La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en la Argentina, tanto en varones como en mujeres. Es necesario masificar este mensaje porque cada vez aumenta más la población mayor, y con eso los eventos cardiovasculares.
De las muertes cardiovasculares la mitad ocurren en forma súbita; en nuestro país hay una muerte súbita cada 15 minutos, y el problema se agrava porque esta estadística no desciende, cuando está en nuestras posibilidades lograr que muchas de las personas que se descompensan lleguen vivas al hospital si son asistidas con reanimación cardio pulmonar (RCP) y desfibriladores (DEA).
En situaciones de incendio muere 1 de cada 1.000 personas, pero por fallas en el corazón muere 1 de cada 5. Es decir, la muerte por problemas cardiovasculares es 200 veces mayor. La estadística es muy alta, por eso la necesidad de tener desfibriladores en espacios públicos y de saber hacer Reanimación Cardio Pulmonar (RCP) para salvar vidas. El uso de desfibriladores triplica la posibilidad de vivir sin secuelas. El 80 por ciento de personas que reciben RCP y desfibriladores sobreviven.
En la Argentina rige la ley 27.159 que establece que los lugares públicos y privados de acceso público con concentración o circulación superior a 1.000 personas por día deberán contar con al menos un desfibrilador automático externo (DEA). La ley se reglamentó en 2022, sin embargo, no se cumple y nadie lo controla.
Es fundamental saber estos datos y cómo actuar ante eventos cardiovasculares, no para generar temor, sino para saber que el cuidado de nuestras vidas y de quienes nos rodean está en nuestras manos.
* Médico cardiólogo. Director del Instituto Nacional de Arritmias INADEA (MP 83.671)