas tasas de interés justamente para los países más necesitados de préstamos concesionales y de liquidez inmediata. Las brechas de financiamiento concesional existentes atentan contra las posibilidades de desarrollo en cada rincón del mundo. El financiamiento de obras de infraestructura puede ser disparador de la inserción en cadenas de valor de sectores críticos, y por ende dinamizador de nuevos procesos de creación de riqueza, y de crecimiento. El rol de los Bancos Multilaterales de Desarrollo con sus tasas “justas” se torna protagónico en tales circunstancias, generando, en palabras del Ministro de Finanzas de Indonesia Sri Mulyani Indrawati, “una dinámica virtuosa, donde el financiamiento público muestra y demuestra el camino, seguido por el traccionamiento a la mesa del sector privado que escale y amplíe el financiamiento.”

El incremento de los canales y el flujo de financiamiento fortalece la capacidad de los gobiernos para llevar a cabo sus políticas sociales, productivas y sostenibles. La creación de estrategias de crecimiento integral se presenta como la respuesta a los desafíos que plantea la deuda restrictiva, la cual puede limitar la capacidad de acción y el papel del Estado en el fomento del desarrollo y la asistencia. La sostenibilidad, en última instancia, comienza con la gestión sostenible de la deuda pública. Los países que experimentan un crecimiento sostenido se liberan de la trampa de la deuda.

Puerta de Brandeburgo, en Berlín. La capital de Alemania fue sede del foro de diálogo global

En segundo lugar, y ante la importancia de adaptabilidad a la realidad actual, es imperativo promover activamente la interconexión entre los diversos formatos de asociaciones, foros y plataformas existentes con el fin de cultivar una convergencia máxima de intereses como para fortalecer el multilateralismo. El quiebre del derecho internacional por parte de un miembro permanente del Consejo de Seguridad evidencia la rigidez del sistema de las Naciones Unidas, y a la vez el rol fundamental de otros mecanismos más dinámicos como G7, G20 y BRICS.

Es notorio que casi todos los países que conforman los BRICS y todos los pertenecientes al G7 sean también miembros del G20, una instancia de gran relevancia en la arena internacional. Esta interconexión estratégica desempeña un papel crucial en la prevención de la formación de bloques completamente antagónicos en el concierto internacional.

Esta idea cobra una especial relevancia en el caso de Argentina, país que ha sido recientemente invitado a unirse al BRICS. Este hecho merece un análisis detenido e independiente del prisma de la política doméstica pre-electoral. ¿Qué buscamos con ese ingreso?, ¿Junto a quienes lo hemos trabajado? y ¿Cuál es el rol que nuestro país pretende jugar en este grupo heterogéneo? La decisión política respecto al ingreso a dicho grupo debe ser ponderada en base a los intereses esenciales de la Política Exterior Nacional, además de una estrategia para fortalecer el posicionamiento argentino y establecimiento de vínculos estratégicos en el marco del actual reacomodamiento del escenario global.

El análisis de oportunidad requiere la identificación de los motivos detrás de la decisión y su impacto en diversas áreas que puedan influir. Con más de 3.000 millones de personas y un 26% del PIB mundial, con la posibilidad de incorporar otras potencias regionales, el grupo BRICS avanza con fuerza en su camino para convertirse en uno de los principales foros de diálogo que promueven la multipolaridad y desempeñan un papel fundamental en la transformación del orden mundial.

La inclusión de Argentina en este grupo es promovida activamente por el gobierno de la India, en su ejercicio de la presidencia del G20 y en el aumento de su proyección internacional. Argentina adquiere un papel de contrapeso frente a otras potencias que son invitadas a sumarse al mismo espacio. Argentina se encuentra en una posición central, actuando como un factor en el equilibrio de poderes.

Tercero, entra en juego la geopolítica de los insumos críticos y cadenas globales de suministros. En un contexto en que se encaran políticas de diversificación para evitar dependencias asimétricas, se abren oportunidades de integración de ecosistemas productivos multipolares basados en el desarrollo de más resilientes y nuevas cadenas regionales de valor resilientes, diversificación del origen de acceso a recursos estratégicos, y a la promoción de líneas de producción integradas. Todo ello implica para la Argentina posibilidades concretas de un nuevo impulso a su desarrollo económico a partir de sus activos estratégicos, alimentos, energía y minerales críticos, en un contexto global en constante cambio.

La reestructuración de estas cadenas de valor presenta una valiosa oportunidad para Argentina en su esfuerzo por consolidarse como un actor regional en la descarbonización industrial y el desarrollo integral a nivel federal. Aspectos cruciales de esta transformación incluyen la industria 4.0, englobando economía del conocimiento, la biotecnología y la IA, el desarrollo de la cadena de valor del litio, del cobre, la incipiente economía del hidrógeno y sus derivados, así como fuentes de energía de transición hacia un futuro más sostenible tendiendo hacia un horizonte libre de emisiones de carbono. Estos elementos se perfilan claramente como drivers principales de la Nueva Economía, que marcará el camino hacia el 2030, un año clave para demostrar los avances en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En suma, el Diálogo propiciado y articulado por Röller nos deja el desafío de ser partícipes y de impulsar activamente en una multiplicidad de espacios de diálogo entre los diversos formatos existentes. El diálogo a nivel internacional demanda la existencia de ambientes imparciales que complementen las alianzas preexistentes. La promoción de estos espacios de diálogo integran una estrategia esencial para superar las limitaciones inherentes a las agendas, sesgos y limitaciones propias de las alianzas ya establecidas.

Con el manual adecuado podemos encontrar en este nuevo mundo, un nuevo orden global en el que la Argentina pueda insertarse con determinación como actor en el sistema multipolar.

Berlín Global Dialogue - Participantes:

- Olaf Scholz, Canciller Federal de Alemania

- Charles Michel, Presidencia de Consejo Europeo

- Ranil Wuckremesinghe, Presidente de Sri Lanka

- Amitabh Kant, Sherpa India

- Lu Hao, Ministro de la Republica Popular de China

- Emmanuel Bonne, Sherpa de Francia

- Jorg Kukies, Sherpa de Alemania

- Carmen Moreno, Sherpa de Mexico

- Edi Rama, Primer Ministro de Albania

- Larry Flink, CEO BlackRock

- Timotheus Höttges, CEO Telekom - Roland Busch, CEO Siemens

- Dirk Elvermann, CFO BASF

- Jonathan Black, Ex Sherpa UK

- Martin Guzman, Universidad de Columbia - Pedro Villagra Delgado, Ex Sherpa Argentino